Módulo II: Individuo, sociedad y cultura Texto II-5: Rol y estatus UNO: EstatusEl estatus es una posición socialmente definida en un grupo o sociedad, caracterizada por ciertas expectativas, derechos y deberes. El estatus existe independientemente de la gente especifica que lo ocupa (Linton, 1936); el estatus del atleta profesional, del músico de rock, del profesor, del estudiante universitario y el indigente, existen independientemente de la persona que ocupa esas posiciones sociales. Por ejemplo, aunque miles de nuevos estudiantes llegan a la universidad cada año para ocupar el estatus de alumnos de primer año, el estatus de estudiante universitario y las expectativas que conlleva esa posición permanecen relativamente sin cambios desde hace cientos de años. ¿Se refiere el término estatus solamente a una posición elevada en la sociedad? No en el sentido sociológico. Áunque mucha gente iguala el término estatus con altos niveles de prestigio, los sociólogos lo usan para referirse a todas las posiciones definidas socialmente; de alto o bajo nivel. Por ejemplo, la posición del director del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Washington, D.C. y la de un indigente que gana cinco dólares a la semana (más cama y asistencia) por limpiar el comedor en un albergue son estatus sociales (véase Show y Anderson, 1993). Tómate un instante para responder “¿quién soy?”. Para determinar quién eres, debes meditar sobre tu identidad social, que se deriva del estatus que ocupas y se basa en tu conjunto de estatus. Un conjunto de estatus comprende todos los estatus que una persona ha ocupado en un momento dado. Por ejemplo, María puede ser psicóloga, profesora, esposa, madre, católica, voluntaria, residente de Texas y latina. Todas estas posiciones definidas socialmente constituyen su conjunto de estatus. Estatus atribuido y adquirido. El estatus se distingue según la forma en que lo adquirimos. Un estatus atribuido es una posición social conferida en el nacimiento o que se recibe de forma involuntaria posteriormente, basada en atributos sobre los que el individuo no tiene ningún control, como raza/etnia, edad y género. Por ejemplo, María es una mujer nacida de padres mexicanoamericanos, este estatus lo adquirió al nacer. Es una adulta y —si vive lo suficiente— se convertirá en una “adulta mayor”, el cual es un estatus atribuido que se recibe posteriormente en la vida. Un estatus adquirido es una posición social que una persona asume voluntariamente como resultado de una decisión personal, mérito o esfuerzo directo. El estatus adquirido (como la ocupación, educación e ingreso) se cree que se obtiene como resultado de la habilidad personal o la competencia exitosa. La mayoría de las posiciones ocupacionales en las sociedades modernas son estatus adquiridos. Por ejemplo, María asume voluntariamente el estatus de psicóloga, profesora, esposa, madre y voluntaria escolar. Sin embargo, no todos los estatus adquiridos son posiciones que la mayoría de la gente quiere tener; por ejemplo, criminal, drogadicto o indigente es un estatus adquirido negativo. El estatus atribuido tiene una influencia significativa sobre el estatus adquirido que ocupamos. La raza/etnia, género y edad afectan las oportunidades de cada persona para adquirir cierto estatus. Es más probable que aquellos que son privilegiados por su estatus atribuido positivo obtengan las posiciones más prestigiadas de la sociedad. Las personas que están en desventaja por su estatus atribuido tienen más posibilidades de obtener un estatus adquirido negativo. Estatus maestro. Si ocupamos muchos estatus, ¿cómo podemos determinar cuál es el más importante? El sociólogo Everett Hughes ha establecido que las sociedades resuelven esta ambigüedad determinando un estatus maestro. Un estatus maestro es el estatus más importante que ocupa una persona; domina todos los demás estatus del individuo y es el ingrediente primordial para determinar la posición social general de una persona (Hughes, 1945). Ser pobre o rico es un estatus maestro que afecta muchas otras áreas de la vida, incluida la salud, educación y oportunidades en la vida. Históricamente, el estatus maestro más común para las mujeres está relacionado con su posición en la familia: hija, esposa y madre. Para los hombres, la ocupación es el estatus más importante, aunque cada vez más es también un estatus maestro para muchas mujeres. “¿A qué te dedicas?” es una de las primeras preguntas que hace la gente. La ocupación proporciona claves importantes sobre el nivel de educación de una persona, su ingreso y antecedentes familiares. La raza/etnia de un individuo puede ser también un estatus maestro en una sociedad en la que los miembros del grupo dominante señalan como “inferiores” a los miembros de otro grupo basados en características —supuestas O reales— físicas, culturales o de nacionalidad (véase Feagin y Feagin, 2003). El estatus maestro es vital para la torma en que nos vemos a nosotros mismos, a los demás y cómo interactuamos con ellos. Ruth Bader Ginsburg es juez de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos y madre. ¿Cuál es su estatus maestro? ¿Puedes imaginar cómo reaccionaría si los abogados que llevan un caso en la Suprema Corte la trataran como a una madre y no como a una jueza? Los abogados usan sabiamente el término fsu señoría” como su estatus maestro y actúan en consecuencia. El estatus maestro proporciona a la gente niveles de valor personal y dignidad altos o bajos. Éstos no son características que poseamos de forma inherente; se derivan del estatus que ocupamos. Para los individuos que no tienen casa, ser indigente se convierte en su estatus maestro sin importar los otros atributos del individuo. Ser indigente es un estatus maestro estigmatizado que confiere una mala reputación porque la gente que tiene un domicilio con frecuencia cree que ser indigente es un “defecto de carácter”. Algunas veces esta suposición es apoyada por la forma en que los medios enfocan las historias sobre los indigentes (véase el cuadro 5.2). Las circunstancias bajo las cuales una persona se convierte en indigente determina el grado de estigmatización que sufre. Por ejemplo, no se considera que las personas que se convierten en indigentes debido a desastres naturales (como huracanes o incendios) sean una amenaza para la comunidad. Por tanto es poco probable que sean estigmatizadas. Sin embargo, en los casos donde se considera que las personas son la causa de su indigencia, es más probable que sean estigmatizadas y marginadas por los demás. Show y Anderson (1993:199) observaron los efectos de la indigencia como estatus maestro: Era de tarde y los indigentes estaban congregados frente al albergue del Ejército de Salvación para la cena. Se acercó un autobús escolar lleno de estudiantes de secundaria blancos que viajaban rumbo a sus hogares de clase media alta y alta en la parte noroeste de la ciudad. Mientras el autobús circulaba, hubo una lluvia de monedas saliendo por las ventanas al tiempo que los estudiantes hacían gestos obscenos y gritaban “trabajen”. Algunos de los indigentes respondieron a los gestos, otros recogieron las monedas —casi todas centavos—, otros arrojaron las monedas al autobús enojados y algunos simplemente se mostraron indiferentes. Para los estudiantes de secundaria este intercambio fue una inocente diversión, una manera de liberar la energía acumulada en la escuela; pero para los indigentes fue un recordatorio de su estatus estigmatizado y el grado de atención negativa del que son objeto. Símbolos de estatus. Con frecuencia, cuando la gente está orgullosa de ocupar un estatus social en particular, usa medios visibles para mostrar a otros su posición. Los símbolos de estatus son señales materiales que informan a otros del estatus específico de una persona. Por ejemplo, usar un anillo de boda anuncia que la persona es casada, tener un Rolls-Royce que uno “ya la hizo”. Como vimos en el capítulo 3, la realización y el éxito son valores fundamentales en Estados Unidos. Por esta razón, la gente que “ya la hizo” frecuentemente quiere mostrar simbolos para informar sus logros a otros. Los símbolos de estatus para las personas con un domicilio y para los indigentes pueden tener diferentes significados. Entre las personas acaudaladas, un carrito lleno en el supermercado y bolsas de mercancía de tiendas departamentales caras indican una posición financiera holgada. En contraste, entre los indigentes, las bolsas abultadas y carritos llenos sugieren un estatus muy diferente. Los carros y las bolsas son esenciales para la vida en la calle; no hay ningún otro lugar para guardar las cosa, como lo muestra la descripción de Darian, una mujer indigente en Nueva York: Las posesiones en su Carro postal consisten en una casa completa llena de cosas, desde ollas y sartenes hasta libros, zapatos, revistas, artículos de baño, papeles personales y ropa que esta en su mayoría hecha por ella misma... Debido al peso y tamaño del carro, Darian no lo puede empujar cuesta arriba por la curva. Lo mantiene en la calle cerca de los automóviles. Esto quiere decir que mientras lo empuja lentamente por la calle todo el día, ella pasa la vida directamente en el tráfico. Se detiene en su ruta para sentarse o dormir un rato y para observar y ser observada como si fuera un espectáculo. Todos los aspectos de su vida, incluido dormir, comer e ir al baño están a la vista del público... Ella no tiene un espacio propio, así que nunca tiene un momento de privacidad. Su privacidad, su casa, es SU Carro con todas sus posesiones (Rousseau, 1981:141). DOS: RolesUn rol es el aspecto dinámico del estatus. Mientras que ocupamos un estatus, tenemos un rol. Un rol es un conjunto de expectativas de comportamiento asociadas con un estatus dado. Por ejemplo, no se espera que un carpintero (empleado) contratado para remodelar una cocina se siente a la mesa sin invitación y se una a la familia (que lo contrata) para cenar. La expectativa del rol es la definición de un grupo o sociedad de la forma en que un rol específico debe actuarse. En contraste, el desempeño de un rol es la forma en que una persona en realidad actúa ese rol. El desempeño del rol no siempre cumple con las expectativas del rol. Algunos estatus tienen expectativas del rol muy específicas, como las de un cirujano o un profesor universitario. Otros estatus, como el de amigo u otro significativo, tienen expectativas menos estructuradas. Las expectativas del rol vinculadas con un estudiante son más específicas que las del amigo. Típicamente, las expectativas del rol se basan en una gama de comportamientos aceptables más que en criterios estrictamente definidos. Nuestros roles son relativos (o complementarios); es decir, se definen en el contexto de los roles que desempeñan otras personas. Podemos actuar el rol de estudiante porque otra persona desempeña el de profesor. Por el contrario, para desempeñar el rol de profesor, el maestro debe tener uno o más alumnos. La ambigúedad del rol ocurre cuando las expectativas asociadas con un rol no son claras. Por ejemplo, no siempre es claro cuándo termina el aspecto proveedor-dependiente en la relación padre-hijo. ¿Debe terminar a los 18 o 21 años? ¿Cuándo se termina la escuela? Diferentes personas responderán a estas preguntas de forma distinta, según sus experiencias y socialización, así como la capacidad financiera y voluntad psicológica para continuar contribuyendo al bienestar de sus hijos adultos. Conflicto de roles y tensión de roles. La mayoría de la gente ocupa varios estatus, cada uno de los cuales tiene expectativas de rol propias. Por ejemplo, Carlos es un estudiante que asiste a clases matutinas en la universidad y es un empleado en un restaurante de comida rá- s pida, donde trabaja de 3:00 a 10:00 PM. También es novio z de Estefanía y ella quisiera verlo con más frecuencia. El 5 7 de diciembre, él tuvo examen final a las 7 PM. cuando se E supone que tendría que estar trabajando. Mientras tanto, z ella lo presiona para que la lleve al cine. Para colmo, su E madre le llama y le pide que regrese a casa porque su pa- $ dre va a someterse a una cirugía de emergencia. ¿Cómo = puede Carlos estar en todos estos lugares a la vez? Este + tipo de conflictos de rol pueden ser abrumadores. El conflicto de rol se da cuando surgen demandas incompatibles debido a que se tienen dos a más estatus al mismo tiempo. Cuando ocurre el conflicto de roles nos sentimos arrastrados en diferentes direcciones. Para lidiar con este problema debemos priorizar nuestros roles y cumplir primero con el que consideramos más importante. O podemos dividir nuestras vidas en categorías y “aislar” nuestros diferentes roles (Merton, 1968). Es decir, podriamos realizar las actividades vinculadas con un rol durante una parte del día y después enfrascarnos en las actividades asociadas con otro rol durante otro momento o en otra parte. Por ejemplo, bajo circunstancias normales, Carlos cumpliría con su rol de estudiante durante una parte del día y su rol de empleado en otra. No obstante, en la situación actual no le es posible dividir sus roles. El conflicto de rol puede ser resultado de estatus y roles en constante cambio en la sociedad. Las investigaciones han encontrado que las mujeres que tienen comportamientos de tipo “masculino” tienden a tener tasas más altas de conflicto de roles que las que muestran comportamientos tradicionalmente “femeninos” (Basow, 1992). Según la socióloga Tracey Watson (1987), algunas veces se puede atribuir el conflicto de roles no a los roles mismos sino a la presión que siente la gente cuando no encaja en los roles culturalmente determinados. En su estudio sobre mujeres atletas en programas deportivos universitarios, Watson encontró conflicto de roles en las identidades tradicionalmente incongruentes de ser mujer y ser atleta. Aun cuando las mujeres atletas de su estudio usaban maquillaje y tenían una imagen convencional cuando no se encontraban en la cancha de básquetbol, sus compañeros de la escuela las consideran “marimachos”, lo que conduce a un conflicto de roles. Mientras que el conflicto de roles sucede entre dos o más estatus (como ser indigente y ser empleado temporal en una agencia de servicio social), la tensión de roles ocurre en un solo estatus. La tensión de roles ocurre cuando hay demandas incompatibles dentro de un solo estatus ¿Goode, 1960). Por ejemplo, muchas mujeres experimentan tensión de roles en la fuerza laboral porque tienen empleos que son “menos satisfactorios y más-estresantes que los de los hombres, ya que ellas ganan menos dinero, menos prestigio, tienen menos oportunidades, más obstáculos en su carrera, etc” (Basow, 1992:192). De forma similar, las mujeres casadas pueden experimentar más tensión de roles que los hombres casados debido a la sobrecarga de trabajo, desigualdad marital con sus parejas, responsabilidades paternales exclusivas, expectativas confusas y falta de apoyo emocional. Los recientes cambios sociales podrían haber incrementado la tensión de roles en los hombres. En la familia, la posición dominante tradicional del hombre se ha desgastado, al tiempo que más mujeres se integran a la fuerza laboral y demandan más ayuda en la educación de los hijos y las responsabilidades domésticas. Puede haber tensión de roles en los hombres afroamericanos que han interiorizado las normas culturales estadounidenses respecto a la masculinidad, va que encuentran muy difícil (si no imposible) cumplir con las normas culturales de logros, éxito y poder debido al racismo y la explotación económica (Basow, 1992). Frecuentemente se asocia la orientación sexual, edad y ocupación con la tensión de rol. A menudo las lesbianas y los homosexuales experimentan tensión de roles debido a las presiones asociadas con tener una identidad fuertemente estigmatizada por el grupo cultural dominante (Basow, 1992). Las mujeres en los 30 podrían experimentar la más alta tensión de rol; ellas se enfrentan a mucho estrés en términos de demandas de rol y expectativas laborales y familiares conflictivas (Basow, 1992). Se ha encontrado que los dentistas, psiquiatras y policías experimentan altos niveles de tensión relacionados con su ocupación, lo que puede dar como resultado el suicidio. (Los conceptos de expectativa del rol, desempeño de rol, conflicto de rol y tensión de rol se ilustran en la > figura 5.2.). Con frecuencia los individuos se distancian de un rol que encuentran demasiado estresante o problemático. El distanciamiento de rol ocurre cuando la gente conscientemente tiene la impresión de una falta de compromiso o apego a un rol particular y sólo pasa por los movimientos del desempeño del rol (Goftman, 1961b). La gente usa técnicas para distanciarse cuando no quiere que otros las tomen como la “persona” implícita en un rol particular, especialmente si creen que el rol está “por debajo de ellos”. Por ejemplo, mientras Carlos trabaja en el restaurante de comida rápida, no quiere que la gente piense que él es un “perdedor con un empleo sin futuro”. El quiere ser visto como un estudiante universitario que trabaja ahí “para ganarse algún dinero” mientras se gradúa. Cuando llegan clientes de la universidad, habla con ellos acerca de los cursos que están tomando, sobre su especialidad y los profesores que tienen. No platica sobre si la hamburguesa con tocino es mejor que la que tiene chile. Cuando Carlos realmente se distancia del rol, dice a sus amigos que él “trabaja ahí pero que no comería ahí”. Salida del rol. La salida del rol ocurre cuando la gente se desentiende de los roles sociales que han sido centrales para su identidad (Ebaugh, 1988). La socióloga Helen Rose Fuchs Ebaugh estudió este proceso al entrevistar ex convictos, ex monjas, retirados, hombres y mujeres divorciados y otras personas que voluntariamente se han separado de roles sociales significativos. Según Ebaugh, la salida del rol sucede en cuatro etapas. La primera es la duda, en la que la gente experimenta frustración o cansancio cuando reflexiona sobre los roles que tiene. La segunda etapa implica una búsqueda de opciones; aquí, la gente podría pedir permiso para ausentarse del trabajo o separarse temporalmente de su cónyuge. La tercera etapa es la decisiva, donde la gente se da cuenta de que debe tomar una acción definitiva, como renunciar a su trabajo o divorciarse. La cuarta y última etapa conlleva la creación de una nueva identidad. Salir del rol de “indigente” es muy difícil. Entre más tiempo permanezca la gente en la calle, más dificil será salir del rol. Los recursos personales disminuyen con el tiempo. Con frecuencia las posesiones son robadas, perdidas, vendidas o empeñadas. La experiencia de trabajo y las habilidades caducan y es probable que surjan incapacidades físicas que impidan tener un empleo. Sin embargo, algunos indigentes logran salir. TRES: Definicionesinteracción social: proceso por medio del cual la gente actúa o responde respecto a otras personas; el fundamento de todas las relaciones y grupos en la sociedad. estructura social: marco complejo de instituciones sociales (como la economía, política y religión) y las prácticas sociales (como reglas y roles sociales) que forman la sociedad y que organizan y establecen límites en el comportamiento de la gente. estatus: una posición socialmente definida en un grupo o sociedad, caracterizada por ciertas expectativas, derechos y deberes. estatus atribuido: posición social conferida en el nacimiento o que se recibe de forma involuntaria posteriormente, basada en atributos sobre los que el individuo no tiene ningún control, como raza, etnia, edad o género. estatus adquirido: posición social que la persona asume de forma voluntaria como resultado de una decisión personal, mérito o esfuerzo directo. estatus maestro: estatus más importante que ocupa una persona. rol: conjunto de expectativas de comportamiento asociadas con un estatus. expectativa de rol: definición de un grupo o sociedad de la forma en que un rol debe desempeñarse. desempeño de rol: forma en que una persona realmente actúa el rol. conflicto de roles: situación en la que surgen demandas incompatibles debido a que se tienen dos a más estatus al mismo tiempo. tensión de rol: condición que ocurre cuando hay demandas incompatibles dentro de un solo estatus. CUATRO: Estructura social: la perspectiva de macronivelLa estructura social proporciona el marco dentro del cual interactuamos con otros. Este marco es un arreglo ordenado y determinado de las partes que forman juntas el grupo o la sociedad (P figura 5.1). Como se definió en el capítulo 1, una sociedad es un grupo social grande que comparte el mismo territorio geográfico, está bajo la misma autoridad política y bajo las expectativas culturales dominantes. En el macronivel, la estructura social de una sociedad tiene varios elementos esenciales: instituciones sociales, grupos, estatus, roles y normas. Los teóricos funcionalistas enfatizan que la estructura social es esencial porque crea orden y previsibilidad en una sociedad (Parsons, 1951). La estructura social también es importante para nuestro desarrollo humano. Como vimos en el capítulo 4, desarrollamos un concepto del ser al ir aprendiendo las actitudes y comportamientos de los que nos rodean. Cuando estas actitudes y valores son parte de una estructura previsible, es más fácil desarrollar ese concepto del ser. La estructura social nos da la habilidad de interpretar las situaciones sociales en que nos encontramos. Por ejemplo, esperamos que nuestra familia se preocupe por nosotros, que las escuelas nos eduquen y que la policía nos proteja. Cuando nuestras circunstancias cambian drásticamente, la mayoría de nosotros experimentamos una aguda sensación de ansiedad porque no sabemos qué esperar o lo que se espera de nosotros. Por ejemplo, los indigentes novatos pueden sentirse desorientados porque no saben cómo comportarse en su nuevo ambiente. Es probable que la persona haga preguntas como: “¿Cómo sobreviviré en la calle?”, “dónde pido ayuda?” “¿debo quedarme en un albergue?”, “¿dónde consigo empleo?”. La estructura social ayuda a la gente a dar sentido a su entorno, aun cuando se encuentren en la calle. Además de proporcionar un mapa para nuestros encuentros con otras personas, la estructura social puede limitar nuestras opciones y ponernos en categorías arbitrarias que no elegimos nosotros. Los teóricos del conflicto sostienen que hay más de lo que se ve de la estructura social y que debemos explorar las estructuras más profundas y fundamentales que determinan las relaciones sociales en la sociedad. Carlos Marx sugirió que la forma en que está organizada la producción económica es el aspecto estructural más importante de cualquier sociedad. En las sociedades capitalistas, donde pocas personas controlan el trabajo de muchas, la estructura social refleja un sistema de relaciones de dominación entre categorías de gente (por ejemplo, propietario-trabajador y jefe-empleado). La estructura social crea vínculos que definen cuáles personas o grupos serán los “internos” y cuáles los “externos”. La marginalidad social es el estado en el que se es en parte interno y en parte externo en la estructura social. El sociólogo Robert Park (1928) acuñó este término para referirse a las personas (como los inmigrantes) que comparten simultáneamente la vida y las tradiciones de dos grupos distintos. La marginalidad social da como resultado la estigmatización. Un estigma es cualquier atributo físico o social que devalúa la personalidad social de una persona, que la descalifica para la aceptación social (Goffman, 1963b). Un criminal convicto que usa uniforme es un ejemplo de una persona estigmatizada; el uniforme dice que ha hecho algo malo y que no se le debe permitir salir de la cárcel sin supervisión. CINCO: Componentes de la estructura socialLa estructura social de una sociedad incluye sus posiciones sociales, las relaciones entre esas posiciones y los tipos de recurso que conlleva cada posición. La estructura social también incluye todos los grupos que forman la sociedad y la relación entre ellos (Smelser, 1988). Fuente: Kendall, Diana. Sociología en nuestro tiempo. Cengage Learning, México, 2012. SEIS: Homo sociologicusHasta ahora, la ciencia social nos ha obsequiado con dos seres humanos nuevos, sumamente problemáticos, que apenas encontraremos en la realidad de nuestra experiencia diaria. Uno de ellos es el tan discutido horno economicus..., (el otro) el psychological man (el hombre psicológico)... que, aunque siempre haga el bien, posiblemente quiere siempre el mal, el hombre de los motivos secretos... Se enciende de nuevo (la discusión) para disputar la existencia del horno sociologicus... En el punto de intersección del individuo y la sociedad se halla el horno sociologicus, el hombre como portador de papeles socialmente determinados. El individuo es sus papeles sociales, pero, por su parte, estos papeles son el hecho molesto de la sociedad... Papel, persona, carácter y máscara son palabras que... estuvieron o están subordinadas a un mismo campo semántico: el teatro... Son muchas las asociaciones que vinculamos a estas palabras: todas ellas indican algo dado a su portador, el actor, algo existente fuera de él; este «algo dado» puede describirse como un complejo de modos de comportamiento, que entran a su vez en conexión con otros comportamientos para formar un todo; (el actor) tiene que aprenderlos, a fin de poder representarlos; desde el punto de vista del actor, ningún papel, ninguna persona dramatis es exhaustivo; puede aprender y representar una multitud de papeles». Ralf Dahrendorf, Homo sociologicus, 1958. Fuente: González Anleo, Juan. Para comprender la sociología. Ed. Vervo Divino, España, 1991. SIETE: Los rasgos del rolLlegamos así a una definición estricta del rol: conjunto articulado de pautas que relacionan las acciones de los ocupantes de un status o posición social con los ocupantes de otros status correlativos. Más brevemente: el rol es una respuesta tipificada a una expectativa igualmente tipificada. Es la sociedad la que proporciona estos «guiones» de respuesta, estos esquemas relativamente flexibles en los que se entretejen pautas de comportamiento, actitudes y emociones, que en muchos casos se apoderan de la persona, y la hacen «sentirse» capaz de desempeñar su rol con brillantez o, al menos, con decoro. El profesor que se zambulle en su rol se «siente» más sabio, el militar que se embute en su uniforme y se cuelga sus condecoraciones, más valiente... Se empieza por actuar de acuerdo con el rol, y se acaba «sintiendo» y viviendo plenamente el papel que se desempeña. Los rasgos del rol que dimanan de la definición dada: 1) el rol debe estar definido culturalmente en reciprocidad con el contenido de derechos atribuidos a los status que con él se correlacionan; 2) en cuanto constriñe comportamientos, por tanto, acaba formando parte de la personalidad del actor social, y 3) se desempeña habitualmente de forma no reflexiva, es decir, tiene un cierto carácter inconsciente, de donde precisamente procede gran parte de su poder sobre el actor; 4) este poder «invisible» es garantía de algo que la sociedad valora y exige de todos sus miembros: la predecibilidad de sus comportamientos, ya que sin ella disminuiría la eficacia y dinamismo sociales, y el mundo de las relaciones y acciones sociales se encontraría abocado al caos. Fuente: González Anleo, Juan. Para comprender la sociología. Ed. Vervo Divino, España, 1991. IMAGENESVideos#1 - El experimento de la prisión Stanford The Stanford Prison Experiment Año - 2015 Dirección - Kyle Patrick Alvarez Esta película está basada en una historia real que tuvo lugar en 1971, cuando el profesor de Stanford Dr. Philip Zimbardo creó lo que se convirtió en uno de los experimentos sociales más impactantes y famosos de todos los tiempos: en unos días fue capaz de convertir a un grupo de ciudadanos de clase media en gente sádica por un lado y víctimas sumisas por otro. #2 - El último deber The Last Detail Año - 1973 Dirección - Hal Ashby Dos apuestos oficiales de la marina tienen que escoltar a un marinero hasta la prisión naval de New Hampshire, donde tendrá que cumplir una condena de ocho años por una falta trivial. Durante el viaje los tres tendrán la oportunidad de conocerse y de compartir experiencias y situaciones que les llevarán a cuestionarse su visión de la vida. #3 - Entrevista a Philip Zimbardo sobre el experimento de la prisión de Stanford El experimento de la cárcel de Stanford es un conocido estudio psicológico acerca de la influencia de un ambiente extremo, la vida en prisión, en las conductas desarrolladas por el hombre, dependiente de los roles sociales que desarrollaban (cautivo, guardia). Fue llevado a cabo en 1971 por un equipo de investigadores liderado por Philip Zimbardo de la Universidad de Stanford. Se reclutaron voluntarios que desempeñarían los roles de guardias y prisioneros en una prisión ficticia. Sin embargo, el experimento se les fue pronto de las manos y se canceló en la primera semana. Las preocupaciones éticas que envuelven a los experimentos famosos a menudo establecen comparaciones con el experimento de Milgram, que fue llevado a cabo en 1963 en la Universidad de Yale por Stanley Milgram, un antiguo amigo de Zimbardo.
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Teoría dramatúrgicaA Erving Goffman (1922-1982) se le suele considerar el más grande pensador vinculado con la Escuela de Chicago original. Se doctoró por la Universidad de Chicago en 1953, un año después del traslado de Herbert Blumer (que había sido profesor de Goffman) de Chicago a Berkeley. Pronto Goffman se reunió con Blumer en Berkeley, donde juntos crearon algo así como un centro de interaccionismo simbólico. Pero no llegaría a tener la importancia de Chicago. El mejor momento de Blumer, por lo que se refiere a los influyentes cargos que había ocupado, había pasado ya, y Goffman no se convirtió en objeto de estudio de los estudiantes licenciados. A partir de 1952 la suerte del interaccionismo simbólico disminuyó, aunque sigue siendo una teoría sociológica importante. A pesar de la decadencia del interaccionismo simbólico en general, Goffman se labró una posición sólida y distintiva en la teoría sociológica contemporánea. Entre los años cincuenta y setenta, Goffman publicó una serie de libros y ensayos que provocaron el nacimiento del análisis dramatúrgico como una variante del interaccionismo simbólico. Aunque los intereses de Goffman cambiaron al final de su carrera, se le conoce principalmente por su teoría dramatúrgica. La exposición más famosa de la teoría dramatúrgica de Goffman se encuentra en su obra publicada en 1959, Presentation of Seltin Everyday Life [La presentación de la persona en la vida cotidiana]. (Durante los quince años siguientes Goffman publicó varios libros y ensayos en los que desarrolló su perspectiva dramatúrgica del mundo). Para decirlo en pocas palabras, Goffman pensaba que existían múltiples analogías entre las representaciones teatrales y el tipo de «actos» que todos realizamos durante la acción e interacción cotidianas. Consideraba que la interacción era sumamente frágil y que se mantenía por las representaciones sociales. La representación deficiente o desorganizada constituye una gran amenaza para la interacción social, del mismo modo que lo es para la representación teatral. Goffman fue bastante lejos en su analogía entre el escenario y la interacción social. En toda interacción social existía una región anterior que equivalía al proscenio de la representación teatral. Los actores en el escenario y en la vida social se mostraban interesados en su apariencia, su vestimenta y el empleo de accesorios. Pero tanto en el escenario como en la vida social existía también una región posterior, lugar al que los actores podían retirarse y en el que se preparaban para su representación. En las bambalinas, o entre bastidores, los actores podían desprenderse de sus papeles y ser ellos mismos. El análisis dramatúrgico es, sin duda, coherente con sus raíces en el interaccionismo simbólico. Se fija en los actores, la acción y la interacción. Al trabajar en la misma arena que el interaccionismo simbólico, Goffamn consideró que el teatro constituía una metáfora brillante para arrojar luz sobre los procesos sociales de escala reducida. Hoy en día se lee y reconoce la obra de Goffman por su originalidad y su abundancia de ideas (R. Collins, 1986b; Ditton, 1980). Aunque en general se le considera un importante teórico, no todo el mundo lo cree así. Existen diversas razones que lo explican. Primera, se le ha acusado de centrarse en cuestiones bastante esotéricas, en lugar de en los aspectos verdaderamente esenciales de la vida social. Segunda, era un teórico micro en una época en que se admiraba a los teóricos macro. Como ha dicho Randall Collins, «Cuanto más analizamos esta obra [la de Goffman], más nos percatamos de que en Goffman se encama la principal figura de la microsociologfa de nuestro tiempo» (1981 e: 6). Tercera, atrajo pocos estudiantes capaces de construir teóricamente a partir de sus principios; de hecho, algunos creían que era imposible construir sobre la obra de Goffman. Se la considera poco más que una serie de explosiones idiosincrásicas de ideas brillantes. Finalmente, se ha realizado escaso trabajo teórico dentro de la tradición dramatúrgica (una excepción la constituyen Lyman y Scott [1970]). La única área en la que la obra de Goffman ha resultado ser de utilidad es la investigación empitica que recurre a su enfoque dramatúrgico. Recientemente han aparecido algunos trabajos que se sirven de su enfoque, entre ellos los estudios de Snow, Zurcher y Peter (1984) sobre la celebración de la victoria por las masas en los partidos de fútbol como representaciones dramatúrgicas, los análisis dramatúrgicos de Haas y Shaffir (1982) sobre la profesión médica, el de Zurcher (1985) sobre los Juegos bélicos y el estudio de Kitahara (1986) sobre los mecanismos dramatúrgicos que utilizó el comodoro Perry para abrir las puertas de Occidente a Japón. Es difícil predecir el futuro del análisis dramatúrgico, aunque su importancia ha disminuido debido a que Goffman terminó por dar a su trabajo una orientación estructural. [...] Fuente: Ritzer, George. Teoría sociológica contemporánea. McGraw-Hill, México, 1993. La obra de Erving GofmanfuenteOtra obra destacada sobre el self es Presentation of Selfin Everyday Life [La presentación de la persona en la vida cotidiana] (1959) de Erving Goffman, uno de los interaccionistas simbólicos más interesantes. La concepción de Goffman del self está en deuda con las ideas de Mead. En particular con su análisis de la tensión entre el yo, el self espontáneo, y el mí, los constreñimientos sociales del self. Esta deuda se refleja en el trabajo de Goffman sobre lo que denominó «discrepancia fundamental entre nuestros selfs demasiado humanos y nuestros selfs socializados» (1959: 56). La tensión se debe a la diferencia entre lo que las personas esperan que hagamos y lo que queremos hacer espontáneamente. Nos enfrentamos con la demanda de que hagamos lo que se espera de nosotros; además, se supone que no vacilaremos. Como Goffman señaló: «No debemos estar sometidos a altibajos» (1959: 56). Con el fin de mantener una imagen estable del self las personas actúan para sus audiencias sociales. A resultas de este interés en la representación. Goffman se centró en la dramaturgia, adoptó una perspectiva de la vida social como si ésta fuera una serie de actuaciones dramáticas que se asemejan a las representadas en el escenario. Dramaturgia. La concepción de Goffman del self se deriva de su enfoque dramatúrgico. Para Goffman (como para Mead y para la mayoría de los interaccionistas simbólicos) el self no es algo orgánico que tenga una ubicación específica... Al analizar el self nos desprendemos, pues, de su poseedor, de la persona que más aprovechará o perderá con ello, porque él y su cuerpo proporcionan simplemente la percha sobre la cual colgará durante cierto tiempo algo fabricado en colaboración. Y los medios para producir y mantener los selfs no se encuentran dentro de la percha. (Goffman, 1959: 252-253). No creía que el self fuera una posesión del actor; lo consideraba como el producto de la interacción dramática entre el actor y la audiencia. El self «es un efecto dramático que surge difusamente en la escena representada» (1959: 253). Dado que el self constituye un producto de la interacción dramática, es vulnerable a su destrucción durante la representación. La dramaturgia de Goffman se interesa por los procesos que evitan o resisten estas destrucciones. Aunque el grueso de su discusión se centra en estas contingencias dramatúrgicas, Goffman señaló que la mayoría de las representaciones salen triunfantes. El resultado es que, en circunstancias normales, a los actores se les asigna un self firme y estable que «parece» emanar del actor. Goffman suponía que cuando los individuos interactúan desean presentar una determinada concepción del self que sea aceptada por los demás. Sin embargo, incluso durante su presentación del self los actores son conscientes de que los miembros de la audiencia pueden perturbar su representación. Por esta razón los actores son conscientes de la necesidad de controlar la audiencia, especialmente los elementos de ella que pueden ser destructores. Los actores esperan que el self que presentan a la audiencia sea lo suficientemente fuerte, de modo que la audiencia defina a los actores tal y como ellos desean. Los actores también esperan una reacción voluntaria por parte de la audiencia de acuerdo con su deseo. Goffman denomina esta cuestión «el arte de manejar las impresiones». Este arte implica las técnicas que utilizan los actores para mantener ciertas impresiones ante los probables problemas que surjan y los métodos que usan para solventar estos problemas. En la línea de esta analogía teatral, Goffman habla de fachada. La fachada es la parte del escenario que funciona regularmente de un modo general y prefijado, a fin de definir la situación con respecto a aquellos que observan dicha actuación. Dentro de la fachada, Goffman distingue entre el medio y la fachada personal. El medio hace referencia al escenario fisico que rodea a los actores para su actuación. Sin él los actores no pueden actuar. Por ejemplo, un cirujano necesita un quirófano, un taxista, un taxi, y un patinador, el hielo. La fachada personal consiste en las partes escénicas de la dotación expresiva que la audiencia identifica con los actores y que espera que lleven en el escenario. Por ejemplo, se espera que el atuendo de un cirujano sea una bata verde, tenga ciertos instrumentos, etcétera. Goffman subdividió después la fachada personal en apariencia y modales. La apariencia se refiere a los estímulos que funcionan en el momento de informarnos acerca del estatus social del actor (por ejemplo, la bata del cirujano). Los modales implican los estímulos que funcionan en el momento de advertimos acerca del rol de interacción que el actuante esperará desempeñar en la situación que se avecina (por ejemplo, el uso de modales y procederes físicos). Un modal brusco u otro suave nos indican tipos de actuación bastante diferentes. En general, siempre esperamos que apariencia y modales sean coherentes. Aunque Goffman analizó la fachada y otros aspectos de su sistema desde la perspectiva del interaccionismo simbólico, también le preocupaban desde un punto de vista estructural. Por ejemplo, afirmaba que las fachadas tendían a institucionalizarse de tal modo que surgen «representaciones colectivas» sobre lo que sucede en una fachada determinada. Con frecuencia, cuando los actores asumen roles establecidos, encuentran fachadas específicas prefijadas para estas representaciones. El resultado, afirmaba Goffman, es que las fachadas tienden a ser elegidas, no creadas. Esta noción nos ofrece una imagen más estructural del self que la de la mayoría de los interaccionistas simbólicos. A pesar de esta noción estructural del self, las ideas más interesantes de Goffman se enmarcan en el reino de la interacción. Afirmaba que debido a que las personas intentan por lo general 10 presentar una imagen idealizada de sí mismas en sus representaciones, creen inevitablemente que deben ocultar cosas en sus actuaciones. Primero, los actores pueden querer ocultar placeres secretos (por ejemplo, beber alcohol) anteriores a la actuación o correspondientes a épocas pasadas de su vida (por ejemplo, adición a las drogas) que son incompatibles con su representación. Segundo, los actores pueden desear ocultar errores que han cometido en la preparación de la representación, así como pasos que han debido dar para corregir esos errores. Por ejemplo, un taxista puede querer ocultar el hecho de que ha errado su camino al empezar la carrera. Tercero, los actores pueden sentir la necesidad de mostrar sólo los productos finales y ocultar el proceso de su producción. Por ejemplo, los profesores dedican varias horas a la preparación de su clase, pero probablemente su deseo es actuar como si conociesen el material de toda la vida. Cuarto, los actores pueden desear también ocultar a la audiencia cl etrabajo sucio» que realizaron para producir los resultados finales. Este trabajo incluye tareas que «son físicamente sucias, semilegales, crueles, y degradantes en muchos sentidos» (Goffman, 1959: 44). Quinto, durante una actuación determinada los actores pueden dejar a un lado conscientemente otros criterios de actuación. Finalmente, los actores pueden encontrar necesario callar insultos, humillaciones o pactos realizados para seguir actuando. En general, los actores suelen tener un interés creado en ocultar todos estos hechos a su audiencia. Otro aspecto de la dramaturgia es la frecuente intención de los actores de infundir la impresión de que están más cerca de la audiencia de lo que están en realidad. Por ejemplo, los actores pueden intentar dar la impresión de que su representación es su única actuación o, al menos, la más importante. Para transmitir esta impresión los actores han de asegurarse de que su audiencia está fragmentada para que no les descubran. Goffman afirmaba que incluso en el caso de que los descubran, las audiencias pueden intentar asumir la falsedad para mantener su imagen idealizada del actor. Esto revela la naturaleza interactiva de las representaciones. Una buena representación depende del grado de implicación de las partes. Otro ejemplo de este tipo de manipulación dc las impresiones es el intento dc un actor de infundir la idea dc que hay algo único en su actuación y en su relación con la audiencia. La audiencia quiere sentir, también, que es la receptora de una representación única. Los actores se esfuerzan por asegurarse la consistencia de todas las partes implicadas en una actuación. En algunos casos, un aspecto discordante puede destruir una actuación. No obstante, las actuaciones varían en función del grado de coherencia requerido. Un descuido de un sacerdote durante una representación sagrada perjudicaría gravemente su actuación, pero la equivocación de un taxista al comenzar su carrera probablemente no dañaría demasiado el conjunto de su actuación. Otra técnica que emplean los actores es la mistificación. Los actores suelen mistificar su actuación al limitar el contacto entre ellos y la audiencia. Mediante el establecimiento de una «distancia social» entre ellos y la audiencia lo que pretenden los actores es infundir respeto en la audiencia. Esto, a su vez, evita que la audiencia ponga en cuestión la actuación. Goffman señala otra vez que la audiencia está implicada en este proceso y, con frecuencia, busca mantener la credibilidad de la actuación guardando la distancia con el actor. Esta idea nos lleva al interés de Goffman por los equipos. Como interaccionista simbólico, para Goffman el enfoque sobre los individuos obscurece importantes hechos acerca de la interacción. Su unidad básica de análisis era, pues, no el individuo, sino el equipo. Un equipo es un conjunto de individuos que cooperan en la representación de una rutina. Así el análisis anterior sobre la relación entre el actor y la audiencia es, en realidad, un estudio sobre el equipo 11. Cada miembro ha de confiar en los demás, porque todos pueden destruir la representación y todos son conscientes de que participan en un acto. Goffman concluía que un equipo es una suerte de «sociedad secreta». 11. Actor y audiencia forman también un tipo de equipo, pero Goffman también hablaba de equipo para referirse tanto a un grupo de actores como a una audiencia. Curiosamente Goffman afirmaba que un individuo podía constituir también un equipo. Su lógica, en la línea del interaccionismo simbólico clásico, era que un individuo podía ser actor y audiencia: podía imaginar que había una audiencia presente. Goffman también estudió el trasfondo escénico donde suelen aparecer los hechos o varios tipos de acciones informales ocultos en la fachada. El trasfondo escénico es, por lo general, adyacente a la región anterior, pero también está separado de ella. Los actores confían en que ningún miembro de la audiencia aparezca en el trasfondo escénico. Además, emprenden diversas manipulaciones de las impresiones para asegurarse de ello. Una actuación puede hacerse dificultosa si los actores son incapaces de impedir que la audiencia entre en el trasfondo escénico. También hay una región residual, el exterior, es decir, todos los dominios que no pertenecen ni a la región anterior ni a la posterior. Ninguna región es la misma en todo momento. Y una determinada región puede ser cualquiera de las tres regiones en momentos diferentes. El despacho de un profesor constituye una región anterior cuando un estudiante le visita, se convierte en posterior cuando ese estudiante se marcha y en exterior cuando el profesor asiste a un partido de baloncesto de la universidad. Manipulación de las impresiones. Goffman termina La presentación la persona en la vida cotidiana con una reflexión adicional sobre el arte de manejar las impresiones. En términos generales, la manipulación de las impresiones se orienta a impedir una serie de acciones inesperadas, como gestos espontáneos, intrusiones inoportunas y pasos en falso, así como acciones deliberadas como «hacer una escena). Goffman estudió los diversos métodos de solventar estos problemas. Primero, hay una serie de métodos que implican acciones cuyo objetivo es producir lealtad dramatúrgica fomentando, por ejemplo, una gran lealtad grupal, impidiendo que los miembros del equipo se identifiquen con la audiencia y cambiando las audiencias periódicamente para que éstas no lleguen a conocer en demasía a los actores. Segundo, Goffman sugería varias formas de disciplina dramática, entre ellas ser siempre consciente de la actuación para impedir deslices, mantener el autocontrol y manejar las expresiones faciales y verbales de acuerdo con la propia actuación. Tercero, identificó varios tipos de circunspección dramática, como determinar con anticipación cómo va a resultar la actuación, planear las emergencias, elegir miembros de equipo leales, elegir buenas audiencias, pertenecer a pequeños equipos donde hay una menor probabilidad de disensión, hacer actuaciones breves, impedir a la audiencia el acceso a la información privada y establecer una agenda para' impedir eventos inesperados. La audiencia también tiene interés en la eficacia de la manipulación de las impresiones por parte del actor o del equipo de actores, la audiencia suele actuar para salvar la representación empleando mecanismos tales como prestar mucha atención, evitar incidentes emocionales, pasar por alto los descuidos y tener en mayor consideración al actor neófito. Albas y Albas (1988) utilizaron la idea de la manipulación de las impresiones al estudiar los esfuerzos de los estudiantes universitarios para manejar las impresiones cuando les devolvían los exámenes y recibían su calificación. Albas y Albas distinguieron entre tres tipos de estudiantes: los «Ases» (los que reciben buenas notas), los «Moderados» (los que obtienen notas medianas) y los «Bombarderos (los suspensos). Se centraron en el estudio de los Ases y los Bombarderos y en el hecho de que los Ases solían desarrollar estrategias para revelar sus buenas calificaciones a los demás sin aparentar presunción, mientras los Bombarderos planificaban estrategias para ocultar sus malas notas. Albas y Albas identificaron una serie de estrategias que utilizaban los Ases para revelar sus notas. Por ejemplo, como la modestia impide a los estudiantes expresar abiertamente su alegría por haber obtenido una calificación alta, suelen emplear la estrategia de «efusión reprimida», por la que su satisfacción aparece como si rezumaran alegría en contra de su voluntad. Si bien a veces esta estrategia la emplean los buenos estudiantes conscientemente, suele parecer como si ocurriera en contra de su voluntad. Se produce una manipulación dramática más clara cuando los estudiantes permiten «accidentalmente» a los otros ver sus calificaciones altas. Y otra estrategia dramática tiene lugar cuando el As pregunta a otros por su examen esperando una respuesta que incluya esa misma pregunta, la cual permite al As revelar su buena nota. Al igual que los Ases emplean mecanismos dramáticos para revelar sus notas, los Bombarderos suelen intentar ocultar sus calificaciones mediante el uso de una serie de estrategias. Por ejemplo, el Bombardero que espera un suspenso puede optar por no asistir a la clase en la que le van a devolver el examen. Otros Bombarderos optan por mentir añadiendo puntos a su calificación, o simplemente por dejar claro que no desean hablar de las notas. El Bombardero puede también expresar una «distancia de rol» (véase más abajo) aparentando indiferencia y despreocupación ante la devolución del examen y la calificación. Esta indiferencia revela cómo hizo el examen. Tras su obra La presentación de la persona en la vida cotidiana, Goffman produjo una serie de importantes y fascinantes libros y ensayos (por ejemplo, Goffman, 1961, 1963a, 1963b, 1967, 1971, 1972, 1974). Terminamos este análisis con algunos ejemplos que ilustran su modo de pensar. En su «Distancia de rol» (1961) Goffman se centró en el grado en el que un individuo adopta un rol determinado. En su opinión, dada la enorme cantidad de roles existentes, pocas personas se implican totalmente en un rol determinado. La distancia de rol hace referencia al grado en el que los individuos se separan de los roles que representan. Por ejemplo, los niños mayores que montan en caballitos de tiovivo suelen ser conscientes de que son demasiado mayores para disfrutar de esta experiencia. Una manera de solventar este problema es demostrar la distancia de rol montando el caballito descuidada o despreocupadamente y realizar actos supuestamente peligrosos mientras lo montan. Al realizar tales actos peligrosos la intención de estos niños es explicar a la audiencia que no realizan la actividad como la realizan los niños pequeños. Uno de los conceptos clave de Goffman es que la distancia de rol constituye una función del estatus social de una persona. Las personas que ocupan posiciones altas suelen manifestar distancia de rol por razones distintas a las de las personas que ocupan posiciones bajas. Por ejemplo, un cirujano de alto estatus puede manifestar distancia de rol en el quirófano para relajar la tensión del equipo quirúrgico. Las personas de estatus bajos suelen ponerse a la defensiva en su exhibición de la distancia de rol. Por ejemplo, las personas que limpian los servicios sanitarios lo hacen con indiferencia y despreocupación. Pueden estar intentando explicar a su audiencia que son demasiado buenos para ese trabajo. Uno de los libros más interesantes de Goffman es Stigma [Estigma] (1963b). En él Goffman se centra en el abismo entre lo que una persona debería ser, su «identidad social virtual» y lo que una persona realmente es, su «identidad social real». Todo aquel que experimenta un abismo entre estas dos identidades está estigmatizado. El libro se centra en la interacción dramática entre las personas estigmatizadas y las normales. La naturaleza de esta interacción depende del tipo de estigma que perturba a un individuo. En el caso del estigma desacreditado, el actor acepta que las diferencias son reconocibles o evidentes para los miembros de la audiencia (por ejemplo, un parapléjico o un tullido). Un estigma desacreditable es aquél en que las diferencias no son reconocibles o perceptibles para los miembros de la audiencia (por ejemplo, una persona que ha tenido voluntariamente una experiencia homosexual). Para alguien señalado con un estigma desacreditado, el problema dramático básico reside en manejar la tensión que desencadena el hecho de que las personas reconocen ese problema. Para el que sufre un estigma desacreditable, el problema dramático reside en manejar la información de manera que el problema siga siendo desconocido para la audiencia. Una buena parte de Estigma está dedicada a las personas que tienen estigmas obvios y, con frecuencia, grotescos (por ejemplo, la pérdida de la nariz). Sin embargo, a medida que se desarrolla la obra el lector se percata de que Goffman intenta transmitirnos la idea de que en algún momento o lugar determinado todos estamos estigmatizados. Sus ejemplos incluyen al judío que vive en una comunidad predominantemente cristiana, a una persona gorda entre un grupo de personas cuyo peso es normal, y al individuo que ha mentido acerca de su pasado y constantemente se esfuerza por asegurarse de que la audiencia siga desconociéndolo. Ahora parece necesario mencionar las orientaciones posteriores y los cambios que se produjeron en el modo de pensar de Goffman. En Frame Anatysts [Análisis estructural] (1974) Goffman se alejó de sus raíces del interaccionismo simbólico clásico y se orientó hacia el estudio de las pequeñas estructuras de la vida social. Aunque seguía pensando que las personas definían las situaciones en el sentido dado por W. I. Thomas, pasó a asignar menor importancia a estas definiciones: «La definición de las situaciones como reales ciertamente tiene sus consecuencias, pero estas influyen de un modo harto marginal sobre los eventos que se suceden» (Goffman, 1974: 1). Además, cuando las personas definen las situaciones normalmente no crean esas definiciones. La acción se define más por adherencia mecánica a las normas que mediante un proceso activo, creativo y negociador. Goffman especificó su objetivo: «intentar aislar algunos de los contextos básicos de comprensión disponibles en nuestra sociedad para explicar los eventos y analizar las vulnerabilidades específicas a las que están expuestos estos marcos de referencia» (1974: 10). Goffman pasó a interesarse por las pequeñas estructuras que gobiernan los pensamientos y las acciones de los actores. Algunos observadores señalaron que se trató de un cambio de orientación y un alejamiento del interaccionismo simbólico clásico. De hecho, George Ganas llegó a afirmar que «la obra de Goffman se opone a los principios centrales y a los supuestos básicos del interaccionismo simbólico» (1977: 855). Ganas señaló que el trabajo de Goffman, especialmente Frame Analysis, encajaba mejor en el estructuralismo que en el interaccionismo simbólico. Sin embargo, otros pensadores han señalado que, después de todo, no se trató de un cambio propiamente dicho (Collins, 1986b; Perinbanayagam. 1985). Por ejemplo, Perinbanayagam describe la dramaturgia de Goffman como «un examen de los instrumentos y las técnicas de comunicación que usan los actores» (1985: 66). Puede afirmarse que Goffman siempre se interesó tanto por los procesos de estructuración como por las estructuras. (Como Perinbanayagam señala, «la estructura es a la vez sustantivo y verbo» [1985: 75].) Así, en desacuerdo con Ganas, Perinbanayagam concluye que el análisis de los marcos de referencia y el interaccionismo simbólico son perspectivas «interdependientes: en la obra de Goffman (1985: 75). (Trataremos esta cuestión en el Capítulo 9.) Independientemente de si cambió o no su orientación, lo que es evidente es que las primeras obras sobre dramaturgia han ejercido una profunda influencia. Por ejemplo, David Snow, Louis Zurcher y Robert Peters (1984) han analizado recientemente las celebraciones de victoria de las multitudes en los partidos de fútbol como representaciones dramáticas; Jack Haas y William Shaffir (1982) han realizado un estudio sobre la profesión médica desde una perspectiva dramatúrgica; Zurcher (1985) ha examinado la dramaturgia de los juegos; y Michio Kitahara (1986) se remontó a los mecanismos dramáticos (mostrar el rango, desplegar naves, mostrar el armamento) utilizados por el Comodoro Perry para abrir Japón a Occidente entre 1853 y 1854). Fuente: Ritzer, George. Teoría sociológica contemporánea. McGraw-Hill, México, 1993. |
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Octubre 2020
AutorLeonardo Pittamiglio |