Lectura y transcripción de pizarrones y gráficosDentro de esta tarea iremos colocando los pizarrones y gráficos para copiar en el cuaderno. Para comprenderlos mejor puede consultar el video que adjuntamos. Como parte de esta tarea busca en internet, pregunta al docente o consulta cualquier manual de sociología cualquier concepto que no entiendas. Puedes escribir en el cuaderno las preguntas que te surjan al transcribir los pizarrones. 1 - Copiar en cuaderno el pizarrón #1, el gráfico #2 y el gráfico #3. Los gráficos también puedes imprimirlos y pegarlos. 2 - Lee los textos sobre los dos autores que reseñamos en los gráficos y extrae en el cuaderno las frases que más te hayan interesado. Puede guiar la lectura con los gráficos #2 y #3 que sintetizan los conceptos esenciales de los textos o con los videos que publicamos más abajo (Videos #4, 5 y 6): + Texto 1 - Mills: La imaginación sociológica + Texto 2 - Berger: La sociología como desenmascaramiento y toma de conciencia Pizarrón #1 - La perspectiva sociológica y Ruta del curso Pizarrón #2 - La imaginación sociológica Gráfico #2 - La imaginación sociológica Gráfico #3 - La sociología como desenmascaramiento y toma de conciencia Video #4 - La perspectiva sociológica y Ruta del curso Video #5 - Mills: La imaginación sociológica Video #6 - Berger: La sociología como desenmascaramiento y toma de conciencia Unidad 1: La sociología como ciencia Tema 1: La perspectiva sociológica
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Anomia y Sociedad InformacionalPara realizar la última semana de marzo, semana de turismo y segunda semana de abril. Presentamos dos textos sociológicos. Uno de Durkheim sobre la anomia, sobre la que escribió a fines del siglo XIX, y otro de Manuel Castells (sociólogo español contemporáneo) sobre la sociedad informacional escrito a fines del Siglo XX. Entre uno y otro, hay 100 años de distancia. En razón de lo que hemos estado viviendo en Uruguay y en el mundo sobre la pandemia Covid-19 (coronavirus), ¿qué puedes decir sobre lo que ocurre tomando como punto de apoyo para el análisis los textos que proponemos sobre la anomia y sobre la sociedad informacional? Nota: Para acceder a los dos textos debes seguir el link en rojo: + IR AL TEXTO que acompaña a cada ejercicio. Ejercicio 1 Texto 1: La anomia de Dukheim + IR AL TEXTO Lee el texto propuesto y realiza una reflexión personal sobre el impacto y la pandemia mundial del Covid-19 ha causado en nuestras sociedades y que lectura puedes hacer de ellos teniendo como referencia el estudio de Durkheim sobre la anomia. ¿Podemos decir que estamos viviendo un estado de anomia? ¿Porque sí, porque no? ¿Hablamos de algún grado de anomia, de ninguna anomia, o de una anomia total? Palabras claves para entender el texto y para desarrollar la tarea: conciencia colectiva, regulación, cambios demasiado rápido, división del trabajo como la anomia brota de las crisis, de acontecimientos excepcionales como de catástrofe, de hechos inesperados como integración social como enfermedad del sistema como falta de referencias normativas claras, inadaptación, desintegración social, suicidio anómico, pérdida de significa pérdida de significancia, inseguridad, irrupción de instancias confusas, impotencia de deseos individuales. Ejercicio 2 Texto 2: La sociedad informacional* de Manuel Castells + IR AL TEXTO * También llamada, sociedad digital, aldea global o sociedad global. Castells aseguró de 1997, en uno de sus tomos de La era de la información (una serie de más de 1.700 páginas) que debido al enorme crecimiento de las megaciudades en todo el mundo (incentivadas por el proceso de globalización y del desarrollo de las comunicaciones y la informática) iban a ser menos atractiva: “Preveo -dijo en 1997- epidemias a gran escala y la desintegración del control social, que harán a las megaciudades menos atractivas”. El sociólogo sostiene que la Revolución Industrial creó una sociedad industrial pero la revolución de la información creó una sociedad informacional y digital que interconecta todas las partes del mundo a una misma red global. En este ejercicio te pedimos que leas el texto y realiza una reflexión personal elaborada a partir de los conceptos de Castells para explicar la actual situación de la pandemia global del Covid-19. Palabras claves para entender el texto y desarrollar la tarea: tecnologías de la información, sociedad informacional, economías interdependientes a escala global, descentralización e interconexión de las empresas, diversificación de las actividades de trabajo, competencia económica global, integración global de los mercados financieros, asenso del pacífico asiático, sistemas económicos interdependientes, revolución informacional, redes informáticas interactivas, cambios sociales, redes globales de intercambio, esquizofrenia estructural, alienación de unos a otros, ver al extraño como amenaza. Pautas generales del trabajoRealizar la tarea en un documento digital de aproximadamente 1 página o poco menos de 1 página (como mínimo) sobre cada uno de los ejercicios. 1 página o poco menos de 1 página sobre la reflexión sobre La Anomia de Durkheim y el Covid-19 más 1 página sobre La sociedad informacional de Manuel Castells y el Covid-19. La extensión no tiene por qué ser estricta. Si crees que con 4 o 5 párrafos respondes al problema planteado y no es necesario ahondar más en el tema, está bien. Solo ten en cuenta completar 1 página o poco menos de 1 página independientemente del tamaño de letra y la tipología, siempre que creas que lo que escribes tiene coherencia y responde al problema. También puede escribir 2 páginas o lo que desees por cada ejercicio. Fecha límite de entrega: Viernes 11 de abril. Covid-19 en Uruguay Las megaciudades y las epidemiasLas políticas de desarrollo regional quizás puedan diversificar la concentración de puestos de trabajo y población a otras zonas, y preveo epidemias a gran escala y la desintegración del control social, que harán a las megaciudades menos atractivas. Fuente: Castells, Manuel. La era de la información. Tomo I. Economía, Sociedad y Cultura. Alianza, España, 2000. La red y el yo Hacia el final del segundo milenio de la era cristiana, varios acontecimientos de trascendencia histórica han transformado el paisaje social de la vida humana. Una revolución tecnológica, centrada en torno a las tecnologías de la información, está modificando la base material de la sociedad a un ritmo acelerado. Las economías de todo el mundo se han hecho interdependientes a escala global, introduciendo una nueva forma de relación entre economía, Estado y sociedad en un sistema de geometría variable. [...] El mismo capitalismo ha sufrido un proceso de reestructuración profunda, caracterizado por una mayor flexibilidad en la gestión; la descentralización e interconexión de las empresas, tanto interna como en su relación con otras; un aumento de poder considerable del capital frente al trabajo, con el declive concomitante del movimiento sindical; una individualización y diversificación crecientes en las relaciones de trabajo; la incorporación masiva de la mujer al trabajo retribuido, por lo general en condiciones discriminatorias; la intervención del estado para desregular los mercados de forma selectiva y desmantelar el estado de bienestar, con intensidad y orientaciones diferentes según la naturaleza de las fuerzas políticas y las instituciones de cada sociedad; la intensificación de la competencia económica global en un contexto de creciente diferenciación geográfica y cultural de los escenarios para la acumulación y gestión del capital. Como consecuencia de este reacondicionamiento general del sistema capitalista, todavía en curso, hemos presenciado la integración global de los mercados financieros, el ascenso del Pacífico asiático como el nuevo centro industrial global dominante, la ardua pero inexorable unificación económica de Europa, el surgimiento de una economía regional norteamericana, la diversificación y luego desintegración del antiguo Tercer Mundo, la transformación gradual de Rusia y la zona de influencia ex soviética en economías de mercado, y la incorporación de los segmentos valiosos de las economías de todo el mundo a un sistema interdependiente que funciona como una unidad en tiempo real. Debido a todas estas tendencias, también ha habido una acentuación del desarrollo desigual, esta vez no sólo entre Norte y Sur, sino entre los segmentos y territorios dinámicos de las sociedades y los que corren el riesgo de convertirse en irrelevantes desde la perspectiva de la lógica del sistema. En efecto, observamos la liberación paralela de las formidables fuerzas productivas de la revolución informacional y la consolidación de los agujeros negros de miseria humana en la economía global, ya sea en Burkina Faso, South Bronx, Kamagasaki, Chiapas o La Courneuve. De forma simultánea, las actividades delictivas y las organizaciones mafiosas del mundo también se han hecho globales e informacionales, proporcionando los medios para la estimulación de la hiperactividad mental y el deseo prohibido, junto con toda forma de comercio ilícito demandada por nuestras sociedades, del armamento sofisticado a los cuerpos humanos. Además, un nuevo sistema de comunicación, que cada vez habla más un lenguaje digital universal, está integrando globalmente la producción y distribución de palabras, sonidos e imágenes de nuestra cultura y acomodándolas a los gustos de las identidades y temperamentos de los individuos. Las redes informáticas interactivas crecen de modo exponencial, creando nuevas formas y canales de comunicación, y dando forma a la vida a la vez que ésta les da forma a ellas. Los cambios sociales son tan espectaculares como los procesos de transformación tecnológicos y económicos. [...]. Es cada vez más habitual que la gente no organice su significado en torno a lo que hace, sino por lo que es o cree ser. Mientras que, por otra parte, las redes globales de intercambios instrumentales conectan o desconectan de forma selectiva individuos, grupos, regiones o incluso países según su importancia para cumplir las metas procesadas en la red, en una corriente incesante de decisiones estratégicas. De ello se sigue una división fundamental entre el instrumentalismo abstracto y universal, y las identidades particularistas de raíces históricas. Nuestras sociedades se estructuran cada vez más en tomo a una posición bipolar entre la red y el yo. En esta condición de esquizofrenia estructural entre función y significado, las pautas de comunicación social cada vez se someten a una tensión mayor. Y cuando la comunicación se, rompe, cuando deja de existir, ni siquiera en forma de comunicación conflictiva (como sería el caso en las luchas sociales o la oposición política), los grupos sociales y los individuos se, alienan unos de otros y ven al otro como un extraño, y al final como una amenaza. En este proceso la fragmentación social: se extiende, ya que las identidades se vuelven más específicas y aumenta la dificultad de compartirlas. La sociedad informacional, en su manifestación global, es también el mundo de Aum Shinrikyo, de la American Militia, de las ambiciones teocráticas islámicas/cristianas y del genocidio recíproco de hutus/tutsis. Confundidos por la escala y el alcance del cambio histórico, la cultura y el pensamiento de nuestro tiempo abrazan con frecuencia un nuevo milenarismo. Los profetas de la tecnología predican una nueva era, extrapolando a las tendencias y organizaciones sociales la lógica apenas comprendida de los ordenadores y el ADN. La cultura y la teoría posmodernas se recrean en celebrar el fin de la historia y, en cierta medida, el fin de -la razón, rindiendo nuestra capacidad de comprender y hallar sentido, incluso al disparate. La asunción implícita es la aceptación de la plena individualización de la conducta y de la impotencia de la sociedad sobre su destino. Fuente: Castells, Manuel. La era de la información. Tomo I. Economía, Sociedad y Cultura. Alianza, España, 2000. La anomia según DurkheimEl concepto de anomia lo elaboró Durkheim en dos obras fundamentales: La división del trabajo social (1893) y El suicidio (1897); luego se fue precisando en relación con algunos otros conceptos fundamentales de la sociología durkheimiana. En La división del trabajo social, el concepto de anomia va unido al análisis del paso de una sociedad de solidaridad mecánica a una sociedad de solidaridad orgánica. El primer tipo de organización social, característico de las culturas premodernas, no permite apenas que se extiendan los procesos de división del trabajo social, por lo que es escasa en él la articulación de funciones y de roles; busca la uniformidad entre los distintos miembros, así como un amplio consenso automático en torno a la cultura común. Por el contrario, el segundo tipo de sociedad acusa una tendencia generalizada a la división del trabajo, que se confirma cuando la sociedad adquiere determinados niveles de densidad moral y de volumen; de la división del trabajo (que no ha de entenderse, en sentido estrictamente técnico, como atomización de las operaciones productivas) nace la necesidad de una cooperación estricta entre los distintos órganos, de una solidaridad o integración recíproca, que se convierte en el fundamento del orden social y del progreso. En este marco, el individuo encuentra las condiciones esenciales para realizarse de manera equilibrada: su conducta sigue normas que forman un sistema orgánico; sus deseos, de suyo ilimitados, se someten al control y a las exigencias de la conciencia colectiva, y él se sitúa dentro de una red de relaciones humanas socialmente significativas. De todo lo dicho se deduce que la división del trabajo social no es de suyo un proceso disgregador, ya que no provoca efectos centrífugos en la estructura social; al contrario, constituye el factor aglutinante de las sociedades industrialmente avanzadas, capaz de adquirir una fuerza semejante a la que en las sociedades premodernas todos sus miembros, de común acuerdo, concedían a los valores de la cultura dominante. Pero la situación que hemos descrito se ve amenazada por fenómenos de división patológica del trabajo social; en modo especial la división anómica del trabajo se produce cuando los cambios demasiado rápidos del sistema fomentan la creación de funciones nuevas antes de que puedan ser reguladas. Esto provoca conflictos, rivalidades y contiendas, para cuyo control el poder social no cuenta con formas adecuadas. De este modo se llega a una situación en la que las diversas funciones carecen de adaptación mutua; por eso anomia no significa ausencia total de normas, como parece indicar el significado literal del término, sino más bien estado de no-integración del sistema de funciones sociales. Existen normas, pero resultan inadecuadas, contradictorias, no legitimadas; en este contexto, las necesidades individuales ya no están reguladas por la conciencia colectiva y los deseos aumentan desmesuradamente, precisamente cuando la sociedad ya no es capaz de satisfacerlos de manera adecuada. La raíz de esta profunda alteración del orden social está, según Durkheim, en la rapidez del cambio del sistema económico (industria y comercio) y en las crisis que provienen de la anarquía que se produce en tal sector; pero, de manera más específica, la anomia brota también de acontecimientos excepcionales, de catástrofes, de movimientos de crecimiento inesperados. En sustancia, la anomia, aunque latente en la estructura misma de toda sociedad con fuerte división del trabajo social, se manifiesta como fenómeno transitorio y sintomático, es decir, revelador de una amenaza muy arraigada en el propio dinamismo del progreso y de la producción industrial, que exige reajustes y más reajustes. Para prevenir y eliminar la amenaza de una carencia total de solidaridad, Durkheim sugiere que se creen y revitalicen instituciones mediadoras, sobre todo organizaciones profesionales o corporaciones, capaces de reglamentar las diversas funciones que derivan de la división del trabajo y de ayudar a los individuos a que consigan de manera ordenada (esto es, cooperativamente) su autorrealización. De todo cuanto hemos ido diciendo se deduce que la anomia es a la vez una característica de los sistemas sociales y un estado de los individuos. Efectivamente, sobre estos últimos recaen las consecuencias de la falta de integración social; la enfermedad del sistema se convierte en enfermedad de la personalidad, precisamente a causa de la directa y estrecha relación existente entre ambos sistemas. El individuo se encuentra así, a un tiempo, a merced de sus deseos ilimitados y frustrados, sin referencias normativas claras y en medio de unas relaciones sociales moralmente nada significativas. En El suicidio es donde Durkheim analiza de forma más precisa estos últimos elementos, conectándolos con el problema más general de la relación del individuo con las normas de su sociedad y con los modos de interiorizarlas. Durkheim descubre tres formas fundamentales de suicidio: el egoísta, el altruista y el anómico. Respecto de este último, es posible hallar en el ámbito de la experiencia individual una concentración de motivos de inadaptación debidos a la situación de desintegración social. Y es precisamente en los períodos de cambio rápido e incontrolado y de crisis económica, períodos en que fallan los elementos sociales que garantizan una autorrealización ordenada de las personas, cuando se manifiestan signos progresivos de inseguridad, de pérdida de significado, de irrupción de instancias confusas e insatisfechas de las necesidades y deseos individuales. El suicidio anómico confirma el fracaso de la ley en su intento de humanizar el deseo humano, y evidencia, por el contrario, el triunfo de la angustia que ocasiona un deseo insatisfecho. Fuente: Demarchi, Franco; Ellena, Aldo. Diccionario de Sociología. Ediciones Paulinas, Madrid, 1986. Modernidad y anomiaComparadas con las sociedades tradicionales, las sociedades modernas imponen pocas restricciones sobre los individuos. Durkheim reconocía las ventajas de la libertad moderna, pero advirtió del peligro de un aumento de la anomia, una condición en la cual la sociedad proporciona una guía moral insuficiente a los individuos. Lo que tantas celebridades han descrito como «haber estado al borde de la destrucción por la fama» es un ejemplo extremo de los efectos corrosivos de la anomia. La fama repentina aleja a los famosos de sus familias y de la vida habitual que llevaban, trastocando el soporte y la regulación de la sociedad sobre los individuos en cuestión, a veces con fatales resultados. Por tanto, Durkheim nos enseña que los deseos de los individuos deben estar equilibrados por las demandas y los consejos de la sociedad (un equilibrio que se ha vuelto precario en el mundo moderno). Como Marx y Weber, Durkheim fue testigo de primera mano de la rápida transformación de Europa durante el siglo XIX. Tras analizar este cambio, Durkheim vio una evolución radical en las formas de organización social. En las sociedades preindustriales, explicaba Durkheim, las fuertes tradiciones actúan como el cemento social que mantiene a las personas unidas. De hecho, lo que llamó consciencia colectiva es tan fuerte que la comunidad se moviliza rápidamente para castigar a cualquiera que se atreva a desafiar los modos de vida convencionales. Durkheim llamó a este sistema solidaridad mecánica, que implica lazos sociales basados en una moralidad compartida, y que mantienen unidos a los miembros de las sociedades preindustriales. Por tanto, en la práctica, la solidaridad mecánica nace de la semejanza. Durkheim describía estos lazos como «mecánicos» porque las personas perciben la sensación más o menos automática de pertenecer los unos a los otros. Durkheim consideraba que el debilitamiento de la solidaridad mecánica es un rasgo que define la sociedad moderna. Pero esto no significa que la sociedad se disuelva; en lugar de eso, la modernidad genera un nuevo tipo de solidaridad que se apresura a llenar el vacío dejado por las tradiciones abandonadas. Durkheim llamó a esta nueva integración social solidaridad orgánica, definida como los lazos sociales, basados en la especialización, que mantienen unidos a los miembros de las sociedades industriales. En resumen, mientras que la solidaridad una vez encontraba sus raíces en la semejanza, ahora surge de las diferencias entre las personas cuyas actividades especializadas los hacen depender los unos de los otros. Para Durkheim, entonces, la dimensión clave del cambio es la división del trabajo en expansión de la sociedad, o actividad económica especializada. Como explicaba Max Weber, las sociedades modernas se especializan para fomentar la eficiencia. Durkheim completa esta visión mostrándonos que los miembros de las sociedades modernas cuentan con los esfuerzos de decenas de miles de otros individuos (la mayoría de ellos completos extraños) para asegurarse los bienes y servicios que necesitan cada día. Así que la modernidad se apoya mucho menos en el consenso moral (el fundamento de las sociedades tradicionales) y mucho más en la interdependencia funcional. Es decir, como miembros de sociedades modernas, dependemos cada vez más de personas en las que confiamos cada vez menos. Entonces, ¿por qué depositamos nuestra confianza en personas que casi no conocemos y cuyas creencias pueden ser radicalmente diferentes de las nuestras? La respuesta de Durkheim es la siguiente: «Porque no podemos vivir sin ellos». En un mundo en el que la moralidad a veces parece sumergirse en arenas movedizas, nos enfrentamos a lo que podría llamarse el «dilema de Durkheim»: el poder tecnológico y la libertad personal en expansión de la sociedad moderna solo pueden avanzar a costa de una moralidad en retroceso y el peligro siempre presente de la anomia. Fuente: Girola, Lidia. ¿Cuál modernidad? Anomia en las sociedades latinoamericanas. Rev. Venez. de Econ. y Ciencias Sociales, 2000, Vol. 6 N° 2 (mayo-agosto), pp. 91-103. Tarea 1Ejercicio 1 Devolución de la Prueba diagnóstica, Parte I: Preguntas IR AL TEXTO 1. Lee los comentarios que realizamos sobre las 12 preguntas que hicimos en la Parte I de la Prueba Diagnóstica. Busca en tu cuaderno las anotaciones del día Viernes 13, en que trabajamos las interrogantes. 2. Escribe en el cuaderno una de las frases que te parezca central de cada una de las respuestas que dimos a las preguntas. Ejercicio 2 Devolución de la Prueba diagnóstica, Parte II: Proposiciones IR AL TEXTO 1. Lee el texto sobre las 10 proposiciones (afirmaciones, frases) de la Parte II de la Prueba Diagnóstica. En el texto analizamos desde la proposición 1 a la 6 (las demás las dejaremos para otro momento). 2. Escribe en el cuaderno 1 o 2 oraciones que te parezcan centrales de los comentarios realizados de las 6 proposiciones comentadas. 3. Realiza en el cuaderno una reflexión personal entre las semejanzas y las diferencias que crees percibir entre los 6 autores a partir de los comentarios que surgen de cada proposición. 4. Busca en Internet las palabras del texto que provengan del ámbito de la sociología y que creas que no tienes claras. (Ej. anomia, positivismo, desviación, etc.). NOTA: Trata de dejar un registro en el cuaderno de todo lo que haces o aprendes, y recordar bien algunas fechas para ubicar en una línea de tiempo un antes y después de autores y acontecimientos. También puedes imprimir las fotografías que acompañan los textos y pegarlas en el cuaderno, o buscar información sobre las películas que vimos en clase (Germinal, 1993 y Danton, 1984). Puedes polemizar o discrepar con lo que lees, y escribirlo. Sinopsis
La acción se sitúa en París, en la primavera de 1794. Desde septiembre del año anterior, Francia vive bajo el primer régimen de Terror, en el que la facción moderada, los girondinos, sufren la represión jacobina: sus principales líderes son llevados a la guillotina. El diputado jacobino Danton ha abandonado su retiro en Arcis-sur-Aube y ha regresado a París para defender la paz y la suspensión del Terror. Apoyándose en su popularidad entre las masas parisinas, el respaldo de la Convención Nacional y de varios amigos con influencia en la opinión pública (sobre todo el periodista Camille Desmoulins), desafía a Robespierre y al poderoso Comité de Salvación Pública que este dirige. Danton, presentado como un bon vivant, está implicado en diversos casos de corrupción, entre ellos los de la Compañía de las Indias, pero Robespierre rechaza en principio acusarlo, por temor a la reacción de las clases populares movilizadas durante la Revolución. La ruptura entre Robespierre y Danton se consuma durante una cena a solas, celebrada a petición del primero, en la que se visualizan las discrepancias políticas y la diferencia de caracteres de los dos grandes líderes de la Revolución. Tras su abrupta terminación, el Comité de Salvación Pública, a iniciativa de Robespierre, arresta a Danton y a sus partidarios. Durante el simulacro de proceso que sigue al arresto de Danton, este emplea su legendaria elocuencia para defender al grupo de acusados y poner contra las cuerdas al Tribunal Revolucionario, representado por el fiscal público Fouquier Tinville. Sin testigos, sin opción de defenderse ni posibilidad de expresarsee durante un mínimo tiempo, los dantonistas se dirigen a las masas que asisten al proceso ("¡Pueblo de Francia...!") e intentan implicarlas en su defensa. El Tribunal se sirve entonces de un decreto de la Convención Nacional para excluir a los acusados del debate. El grupo es encarcelado, Desmoulins rechaza la visita de Robespierre, que hace un último intento para evitar la muerte de su amigo, y todos son ejecutados en la Plaza de la Revolución (actual Plaza de la Concordia) de París el 5 de abril de 1794. Las escenas finales de la película muestran a un Robespierre febril, inquieto y dubitativo, que recuerda la profecía que le hiciera Danton durante su última entrevista. Según ésta, el primero que cayera de los dos arrastraría al otro, y con él haría caer a la propia Revolución. Parte II: Reflexión e imaginación sociológica1. Nos dirigimos hacia un mundo dominado por la ciencia. Auguste Comte, Francia, 1798-1857 2. El mundo camina hacia un mayor orden y armonía. Herbert Spencer, Inglaterra, 1820-1903 Reflexión del docente Comte creía que el estado positivo o científico marcaba el final de la historia humana y la evolución de nuestro desarrollo. Creía que la ciencia era el final de una manera de pensar que había evolucionado desde el pensamiento teológico o fetichista, al metafísico o filosófico y que terminaría en el positivo o científico. Tenía, como Herbert Spencer, una mirada lineal y progresiva del tiempo, quiere decir que creía que el hombre evolucionaba en las formas sociales desde un grado inferior a uno superior. El positivismo del siglo XIX instauró esta idea en Europa. El conocimiento científico reemplazaría a la cohesión moral del cristianismo y de la religión mediante el racionalismo y la comprensión experimental de la naturaleza. El pensamiento positivista mantendría los lazos que unen a los hombres como hasta el momento lo había hecho la religión y el pensamiento teológico. Todos los pueblos del mundo, no importa qué lengua hablen o cual sea su etnia, evolucionan hace un mismo destino: la religión positivista o el estado positivista. Tanto Comte como Spencer comparten una visión de la historia: el optimismo positivista. Creen en el orden y el progreso. La humanidad evoluciona desde lo primitivos a lo civilizado; desde el pensamiento arcaico o teológico al positivo o científico. Para Comte la ciencia positivista reemplazaría a la religión como forma de organización humana. Spencer cuando dice que el mundo va hacia un lugar de mayor orden y armonía, está pensando en qué la evolución de las especies de Darwin se da también en el ámbito de lo social. Debido a esto es que decimos que es un optimista. El resultado final del desarrollo del tiempo histórico es el de una perfección progresiva del hombre. Cuando Comte habla de ciencia no habla de tecnología o de invenciones de máquinas. La ciencia es una forma de conocimiento que busca la verdad, en cambio la tecnología busca mejorar la eficacia o el rendimiento. Entonces, la ciencia no inventa trenes y autos ni robots, la ciencia genera conocimiento. Cuando alguien decide utilizar este conocimiento y aplicarlo produce tecnología. De modo que no hay que confundir ciencia con tecnología. Cuando Comte habla de una manera de pensar científica o positiva piensa en un nuevo relato, una nueva religión, que reemplazaría a la manera de pensar filosófica, metafísica, teológica o fetichista. Respuestas a los alumnos Algunas de las frases de los alumnos qué no tienen que ver con lo que es la ciencia para Comte y el positivismo: Tiene razón porque la tecnología de las máquinas avanzadas. Vamos a terminar siendo dominados por la ciencia. Nos dirigimos a un mundo con mucha tecnología como van a haber autos flotantes y robots. Cada vez la ciencia está tomando más en lugar de las personas ya que cada vez se crean nuevos inventos científicos que superan la capacidad del hombre máquinas por ejemplo. Vamos a depender más de la tecnología, y menos de la mano del hombre. Como dijimos la ciencia no crea nuevos inventos. No hay nuevos inventos científicos. Lo que hay son nuevos inventos tecnológicos que los hacen, no los científicos, sino los ingenieros. Cuando alguien dice que vamos a terminar siendo dominados por la ciencia es como si se dijera que vamos a terminar siendo dominados por la sociología o vamos a terminar siendo dominados por la religión; nos referimos a formas de pensar. Como dijimos, más que de aparatos o máquinas tecnológicas, la ciencia en todo caso nos va a proveer una forma superior de conocer el mundo (e incluso, al contrario de dominarnos, este conocimiento podría tener como virtud el que nos permitiera descubrir las formas sociales de porqué somos dominados). Ahora vamos a ver las frases que se acercan más a lo que es la definición de ciencia de Comte y a lo que quiere decir con la frase que trabajamos: Dejamos atrás las creencias, ya sea religiosas u otras. La ciencia avanza y va a predominar en todos los ámbitos. Vamos a un mundo donde todo estará gobernado por los hechos, experimentos, ramas de la física como Por así decirlo donde todo se comprueba por experimentos. El conocimiento da cierto poder. Como bien dice el compañero, Comte creía que la ciencia dejaba atrás creencias como las religiosas, o las supersticiones, y todo iba a estar basado en el conocimiento que pueda comprobarse empíricamente (o sea por la experiencia). Exactamente, lo que sostiene es que la ciencia avanzaría de tal manera (como forma de pensar) que sería predominante en todos los ámbitos de nuestra sociedad. Las ciencias sociales son diferentes a la física, pero como bien señalan aquí, Comte creía que todo el conocimiento iba a ser como una rama de la física, por así decirlo. La sociología podría evolucionar y tener resultados tan exactos como lo había hecho la física y podíamos justamente estudiar los fenómenos sociales de la manera en que la física estudiaba los fenómenos naturales. De hecho Comte le puso nombre a la sociología ya que es el padre de la disciplina, de física social imaginando que la sociología sería una réplica de la física. Luego quedó establecido el término sociología, que el propio Comte comenzó a utilizar en reemplazo del término física social. Justamente un positivista, además de poseer un optimismo sobre el futuro, cree que las ciencias sociales, la sociología por ejemplo, debe imitar los métodos científicos de las ciencias naturales. Contextualizar las proposiciones. Ahora debemos saber que esto lo dijo Comte en la primera mitad del siglo XIX, o sea en 1840 aprox. Hoy podemos decir que muchos defienden la ciencia por sobre las demás formas de conocimiento, pero la teología, la superstición, la filosofía, la metafísica no se han superado ni dejado de lado como Comte creía y deseaba. Comte dijo que Nos dirigimos hacia un mundo dominado por la ciencia en 1840 aprox. (como dijimos), pero en el siglo XXI todavía seguimos creyendo en el tarot, en la tirada de cartas, en la psicomagia, en la astrología y en distintas formas de conocimiento no-científico o pseudo-científico. Lo mismo podemos decir de la frase de Herbert Spencer. Cuando aseguraba (cerca de 1860) que el mundo va hacia mayor orden y la armonía, está expresando su visión optimista de la historia. Cuando nosotros decimos, por ejemplo, que el mundo va hacia un mayor caos y todo está empeorando como dice un compañero, lo que está evidenciando es que no tiene una visión de la historia igual que la de Comte o Spencer. Luego otro alumno dice para mí esta frase no es cierta ya que el mundo está cada vez peor. Las diferencias son aceptables en el mundo de las ideas y de la discusión, y estos asuntos sociológicos o filosóficos nunca se saldan. El poder y el control. Otro alumno dice avanza el control. Es una manera válida de verlo, hay muchos estudios sociológicos que creen que el control de la sociedad y de las personas durante la modernidad, avanza cada vez más por el desarrollo de la tecnología. Luego otro alumno decía sobre la ciencia que da cierto poder. Esto es verdad y se ha estudiado mucho en el campo de la sociología. Hay un filósofo justamente que es Michel Foucault, quién dijo justamente esto (aprox. en 1970-1980): el conocimiento es poder y se lo busca para aumentar la dominación de unos a otros. En cambio tenemos otras visiones como las de Mario Bunge, quien asegura que la ciencia no busca el poder sino la verdad, y qué la búsqueda de poder una motivación del político, pero no del científico. 3. El capitalismo se basa en la explotación de los trabajadores por los capitalistas. Karl Marx, Alemania, 1818-1883 Reflexión del docente Marx sostiene que la historia humana es la historia de la lucha de clases. En el modo de producción capitalista, para Marx, esas clases son: 1. La burguesía. Dueña de los medios de producción o sea del capitán. Tierras, máquinas, edificios, fábricas. Y 2. El proletariado. Sólo puede vender sus manos para trabajar a cambio de un salario. Trabaja para el burgués a cambio de lo necesario para vivir. En estas relaciones de producción, el trabajador genera una plusvalía (un valor excedente de su trabajo que no percibe en su salario) y que se apropia el burgués o el empresario. De ahí que Marx crea que hay una relación de explotación, en este caso de los capitalistas sobre los trabajadores. Respuestas a los alumnos Cuando un compañero dice los que más tienen dominan a los que menos tienen o los ricos se aprovechan de los menos ricos, podríamos afinar esas frases diciendo que son los dueños de los medios de producción, los burgueses, los que dominan y sacan partido de los que no tienen los medios de producción, o sea los trabajadores, dueños solamente de su fuerza de trabajo, de su mano de obra. Cómo lo decía acertadamente una compañera, los capitalistas son los que poseen los medios de producción. Cuando otro compañero dice que el capitalismo se explota a sí mismo así que es su enemigo propio, si bien no es a lo que está haciendo referencia a Marx en su frase, sí es algo que Marx dijo alguna vez cuando aseguró que la burguesía es el germen de su propia destrucción, ya que creaba una clase trabajadora que se volvía revolucionaria y terminaba por aplastar a la burguesía, y por sustituir el capitalismo por otro modo de producción, que Marx creía, iba a ser el comunismo. Luego un amigo dice: no tiene sentido porque en realidad todos somos capitalistas o sea ‘tanto tenés tanto valés’. Esta es una frase válida y valorativa, aunque no es a lo que hace referencia Marx. O sea, no es una frase marxista, pero no por ello deja de ser buena para poder reflexionar sobre ella, ya que abre nuevos campos de reflexión. 4. El mundo moderno ofrece menos cohesión moral que las sociedades anteriores. Émile Durkheim, Francia, 1858-1917 Reflexión del docente Durkheim dice que durante el Antiguo Régimen, o sea antes de la Revolución Industrial y de la Revolución Francesa, la vida rural y de fuertes lazos comunitarios unía a la sociedad por la tradición y los valores religiosos. En el Antiguo Régimen había más cohesión moral. Pero con la llegada de la modernidad aparece la vida urbana en la que impera la división del trabajo y la especialización, y en donde se adoptan valores utilitarios y de eficiencia. Debido a esto último es que Durkheim considera que hay menos cohesión moral en la actualidad. De todos modos recordemos que la frase de Durkheim se remonta a 1895 aproximadamente. Respuestas a los alumnos Cuando un compañero dice que hay menos cohesión moral porque la gente no tiene algo en común, hace referencia justamente a este fenómeno de pérdida de valores generales y aceptados por todos y que unieran a la gente. Cuando otro de los compañeros dice que antes existían ciertos protocolos y la sociedad ‘caminaba de la mano’ hace referencia a la cohesión moral que había en el Antiguo Régimen, donde por ejemplo, tenían una creencia religiosa que no ponían en discusión o un sistema de solidaridad basado en la costumbre y la tradición. Cuando otro compañero dice que nos vamos desligando de nuestras herencias, credos y costumbres a través del olvido, hace referencia justamente a la pérdida de cohesión moral. Lo que Durkheim no diría es que porque las credos ‘se olvidan’, sino que este fenómeno de pérdida de la cohesión moral, se produce por una transformación social importante que surge con la división del trabajo y la especialización de tareas, la Revolución Industrial, así como por la pérdida de creencias comunes. 5. El mundo moderno es una jaula de hierro de sistemas racionales de la que no hay salida. Max Weber, Alemania, 1864-1920 Reflexión del docente Weber asegura que el mundo moderno se caracteriza por una creciente racionalización. ¿Qué es la racionalización? Es la Organización de la vida según principios de eficacia o eficiencia y aplicación técnica: 1. Desarrollo de la ciencia. 2. Aplicación de la tecnología. 3. Crecimiento de la burocracia. Estos tres principios son lo que se llama sistemas racionales. Estos sistemas racionales crean una jaula de hierro (la cual es una metáfora, como bien señalaba una compañera), o digámoslo de otra forma: estos sistemas racionales entretejen una madeja alrededor nuestro, que aprisionan al ser humano dentro de un sistema que anula la espontaneidad y la creatividad. Además como bien dicen Weber en la frase misma: ‘no hay salida’, o sea que considera este hecho un proceso Irreversible. Contrariamente a las visiones que hemos visto de Spencer y Comte, Weber tiene una visión antipositivista. ¿Qué quiere decir esto? Quiere señalar que Weber es pesimista sobre el progreso humano, su visión sobre las transformaciones sociales es opaca o desanimada. No cree que el futuro vaya a ser necesariamente mejor, ni producto de una evolución creciente que evidencie el progreso humano. Hay que decir entonces que los pesimistas son Weber y Simmel, y los optimistas son Comte, Spencer y Marx (y también Saint-Simón, que ya estudiaremos). Esta sociología de Weber, y luego también la de Simmel, va a abrir un nuevo campo de interpretación de la historia durante el siglo XX diferente a las que proponían Spencer y Comte. Respuestas a los alumnos Un alumno dice el mundo avanzó tanto que quedamos encerrados. Esto es justamente lo que dice Weber: durante la modernización se generaron sistemas racionales que anularon gran parte de nuestra capacidad de ser libres. Luego, otro amigo dice: hay cosas que nos atrapan como la tecnología y el dinero. Justamente, Weber considera el uso del dinero y el crecimiento de la tecnología como parte de la creciente racionalización del mundo, de modo tal que las personas quedan reducidas o se empequeñecen con respecto a esos sistemas racionales que nos rodean. Cuando alguien más de la clase dice: somos prisioneros en una jaula y hacemos cosas que quieren y no lo que queremos, hace referencia a esta observación de Weber sobre la imposibilidad de que el individuo desarrolle ampliamente su creatividad. Lo que Weber podría corregir de esta frase es que no hay personas que hagan con nosotros lo que ellos quieren sino que lo que hay son sistemas impersonales basados en la eficiencia, por ejemplo la burocracia y de lo que las personas son parte, pero no sus creadores intencionales. No son personas sino que son las estructuras sociales quienes crean esta jaula de hierro. 6. La ciudad genera un tipo particular de persona. Georg Simmel, Alemania, 1858-1918 Reflexión del docente La urbe, la ciudad crea un nuevo tipo de persona. ¿Qué quiere decir Simmel con esto? Quiere indicar que el individuo de la ciudad, el ciudadano, el urbanista, presionado por el ritmo de la vida (que no puede esquivar), configura en la ciudad un tipo de personalidad diferente al de la vida rural: 1. Moderna. 2. Capitalista. 3. Indiferente. 4. Reservado. Simmel asegura que la vida en la ciudad intensifica los estímulos nerviosos de las personas, tanto intelectuales como emocionales. De esto resulta que la persona de la ciudad desarrolla una actitud blasé. La actitud blasé de Simmel hace referencia a que la persona, debido a que vive durante el transcurso del día una constante estimulación visual intelectual o emocional, se rodea de una coraza exterior o lo que podríamos decir una burbuja. La actitud blasé, qué es el tipo de personalidad que se desarrolla en la ciudad, es el equivalente de lo que nosotros decimos vivir dentro de una burbuja. Simmel asegura que esta actitud de coraza exterior es una manera de protegerse, de defenderse del vértigo de los tiempos modernos. Cómo Weber, Simmel tiene una visión antipositivista y pesimista. A diferencia de Comte, Spencer y Marx, Simmel no cree en una linealidad del tiempo histórico que exprese una línea continua de evolución y progreso; es decir no cree que el desarrollo humano tenga un inicio en la barbarie y en la religión, al que luego llegaría un final, que sería la civilización y la ciencia. Simmel considera que el hombre puede retroceder, estancarse, por eso desarrolla una visión de la modernidad que al igual que la de Weber es opaca y algo desalentadora. Respuestas a los alumnos Una alumna dice las personas cambian según la ciudad que viven. Es cierto que las personas cambian según la ciudad que viven, pero no es a lo que hace referencia Simmel. Simmel habla del tipo de personalidad que se forja en la ciudad o en la urbe moderna en general, sea de Europa o de Sudamérica. A lo que se refiere el autor es justamente a los que nos dicen estos tres alumnos y alumnas de la clase. Por ejemplo que la ciudad genera un tipo de persona diferente a la que crea el campo. Luego dice otra alumna: las sociedades la sociedad en una ciudad como no es igual a la rural. Y esta otra: la persona de la ciudad no vive igual a una rural, es un tipo diferente de persona. Ese contraste entre gran ciudad y vida rural es a lo que apunta Simmel cuando nos dice que la ciudad genera un tipo particular de persona. Respuestas de los alumnos 1. Nos dirigimos hacia un mundo dominado por la ciencia. Auguste Comte, Francia, 1798-1857 Alumnos grupo 1 - Tiene razón porque la tecnología de las maquinas avanzado. La ciencia avanza y nos domina el hecho de querer saber más. Vamos a terminar siendo dominados por las ciencias. Nos dirigimos a un mundo con mucha tecnología como van a haber robots y autos flotantes. Dejamos atrás las creencias ya sea religiosas huacas. Cada vez la ciencia está tomando el lugar de las personas ya que cada vez se crean nuevos inventos científicos que superan la capacidad del hombre (máquinas, por ejemplo). La ciencia avanza y va a predominar en todos los ámbitos. El mundo va a estar basado en estudios. El conocimiento de la ciencia da cierto poder. Vamos a depender más de la tecnología y menos de la mano del hombre. Vamos a un mundo donde todo estará gobernado por los hechos como experimentos y ramas de la física como Por así decirlo como va donde todo se compruebe por experimentos. Alumnos grupo 2 - Porque el hombre va evolucionando. Según Auguste creía que se dirigían a un mundo dominado por la ciencia porque se había comenzado estudiar mucho más todo desde cultivos hasta cómo se comporta una sociedad ante el desarrollo económico y social. El desarrollo de la ciencia y sus grandes avances como que potencian aún más a los países que justamente ya son potencias mundiales. No estoy de acuerdo.Vivimos entre la ciencia, pero lo que domina el mundo es la tecnología. 2. El mundo camina hacia un mayor orden y armonía. Herbert Spencer, Inglaterra, 1820-1903 Alumnos grupos 1 - No, el mundo va hacia un mayor caos, todo está empeorando. Más seguridad, más paz. Cambió el gobierno y cambiaron las leyes, y va a haber menos robos. Un cambio con respecto a lo que es ahora. Para mí esta frase no es cierta, ya que el mundo está cada vez peor. Avanza el control. Alumnos grupo 2 - Porque todos queremos vivir en un mundo mejor y confortable. No sé si marcha hace un orden y armonía, pero si cambió y se desarrolló, se ordenó y se desordenó. Se busca la igualdad y sin guerras. Estoy de acuerdo. 3. El capitalismo se basa en la explotación de los trabajadores por los capitalistas. Karl Marx, Alemania, 1818-1883 Alumnos grupo 1 - Los que más tienen dominan a los que menos tienen. No se basa en que las personas puedan rendir más en su trabajo para subir la economía. Se basa en la parte política. Explotan a los trabajadores. Los que poseen los medios de producción. Esto fue porque explotaban a los trabajadores, le pagaban miseria y ellos ganaban un disparate sin hacer nada. No sé. Los ricos se aprovechan de los menos ricos. En ese entonces, los trabajadores no tenían muchos derechos, y trabajaban en malas condiciones. No tiene sentido porque en realidad todos somos capitalistas o sea ‘tanto tenés tanto valés’. El capitalismo se explota a sí mismo, así que es su enemigo propio. Alumnos grupo 2 - A los derechos del trabajador y formación de los sindicatos. Sí y no, porque sí es cierto que los que tienen más riqueza se hacen más ricos gracias al trabajo de los trabajadores, pero también los trabajadores perciben ganancias por su trabajo. No estoy de acuerdo. No estoy de acuerdo. Prefiero el capitalismo antes que el comunismo, porque tengo derecho a ser dueño de lo que creo o tengo. 4. El mundo moderno ofrece menos cohesión moral que las sociedades anteriores. Émile Durkheim, Francia, 1858-1917 Alumnos grupo 1 - Hay menos valores morales en el mundo en el que vivimos juntos las personas tienen menos moral porque cada vez tienen menos miedo a decir lo que piensa. Hay menos acuerdo moral porque cada uno piensa para sí mismo. Sí porque se perdieron muchos valores. La gente no tiene algo que los una. Antes existían ciertos protocolos y la sociedad caminaba de la mano; había ciertas ideologías, como por ejemplo la religión. Nos vamos desligando de nuestra herencia, credos, costumbres a través del olvido. Esa frase dice que antes había menos pensamientos y obligaciones a acciones morales, así como más individualismo. Alumnos grupo 2 - Porque hay más comunicación. Según Émile, ella piensa que el mundo moderno hay menos cohesión, porque progresa demasiado rápido y no queda lugar para la moral, pienso que no es así. La moral nunca se pierde, sí puede transformarse pero no se pierde, se adecua los tiempos. Creo que sí. 5. El mundo moderno es una jaula de hierro de sistemas racionales de la que no hay salida. Max Weber, Alemania, 1864-1920 Alumnos grupo 1 - Sí, puede ser. El mundo avanzó tanto que se quedó encerrado. No sé qué es un sistema racional junto hay cosas que nos atrapan como la tecnología y el dinero junto no se juntó somos prisioneros en una jaula y hacemos lo que quieren y no lo que queremos. Alumnos grupo 2 - Porque avanzaron las Industrias y la tecnología. No creo que sea así, es otro sistema. No es una jaula, tenemos otros pensamientos más amplios. Si, la casi dependencia total a la tecnología creo que es la parte moderna que nos va encarcelando. 6. La ciudad genera un tipo particular de persona. Georg Simmel, Alemania, 1858-1918 Alumnos grupo 1 - Las personas cambian según la ciudad en que viven. La ciudad genera un tipo de persona diferente a la que crea el campo. Una persona de la ciudad de una ciudad vive diferentes experiencias. Según dónde viven es cómo van a actuar. La sociedad en una ciudad no es igual a una rural. No es igual a una rural, es un tipo diferente de persona. Alumnos grupo 2 - No, porque hay diferentes tipos de clases y sociedades. Supongo que sí. Cada sociedad genera tipos de personas particularidades diferentes, con cualidades distintas y se adecuan a cada sociedad.Creo que sí, he visto y vivido el cambio de vivir en un pueblo a vivir en una ciudad. 7. Las mentes de las personas y sus conceptos de sí mismas están configuradas según sus experiencias sociales. George Herbert Mead, Estados Unidos, 1863-1931 Alumnos grupo 1 - Sí porque según las experiencias que tengas en la vida es el concepto que te creas a sí mismo. Sí es verdad; está siempre basado en lo que dirán del resto. Cada cual piensa y ve las cosas desde su punto de vista. Lo que dice es que cada persona tiene su ideología y su pensamiento. Están basadas según se crían. Cuánto sos chico sí, después qué formas tu personalidad las experiencias sociales no te afectan. Según lo que hayan vivido y experimentado en sus vidas son las opiniones personales que van a tener. Incluso esta frase da a varias pautas. Dime con quién andas y te diré quién eres. Alumnos grupo 2 - Sí, supongo que sí, según atrás experiencias sociales nos comportamos. Creo que eso ha cambiado, e intentó cambiarlo en lo personal, pero sí, la experiencia social y más aún la cultural nos marca y encierra. 8. En sus relaciones sociales las personas suelen confiar en «fórmulas» verdaderas que han sido aplicadas anteriormente para saber cómo manejar esas relaciones. Alfred Schutz, Viena-Estados Unidos, 1899-1959 Alumnos grupo 1 - Confían en otras personas, por como actuaría en ellas mismas. Sí, se basan en sus experiencias anteriores para poder actuar. Creemos en los conocimientos de los fenómenos que fueron los creadores. Cómo fue la gente se basa en otros pensamientos para exponer y decir lo de ellos. Creo que tiene que ver con las leyes y las obligaciones. Cada persona actúa de manera diferente y no debe actuar de determinada manera para caer bien porque su actitud sería falsa. Se basan en la experiencia de otras relaciones para aplicarlas en las suyas en la vida cotidiana y personal. El autor expresa que hay que seguir ciertos métodos para ya no cometer errores y siguen las pautas que siguieron otros para no fallar. Las personas se basan en fórmulas, que basándose en el éxito anterior para volver a tenerlo. Alumnos grupo 2 - No lo sé puede ser. Yo al menos no. Todas las sociedades, o círculos sociales dependen de un motivo, tiempo y espacio que rara vez coinciden los tres, dos veces 9. La sociedad es un sistema integrado de estructuras y funciones sociales. Talcott Parsons, Estados Unidos, 1902-1979 Alumnos grupo 1 - La sociedad se dicta por lo que ya estamos estructurados. Sí, la sociedad es la que juzga. Las personas tienen sus funciones y pensamientos, estructura, etcétera. La sociedad está integrada por leyes y funciones que impone la gente. Si, ya que cada individuo tiene una función en la sociedad. Entiendo que la sociedad se basa en lo que el otro hace y cómo se comporta en la sociedad día a día. Se deriva esta frase a que la sociedad o ciertos grupos de individuos somos clasificados según estatus, económico, étnico, etcétera. La sociedad es un conjunto de formas sociales y morales que debemos sí o sí seguir. Alumnos grupo 2 - Sí, la sociedad es un sistema integrado y estructurado. Creo que sí, todos ocupamos un rol y un lugar, comenzando por ejemplo en un barrio, al menos en un pueblo o ciudad del interior, donde todos de una manera u otra nos conocemos. 10. La sociedad es la muralla que nos aprisiona en la historia. Peter Berger, Austria-Estados Unidos, 1929-2017 Alumnos grupo 1 - La sociedad es lo que se vivió antes en la historia. Si, la sociedad siempre se fija en la historia. Vemos las cosas como fueron antiguamente. Que gracias a las ideas de los primeros filósofos hay una idea sembrada y las personas creen o no en ello. La sociedad tiene la cabeza la antigua y algunos no apoyan los cambios. No se. La sociedad se reprime según lo que piensan los demás y lo que dicen de ellos. La sociedad en masa llega a cometer los mismos errores al olvidar la historia. En base de los hechos de la sociedad y cosas que han pasado y hechos, es cómo se construye la historia de la cual jamás vamos a escapar, ya que siempre está pasando algo que ese algo constituye la historia. Alumnos grupo 2 - Sí, puede ser que la sociedad nos encierra en la historia. No creo. Al menos con mis conocimientos. La historia, como el tiempo va a seguir su curso. Reflexión final y general Como reflexión final digamos que las primeras proposiciones que estudiamos pertenecen a principios o mediado del siglo XIX. Comte escribió su frase cerca de 1830 o 1840. Spencer y Marx cerca de 1860 y 1880. Durkheim escribió su proposición en 1895 aproximadamente, y Weber y Simmel lo hicieron ya en el siglo XX, a principios del 1900. Por lo que es lógico creer que los autores tengan distintos puntos de vista porque vivieron en épocas diferentes. Ya en el desarrollo del curso trabajaremos el resto de las proposiciones que ya pertenecen al corazón del siglo XX y que se acercan mucho más a nuestra realidad actual. Así que no debemos tomar estas afirmaciones como verdades finales, sino como un modo de interpretar nuestro pasado y nuestro presente desde diferentes perspectivas. Otras proposiciones que dejamos para estudiar más adelante: 7. Las mentes de las personas y sus conceptos de sí mismas están configuradas según sus experiencias sociales. George Herbert Mead, Estados Unidos, 1863-1931 8. En sus relaciones sociales las personas suelen confiar en «fórmulas» verdaderas que han sido aplicadas anteriormente para saber cómo manejar esas relaciones. Alfred Schutz, Viena-Estados Unidos, 1899-1959 9. La sociedad es un sistema integrado de estructuras y funciones sociales. Talcott Parsons, Estados Unidos, 1902-1979 10. La sociedad es la muralla que nos aprisiona en la historia. Peter Berger, Austria-Estados Unidos, 1929-2017 Síntesis del pensamiento sociológico del siglo XIX y primeros años del XXBibliografía Aron, Raymond. Las etapas del pensamiento sociológico, 1. Siglo Veinte, Buenos Aires, 1985. Aron, Raymond. Las etapas del pensamiento sociológico, 2. Siglo Veinte, Buenos Aires, 1987. Ayala, Francisco. Tratado de sociología. Aguilar, Madrid, 1959 [1947]. Rocher, Guy. Introducción a la sociología general. Herder. Barcelona, 1990 [1973 Sinopsis: En el norte de Francia, a mediados del siglo XIX, los trabajadores de una minera de carbón son explotados por el dueño de la mina. Un día, deciden ir a la huelga, y las autoridades las reprimen. Parte I: Preguntas de orden sociológico general1. ¿Cuándo surge la sociología? ¿En qué siglo? ¿En qué países? Surge cuando se derrumba el Antiguo Régimen, es decir cuando se produce una transformación política y social de Europa con la Revolución Industrial con la Revolución Francesa y las revoluciones continuas del siglo XIX. Empieza a prefigurarse a fines del siglo XVIII y surge en el siglo XIX, en Francia, Alemania e Inglaterra, sobre todo. 2. ¿Qué crees que es la sociología? Estudia lo social; no lo natural (biología o física), no lo individual (psicología o anatomía). (1) La sociología es el estudio de la vida social humana, de los grupos y sociedades que tiene como objeto nuestro propio comportamiento humano. (2) Estudia según por qué normas se comporta el ser humano. (3) Estudia las diversas colectividades asociaciones grupos e instituciones sociales que los hombres forman. (4) La vida cotidiana vinculándola a la estructura social. (5) Ciencia que busca entender, interpretándola, la acción social. 3. ¿Qué crees que es la ciencia y con cuáles disciplinas la relacionas? (1) La ciencia es una forma de conocimiento que realiza proposiciones e hipótesis que pone a prueba. (2) Es una forma de conocimiento humano, basada sobre el intento de desarrollar principios generales respecto de ciertos fenómenos delimitados, derivándolos de observaciones empíricas y enunciados en forma de leyes o generalizaciones. (3) Se diferencia de otras formas de conocimiento, como la teología o la religión, la filosofía o las humanidades; o el sentido común. (4) Aspira a separar lo verdadero de lo falso, lo cierto de lo errado; a pasar de un saber menos cierto a uno más cierto, o rectificado. (5) Verifica empíricamente el conocimiento. (6) Analiza, demuestra y comprueba los hechos. Ejemplos de ciencias: sociología, economía, antropología, física, biología, química, astronomía, matemática. 4. ¿En qué diferencias la sociología de las ciencias naturales, como la química o la biología? La sociología es una Ciencia Social, por tanto se ocupa del estudio de lo social, que es una construcción del hombre y que no existía antes de él. Las ciencias naturales estudian el mundo orgánico e inorgánico con técnicas objetivas y experimentales que no tienen en cuenta el carácter social o cultural de su objeto de estudio, y que son independientes de la conciencia del hombre. En sociología el investigador es parte del mundo social, parte del objeto que estudia; en las Ciencias Naturales hay una separación entre el investigador y los objetos que estudia (por ejemplo las células, los planetas, la electricidad, la gravedad, el resto de los animales). El investigador de ciencias naturales investiga algo que no es él mismo; el investigador de ciencias sociales al investigar las creaciones humanas, se investiga a sí mismo. 5. ¿Qué temas o problemas estudia la sociología? Cuando preguntábamos qué temas o problemas estudia la sociología, alguien nos dice: el nacimiento y la muerte. Para convertir estos dos temas en temas de la sociología deberíamos quitarle el grado de generalidad que tienen. El nacimiento y la muerte, dichos así, son problemas filosóficos o religiosos, es decir problemas metafísicos. Para convertirlos en temas sociológicos deberíamos pensarlos desde su correspondencia con lo social: el suicidio, el asesinato, el aborto, la eutanasia, la salud pública, los seguros de vida o los índices de natalidad o mortandad. En ese momento estamos hablando de problemas sociológicos, es decir problemas científicos o técnicos. Mediante esta operación los temas señalados como el nacimiento y la muerte se convierten en temas de interés social. Vamos a señalar otros temas de interés social no filosóficos o religiosos: el racismo, las causas (sociales, no políticas) de una guerra, la familia, la anomia, la desviación, las clases sociales, la estratificación social o las jerarquías, la violencia, el suicidio, la religión, el orden social, etc. 6. ¿Cuáles son los autores sociológicos que conoces? Henri de Saint-Simon, Francia, XVIII-XIX Auguste Comte, Francia, XVIII-XIX Karl Marx, Alemania, XIX Herbert Spencer, Inglaterra, XIX Émile Durkheim, Francia, XIX-XX Max Weber, Alemania, XIX-XX Georg Simmel, Alemania, XIX-XX Talcott Parsons, Estados Unidos, XX Charles Wright Mills, Estados Unidos, XX Erving Goffman, Estados Unidos, XX Pierre Bourdieu, Francia, XX Peter Berger, Austria - Estados Unidos, XX-XXI 7. ¿En qué siglos ubicas la Revolución Industrial y la Revolución Francesa y que relevancia crees que puedan tener en que exista la sociología? Revolución Industrial se produce en el siglo XVIII y continúa durante el XIX. La máquina a vapor de James Watt, por ejemplo, se inventa en 1769. La Revolución Francesa la ubicamos a finales del siglo XVIII en 1789. Son importantes estos temas para la sociología porque se producen cambios estructurales:
En resumen: Lo que sucede es que se desmorona el mundo que damos por supuesto. 8. ¿Qué película o serie has visto que te hace pensar que aborda temas sociológicos? ¿Por qué? Todas las películas tienen elementos sociológicos, pero hay que saber leerlas o mirarlas sociológicamente y para eso tenemos que aprender a pensar sociológicamente y a desarrollar la imaginación sociológica. 9. Cuando caminas por las calles de San Ramón, ¿qué fenómenos percibes que creas que pueden tener relación con la sociología? Es cierto que todo tiene sociología, como decíamos sobre el cine. Lo que debemos lograr en este curso es que podamos separar lo general de lo puramente sociológico, de entre los fenómenos que vemos en nuestra vida cotidiana. La sociología es un estudio de la vida cotidiana, la cual se desarrolla sobre una estructura social que tiene sus propias características. La sociología es el estudio de las interacciones de las personas y los grupos, y de las relaciones sociales que establecen, es por ello que vemos en la sociedad una cierta regularidad, como una cierta estandarización de las acciones humanas. Cumplimos roles pautados. La forma de hablar de las personas y las formas de vestir son un tema sociológicos por excelencia. La moda lo es también, ya que es el reflejo de la interacción de las personas con otras personas, y de las interacciones de las personas con los valores estéticos de la colectividad que integran. La diferencia entre los individuos en una sociedad son un asunto bien importante que involucra la socialización, a la conformidad y a la desviación. La sociedad es incapaz de crear individuos como un molde, porque también el individuo construye la sociedad, proponiendo cambios o resistiéndose o diferenciándose de los demás. En toda sociedad, por muy regulada que sea, existen espacios de autonomía personal e individual que la sociología estudia desde el siglo XIX. La sociología no estudia la naturaleza y todo aquello que lo que nos rodea, como decía una compañera, sino solamente los aspectos sociales de lo que vemos, los aspectos en donde media una acción social con sentido (ya explicaremos esto cuando trabajemos a Max Weber). 10. ¿Qué acontecimientos o sentimientos de tu vida personal crees que tienen vinculación con la sociología? La familia es una de las unidades sociológicas más importantes. Nos transmite creencias y valores que se interiorizan en nosotros aun cuando podamos resistirnos a algunas de ellas. La imaginación sociológica es una herramienta para vincular los fenómenos sociales externos a nuestra propia biografía. Además es germen de relaciones adaptativas a la sociedad, como también de conflictos. Los fenómenos que tienen que ver con el derecho se inscriben en una institución judicial a la que todos estamos sometidos. Cuando aparecen abogados, fiscales y juzgados en nuestra vida debemos saber que son parte de un función social muy conocida: mediar entre los conflictos de la vida diaria entre las personas; además es un medio muy importante de control social. Cuando la sociedad o grupos sociales nos señalan, nos critican por un defecto personal o por una orientación sexual debemos saber que estamos siendo parte de un sistema de control social que busca desalentar la desviación y aumentar el orden social y la conformidad. Un medio sociológico empleado para esto es lo que se llama el estigma. El nacimiento y la muerte pueden ser problemas filosóficos o religiosos, pero cuando se trata del nacimiento y la muerte en términos de la salud pública, el aborto, la eutanasia, el suicidio o los seguros de vida, entonces se convierten en fenómenos sociológicos. 11. ¿Por qué crees que como sociedad, y pese a nuestra diversidad individual, cumplimos ciertas reglas? 12. ¿Por qué no suceden hechos sociales imprevisibles de manera constante, como que los profesores falten a clases todos a la vez y por causas desconocidas, o que no ocurra que un gran números de personas de manera espontánea ataquen los puestos de la feria a la vez y destruyan sus puestos, o que ocupen edificios de la policía o las oficinas de la intendencia? La pregunta es: ¿por qué nos comportamos de una manera más o menos previsible? Aunque creamos que las reglas deben cumplirse porque de manera personal creemos que son esenciales para la convivencia, la armonía y el orden, existen razones sociales independientes de nuestra voluntad para que eso suceda. Toda sociedad crea un sistema de normas y reglas por mecanismos institucionalizados como la escuela, la política, la religión, la economía, que son los artefactos que luego cada individuo, condicionado en su mundo de acción, interioriza y cumple. Si el orden social dependiera de que tengamos una justificación individual y moral de que hay que cumplir las normas, entonces viviríamos en un orden social precario y proclive a romperse. De modo que las instituciones de control y de socialización son las que crean el orden y la regularidad que vemos. Tampoco depende del presidente ni de las leyes. La sociología estudia el orden social más allá de quien sea el presidente. En todo caso, el presidente es consecuencia de un marco legal que lo inviste como tal, y no al revés. Podríamos vivir cómo lo hacemos, sin tener conciencia de quién es el presidente o qué hace, porque ya estamos socializados a través de las generaciones pasadas para actuar acorde a ciertas reglas comunes. Si el orden social dependiera de un presidente estaríamos en la misma situación anterior, ante un sistema de orden social precario. En todas las sociedades hay personas e individuos que no siguen las reglas de la mayoría. Cuando alguien se desvía de la norma, la sociología lo llama desviado. Sin embargo, hay desviaciones que pueden ser funcionales y pueden crear cambios en las estructuras sociales, pero el peso y los castigos que caen sobre ellos suelen ser más grandes que los de quien actúa en conformidad con las reglas (las cuales pueden ser buenas o malas, deseables o no deseables según como uno de las considere). Las sociedades necesitan de orden social para poder sobrevivir, pero no están exentas de conflicto. No existen las sociedades sin algún tipo de conflicto, lo que no niega que existan acuerdos sociales sobre una serie importante de reglas. Por ejemplo hay conflicto sobre las marchas feministas, por la discusión sobre el aborto o los impuestos, o por el accionar de la los agentes de la seguridad. El conflicto convive con el orden. La regularidad entonces no es una casualidad sino una causalidad. Nos comportamos de manera previsible por el consenso colectivo acerca de las normas, no por la histeria colectiva, más parecida a la anomia o a la desorganización social. La frase expresada por un alumno: “porque hacemos lo que quieren que hagamos, no lo que queremos hacer”, refleja claramente el conflicto estudiado por la sociología entre individuo y sociedad o entre la persona y el rol. Respuestas de los alumnos 1. ¿Cuándo surge la sociología? ¿En qué siglo? ¿En qué países? Alumnos grupo 1 - Puede ser en los países europeos. En el siglo XIX, en Francia, Alemania e Inglaterra. En todos los países con más Supongo. No sé. Conjunto de diferentes formas sociales y culturales Uno. Alumnos grupo 2 - Ni idea. Para mí surge en la época moderna, como forma de estudiar a la sociedad en general y sus comportamientos. Supongo que en los países desarrollados. Surge hace muchos años, quizás varios siglos. No sé. 2. ¿Qué crees que es la sociología? Alumnos grupo 1 - Algo que trate de la sociedad junto el estudio de la sociedad. Análisis de los seres humanos. Una ideología. Autores con ideas basadas en la sociedad. Parecida filosofía. La educación y cosas que no entendés de la vida cotidiana. Temas religiosos y económicos. Estudio de cada sociedad: religión moral creencias y pensamientos políticos. Cómo actúa el individuo en grupo y la interacción de unos grupos con otros. Combina filosofía e historia. Estudia lo social. Alumnos grupo 2 - La ciencia que estudia las leyes y la sociedad. Me parece que estudia cómo se desarrolla la sociedad, cómo se comporta, cómo se forma, cómo se organiza y evoluciona. La ciencia que estudia la sociedad. Es una ciencia que estudia el comportamiento de la sociedad. Tiene algo que ver con la sociedad, las distintas clases sociales como el relacionamiento social y cultural. 3. ¿Qué crees que es La Ciencia y con cuales ciencias la relacionas? Alumnos grupo 1 - El conocimiento de las cosas. Estudia las cosas, con filosofía literatura. Analiza, observa, estudia. Ciencias sociales como culturales, ciencias naturales. Estudia y analiza. Ciencias sociales y naturales. Algo que lo sabe todo. Materia cívica. Demostrar con hechos cosas inciertas. Comprobar las cosas con la experiencia y hechos. Alumnos grupo 2 - La ciencia es una evolución: naturales, sociales, económicas, educativas. Es el arte de estudiar en profundidad tanto algo en el plano científico, cómo se forma una célula o cómo se desarrolla una sociedad. Es el estudio aplicado precisamente a ciertos temas (distintos tipos de ciencia, distintos temas) que cumple con cierta metodología y pautas de estudio. Una ciencia es la medicina, porque allí se estudia todo lo que tiene que ver con lo biológico del ser humano. Relaciono con las ciencias sociales por las leyes y la historia (la cultura). La ciencia es un conjunto de conocimientos diversos. 4. ¿En qué diferencias la sociología de las ciencias naturales, como la química o la biología? Alumnos grupo 1 - La sociología estudia al ser humano desde lo social y la ciencia biológica estudia la vida, y la y la química estudia con experimentos las propiedades y estructura de la materia. Todas tienen algo en común, pero se diferencian de la manera en la que estudian y analizan. La sociología tiene que ver con textos libros autores análisis de texto; y las Ciencias Naturales lo asoció a los animales como la química y la biología. Algo que estudia las personas, su comportamiento. La sociología estudia temas relacionados con la sociedad: Cómo vive normas conductas y estilos de vida. La sociología es más del urbano y las ciencias naturales más de la naturaleza. Tendría que definir antes con claridad qué es la sociología. Alumnos grupo 2 - Sociología, gentes; ciencias naturales, vida. Estudian a una sociedad, su comportamiento, etcétera. Las Ciencias Naturales estudian la vida, cómo se forma o cómo se puede curar una enfermedad, la química o la biología se estudia más minuciosamente como en casos más pequeños como los átomos, células. La biología por ejemplo estudia la vida en sí y los comportamientos de los seres vivos individualmente, dependiendo de la especie y tipo, la química estudia la formación atómica y reacciones de elementos y sustancias por ejemplo. Creo que la sociología, estudia las personas en su conjunto como como sociedad; y no como individuos sino en comportamientos en conjunto dependiendo del desarrollo y el tiempo de estudio. La diferencio del resto de las ciencias, porque estudia el comportamiento de las personas en una sociedad y no como ser vivo. Se trata más de la historia social de los seres humanos, más que de cómo están formados. 5. ¿Qué temas o problemas estudia la sociología? Alumnos grupo 1 - La salud como el medio ambiente contaminación, el racismo, Las Guerras, las causas políticas la sociología y el mundo. Todo lo que tiene que ver con la sociedad. Comportamiento de la sociedad. El comportamiento en función de sus actos. El estudio social del ser humano. No sé de temas filosóficos. Temas sociales. Alumnos grupo 2 - De la sociedad. Temas sociales como culturales, cambios de comportamiento, cómo se comporta la sociedad ante cosas o cambios, como por ejemplo ahora con la pandemia, qué ha sido un cambio social y cultural muy importante. Los cambios sociales. Estudia los problemas que surgen en una sociedad. La historia como la cultura y el relacionamiento social. 6. ¿Cuáles son los autores sociológicos que conoces? Alumnos grupo 1 - Marcos Vázquez. Emile Durkheim, Karl Marx, Max Weber, Pierre Bourdieu, Talcott Parsons. Recuerdo Weber. Alumnos grupo 2 - Ninguno. Ninguno. Creo que ninguno, al menos con el conocimiento de que sean sociólogos. Ninguno. Ninguno. 7. ¿En qué siglos ubicas la Revolución Industrial y la Revolución Francesa y que relevancia crees que puedan tener en que exista la sociología? Alumnos grupo 1 - La Revolución Industrial en el siglo XX. Revolución Industrial en el siglo XVIII. Por su importancia mundial y la importancia que le dio la sociedad. Revolución Industrial 1915 no me acuerdo del siglo. Por lo que pasaron esas personas, con sus trastornos que pudieron generar. Porque estudia todo lo que tiene que ver con la sociedad no importa si es antes o ahora. Debe haber tenido impacto en las conductas sociales ya que fue un tiempo de cambios. Siglo XVIII. Siglo XIX. Por lo social ya que el hombre evolucionó y revolucionó los puntos de vista década junta social. Siglo XIX. Alumnos grupo 2 - En el siglo XX, porque es la evolución de la humanidad. En el siglo XVII más o menos. Creo que la revolución industrial y francesa tuvieron mucho que ver en la existencia de la sociología. Creo que pensadores o burgueses de esa época fueron quienes comenzaron a estudiar a la sociedad como tal, y de ahí comenzaron a sacar sus propias conclusiones de cómo ciertos cambios pueden beneficiar a la sociedad en general, tanto sea como en la revolución, que es un cambio social ya que con ella se logró un gran cambio. Se cambió de una monarquía absoluta a que un pueblo tenga voz y voto. Creo que fue en el siglo XIX. Tuvieron mucha relevancia a nivel social siendo la base de muchas cosas de la actualidad. En el siglo XIX, y la relevancia de que la sociedad cambio desde esos acontecimientos sociales. ¿Los cambios que hubieron a nivel social? 8. ¿Qué película o serie has visto que te hace pensar que aborda temas sociológicos? ¿Por qué? Alumnos grupo 1 - Creo que ninguna. Películas de guerra, epidemias enfermedades. Casi todas tienen sociología. Vikingos. Alguna sobre juzgados, con niños o asistencia social, abogados. The Room. La habitación. Toda su vida pasa en un cuarto. Nunca supo lo que es pertenecer a un grupo social. Una mente brillante. Derrumbó la habitación, socialización recortada. Alumnos grupo 2 - Titanic, porque el barco fue una revolución. No recuerdo. Ninguna, al menos con conciencia. Ninguna. Huye (Red Hut) y Race, el Héroe de Berlín. 9. Cuando caminas por las calles de San Ramón, ¿qué fenómenos percibes que creas que pueden tener relación con la sociología? Alumnos grupo 1 - La sociedad se dicta por lo que ya estamos estructurados. El relacionamiento de las personas. Las personas como la naturaleza como lo cotidiano. Todo tiene sociología. La delincuencia, Como los padres educan a sus hijos y como esta vista por la sociedad junto la actuación de las personas ya sea cuando la roban Hola persona que nos ayuda sin conocerme. Se ven en la avenida: grupo de amigos. Cuando alguien hace algo equivocado y los demás se lo hacen saber. La forma de hablar de la gente, cómo te mira, la forma de vestir que tiene cada uno, y la seguridad que hay en la ciudad. Cuando todos circulan a sus trabajos; todo circulan por una razón en común. Qué hay diferentes grupos sociales que piensan diferente y va y ven las cosas de distinta manera. La naturaleza todo aquello que nos rodea. Interactúa con las personas o cuando visitar lugares específicos del pueblo. El aprendizaje desde que sos chico que nos enseñan valores y lo que debemos y no debemos realizar. Aunque el individualismo está presente en cada persona, seguimos normas, por el temor a ser excluidos. Desde generación y generación se enseña Cómo actuar ejemplo en un mundo de Mate amargo tomar dulce. Alumnos grupo 2 - Las clases, personas, inseguridad. Podría ser porque todo ha cambiado con los años. Creo que el cambio en todo de San Ramón es un fenómeno social. Una de las cosas que creo es un fenómeno social muy tangible es la inseguridad. El convivir con la comunidad, y cómo se encuentra la ciudad, creo que depende directamente de la población en sí, es decir del reflejo de lo que somos como sociedad en sí. Percibo en la calle como por ejemplo personas en situación de decadencia que viven en la calle y personas que aparentan estar en una situación completamente diferente, creo que tiene que ver con la sociología por las diferentes clases sociales que existen. 10. ¿Qué acontecimientos o sentimientos de tu vida personal crees que tienen vinculación con la sociología? Alumnos grupo 1 - Los problemas personales como familiares como las conversaciones cotidianas. Abogados, familia paternidad, juzgados. Nuestro comportamiento. Venir al Liceo, consejo de amigos, crianza de los padres. La orientación sexual que tengas, alguna enfermedad y el señalamiento de la gente, las formas en que veíamos la sociedad antes. Nacimiento, muerte e ideas. El aprendizaje desde niños. Alumnos grupo 2 - Los hijos, la falta de mi padre. No lo sé. Cómo me desarrollo como ser social. Tener trabajo nos brinda tranquilidad y seguridad no personal, la vinculación con lo con la sociología. Para mí sería el comportamiento según mis necesidades personales. 11. ¿Por qué crees que como sociedad, y pese a nuestra diversidad individual, cumplimos ciertas reglas? 12. ¿Por qué no suceden hechos sociales imprevisibles de manera constante, como que los profesores falten a clases todos a la vez y por causas desconocidas, o que no ocurra que un gran números de personas de manera espontánea ataquen los puestos de la feria a la vez y destruyan sus puestos, o que ocupen edificios de la policía o las oficinas de la intendencia? La pregunta es: ¿por qué nos comportamos de una manera más o menos previsible? Alumnos grupo 1 - Para una mejor convivencia. Necesarias para convivir. Reglas como Ciudadano cumplirlas. Por nuestra educación. Si sos un buen ciudadano no romperías las reglas. Por respeto hacia el otro. Porque tenemos un presidente que nos manda a imponer leyes que hay que hay que obedecer. Cumplimos ciertas reglas Porque todos somos seres humanos. Porque si cada uno hace lo que quiere viviremos en conflicto. Las reglas están para que haya orden y armonía. Si se rompen se castigan. No ven y no se sienten bien con estas reglas y no las van a seguir juntos porque debemos respetar a otros para que nos respeten. Pese al individualismo, seguimos las normas por temor a ser excluidos, y desde generación en generación se nos enseñan, ejemplo en un Moto en un mundo de Mate amargo tomar dulce. ¿Casualidad?. Histeria colectiva. Alumnos grupo 2 - Porque tenemos que vivir. No rompemos las reglas porque como individuos no nos gustan que transgredan nuestros espacios personales. Creo que a raíz de eso no transgredimos las reglas y no invadimos los espacios personales de los demás. Aparte si todo rompiéramos las reglas no abría un orden y un equilibrio y todo estaría muy desordenado y no sabríamos cómo actuar. Por nuestra cultura y normas básicas y morales, por lo que creemos lógico, aunque eso es relativo. Creo que como sociedad, pese a que todos pensamos distinto, nuestra cultura es la misma y debido a eso tenemos los mismos comportamientos. Tenemos que cumplir las reglas si queremos tener éxito en nuestras metas y porque si todo el mundo hiciera lo que quiere habría caos. Porqué es lógico y somos educados y civilizados. Supongo que es por la enseñanza desde niños, ya que nos inculcan que tenemos que respetar el uno al otro, los espacios, los tiempos y esos no lleva hacer una sociedad previsible, y que no está en nosotros transgredir las reglas de una forma tosca y exagerada. Aparte sí se transgreden las reglas de forma tal como ocupar a la fuerza o atacar a los feriantes tendríamos consecuencias bastante graves, y eso como individuos no lo queremos. Acción colectiva, creo que ciertos comportamientos colectivos, muchas veces son una manera de protesta (por ejemplo un paro), esto se prevé se organiza y muchas veces se avisa. No suceden hechos imprevisibles de manera constante porque las personas en la sociedad se comportan de una manera muy similar, con ciertas reglas y parámetros que permiten una convivencia más natural. Bibliografía Aron, Raymond. Las etapas del pensamiento sociológico, 1. Siglo Veinte, Buenos Aires, 1985. Aron, Raymond. Las etapas del pensamiento sociológico, 2. Siglo Veinte, Buenos Aires, 1987. Ayala, Francisco. Tratado de sociología. Aguilar, Madrid, 1959 [1947]. Rocher, Guy. Introducción a la sociología general. Herder. Barcelona, 1990 [1973]. ¡Qué verde era mi valle! (How Green Was My Valley) es una película estadounidense dirigida por John Ford.
Es un drama costumbrista que resultó el gran triunfador del año 1941 en los Óscar, al obtener cinco estatuillas. La película narra las vivencias y los problemas de una familia de mineros galeses durante el siglo XIX. En un pueblo minero de Gales viven los Morgan, una familia orgullosa de ser todos mineros y de respetar las tradiciones y la unidad familiar. Pero la bajada de los salarios por su trabajo en la mina enfrentará al padre Morgan con sus hijos, que ven en la unión sindical de todos los trabajadores la única manera de hacer frente a los patrones. El cabeza de familia, en cambio, no quiere oír hablar de socialismo ni sindicatos. La ganadora del Óscar a la mejor película del año 1941, venciendo a la mítica Ciudadano Kane (Citizen Kane), fue este melodrama que narra la vida de una familia minera de Gales, vista con los ojos de Huw Morgan, su miembro más joven. Spencer: la supervivencia de los mejoresQuizá la afirmación más famosa del filósofo inglés Herbert Spencer (1820-1903) fue que el paso del tiempo es testigo de «la supervivencia de los mejores». Muchas personas asocian esta frase inmortal con la teoría de la evolución de las especies propuesta por el naturalista Charles Darwin (1809-1882). Sin embargo, fue Spencer quien acuñó esta expresión para referirse a las sociedades humanas y no a las especies animales. En esta expresión no solo encontramos un ejemplo del análisis estructural funcionalista, sino también una corriente de pensamiento, bastante controvertida pero muy popular en el siglo XIX, que defendía que se puede explicar el funcionamiento de la sociedad utilizando los conceptos y las teorías de la biología. Las ideas de Spencer, que dieron lugar a lo que se llamó «darwinismo social», se basaban en la tesis de que si se deja que las personas compitan libremente, los más inteligentes, ambiciosos y esforzados terminarán destacando sobre los demás. Spencer estaba a favor de una competencia sin trabas de ningún tipo, bajo la idea de que, permitiéndose así el predominio de los mejores, la sociedad experimentaría desarrollos y mejoras continuas. Según Spencer, una sociedad estará en mejor disposición de premiar a sus miembros más capacitados si se permite que la economía de mercado funcione libremente y sin interferencias del Estado. Las políticas de bienestar o de redistribución de la riqueza implican lastrar el desarrollo de una sociedad, según Spencer, ya que suponen desviar recursos a los más débiles o a los miembros menos valiosos de la sociedad. Afirmaciones de este tipo le valieron el aplauso de los ricos y de los empresarios, que encontraron en su obra una justificación científica de su situación privilegiada y una defensa del gran capital y del libre mercado. De hecho, John D. Rockefeller, propietario de un enorme imperio financiero que incluía el control de la industria petrolífera, a menudo dedicaba sus charlas en la escuela dominical a inculcar a los niños el darwinismo social y hacerles ver el nacimiento de los grandes imperios económicos como el resultado natural del triunfo de los mejores. Pero no todo el mundo identificaba la sociedad con una jungla en donde todos y cada uno de sus miembros actúan según el dictado de sus intereses egoístas. El darwinismo social fue perdiendo influencia entre los científicos sociales. En versiones o formas distintas, sin embargo, el darwinismo social sigue ejerciendo cierta influencia entre los sectores políticos más conservadores. Desde el punto de vista de la sociología contemporánea las ideas de Spencer han sido muy atacadas. Se ha señalado, por ejemplo, que las capacidades de los individuos no pueden explicar por completo el éxito social y personal. Muchos sociólogos tampoco están de acuerdo con la idea de que premiando a los ricos y poderosos toda la sociedad vaya a beneficiarse con ello. Hoy en día muchas de las ideas de Spencer parecen tan crueles e inhumanas que no merecen ser defendidas. Fuente: Macionis, John J. y Plummer, Ken. Sociología. Pearson Educación, Madrid. 2011. Reseña crítica de Herbert Spencer. Para una visión más positiva de la obra de Spencer, puedes leer Herbert Spencer (1985) de Jonathan Turner, alguna de sus obras como El hombre contra el Estado (1884). Resumen del libro
Los cuatro ensayos que componen El hombre contra el Estado veían la luz por primera vez en 1851 bajo el título de Estáticas sociales, adquiriendo su forma definitiva en 1884. Esta ora, fundamental para entender el desarrollo moderno de la filosofía de la libertad, deja claro que la sociedad debe organizarse sobre la base de la cooperación voluntaria. De alguna manera, Herbert Spencer sienta en estas páginas los cimientos del individualismo frete al estatismo, ase de buena parte de las doctrinas colectivistas. El hombre contra el Estado defiende la reducción del poder estatal sobre el individuo a un mínimo absoluto como única vía para el ascenso del poder social. A ojos de Spencer, el papel del Estado debería limitarse a facilitar el acceso a una justicia barata; castigar aquellos crímenes contra la persona o la propiedad que atenten contra el llamado sentido común de la humanidad; o velar por el cumplimiento de los contratos firmados entre partes. Karl Marx (1818-1883)Capitalismo y conflicto La primera de nuestras visiones clásicas de la sociedad nos viene de Karl Marx (1818-1883). Pocos observaron la transformación industrial de Europa tan intensamente como él. Marx pasó la mayor parte de su vida en Londres, entonces la capital del vasto Imperio Británico. Se quedó impresionado con la capacidad de producción de las nuevas fábricas; no solo las sociedades europeas estaban produciendo más bienes que nunca, sino que un sistema de comercio global estaba canalizando recursos de todo el planeta hacia las fábricas británicas a un ritmo vertiginoso. [...] El punto clave del pensamiento de Marx es la idea del conflicto social, la lucha entre los diferentes segmentos de la sociedad por los recursos económicos. Por supuesto, el conflicto social puede tomar diferentes formas: las personas pueden pelearse, algunas ciudades pueden mantener una larga rivalidad, y las naciones en algunos momentos se declaran la guerra. Sin embargo, para Marx, la forma de conflicto social más significativa hace referencia a los conflictos entre las clases sociales, entre ricos y pobres, que nacían de la manera en que una sociedad produce sus recursos económicos. Sociedad y producción Viviendo en el siglo XIX, Marx observó las primeras etapas del capitalismo industrial en Europa. [...] Para maximizar los beneficios, los capitalistas deben minimizar los salarios, por lo general su mayor gasto. Sin embargo, los trabajadores quieren que sus salarios sean lo más elevados posible. Dado que un aumento de salarios implica una reducción de beneficios, el conflicto es inevitable. Marx argumentaba que este conflicto terminaría únicamente cuando los pueblos abandonaran el sistema capitalista. [...] En su análisis de la sociedad, Marx sostenía que una institución específica (la economía) domina a todas las demás cuando se trata de determinar en qué dirección se mueve una sociedad. Recurriendo a la doctrina filosófica del materialismo histórico, que afirma que la manera en que los seres humanos producen bienes materiales define el resto de la sociedad, Marx reivindicaba que todas las demás instituciones sociales importantes (el sistema político, la familia, la religión y la educación) funcionaban bajo la influencia de la economía de una sociedad. Marx argumentaba que la economía es «el fundamento real [...] El modo de producción en la vida material determina el carácter general de los procesos de la vida social, política y espiritual» (1959: 43, edición original de 1859). En consecuencia, Marx veía el sistema económico como la base o la infraestructura social (infra del latín «por debajo de»). Otras instituciones sociales, incluyendo la familia, el sistema político y la religión, que están construidos sobre este fundamento, forman la superestructura de la sociedad (supra del latín «por encima de»). Estas instituciones extienden los principios económicos a otras áreas de la vida, como se ilustra en la Figura 4.2. En términos prácticos, las instituciones refuerzan la dominación de los capitalistas, protegiendo legalmente su patrimonio, por ejemplo, y transfiriendo la propiedad de una generación a la siguiente dentro de la misma familia. [...] Marx rechazaba el sentido común capitalista como falsa conciencia, una explicación de los problemas sociales fundamentada en los defectos de los individuos en lugar de los defectos de la sociedad. En efecto, Marx estaba diciendo que el capitalismo industrial es en sí mismo responsable de muchos de los problemas sociales que veía a su alrededor. La falsa conciencia, mantenía, victimiza a las personas ocultando la causa real de sus problemas. El conflicto en la historia [...] para Marx, el feudalismo equivalía a poco más que «una explotación, encubierta por ilusiones políticas y religiosas» (Marx y Engels, 1848). Gradualmente, nuevas fuerzas productivas minaron el orden feudal. El comercio creció de manera constante a lo largo de la Edad Media a medida que se extendían las redes comerciales y aumentaba el poder de los gremios. Los comerciantes y los artesanos de las ciudades formaron una nueva categoría social, la burguesía (palabra de origen francés que significa «de la ciudad»). Los beneficios obtenidos de la expansión del comercio enriquecieron a la burguesía. En la segunda mitad del siglo XVIII, con las fábricas bajo su control, los burgueses se convirtieron en capitalistas con un poder que pronto rivalizó con la antigua nobleza terrateniente. Mientras que la nobleza trataba a esta recién llegada clase «comercial» con desprecio, el enriquecimiento de la burguesía inclinó a su favor la balanza del poder político. La industrialización también fomentó el desarrollo del proletariado. Los terratenientes británicos transformaron los campos, que una vez estuvieron cultivados por siervos, en campos de pasto para las ovejas de las que se obtenía la lana necesaria para los prósperos talleres textiles. Arrojados de las tierras, los siervos emigraron a las ciudades para trabajar en las fábricas, convirtiéndose en proletarios, o trabajadores industriales. Marx imaginaba que llegaría un día en que estos trabajadores se unirían por encima de las fronteras nacionales para formar una clase unida, estableciendo el escenario para un enfrentamiento histórico, esta vez entre los capitalistas y los trabajadores explotados. Este gráfico ilustra el punto de vista materialista de Marx de que el proceso de producción económica subyace y determina a la sociedad en su conjunto. La producción económica involucra tanto la tecnología (la industria, en el caso del capitalismo) y las relaciones sociales (para el capitalismo, la relación entre los capitalistas, que controlan el proceso de producción económica, y los trabajadores, que son simplemente una fuente de mano de obra). Sobre esta infraestructura, o fundamento, se construyen las instituciones sociales más importantes, así como los valores y las ideas culturales centrales. Considerados juntos, estos elementos sociales adicionales representan la superestructura de la sociedad. Marx sostenía que todas las partes de una sociedad operan en concierto con el sistema económico. El capitalismo y el conflicto de clases Gran parte del análisis de Marx se centra en los aspectos destructivos del capitalismo industrial (especialmente la manera en que fomenta el conflicto de clases y la alienación). [...] «La historia de todas las sociedades que han existido hasta ahora es la historia de la lucha de clases.» Con esta declaración, Marx y su colaborador Friedrich Engels comenzaban su declaración más conocida, el Manifiesto del Partido Comunista (1848). La idea de la clase social está en el corazón de la crítica de Marx a la sociedad capitalista. El capitalismo industrial, como los tipos de sociedad anteriores, comprende dos clases sociales principales (los dominantes y los oprimidos) que reflejan las dos posiciones básicas en el sistema productivo. Los capitalistas y los proletarios son los descendientes históricos de los amos y los esclavos del mundo antiguo y de los nobles y los siervos de los sistemas feudales. En cada caso, una clase controla a la otra como una propiedad productiva. Marx empleó el término conflicto de clases (y, a veces, lucha de clases) para referirse al antagonismo entre las clases sobre la distribución de la riqueza y el poder en la sociedad. El conflicto de clases, entonces, se remonta a las civilizaciones más antiguas (véase la Figura 4.3). Lo que distingue el conflicto en la sociedad capitalista, señaló Marx, es la manera en que se ha manifestado abiertamente. Los nobles y los siervos de las sociedades agrícolas, estaban unidos por tradiciones antiguas y un sinfín de obligaciones. El capitalismo industrial disolvió esos lazos de modo que el orgullo y el honor fueron reemplazados por un «interés propio bien visible» y la búsqueda de beneficios en un descarado ejercicio de opresión. Marx creía que el proletario, al que no le unían lazos personales con los opresores, no tenía muchos motivos para soportar su opresión. Pero, aunque el capitalismo industrial puso de manifiesto abiertamente el conflicto de clases, Marx era consciente de que el cambio social no se produciría fácilmente. En primer lugar, según él, los trabajadores deben tomar conciencia de su opresión [...]. En segundo lugar, deben organizarse y actuar para abordar sus problemas. Esto significa que los trabajadores deben reemplazar la falsa conciencia con la conciencia de clase, el reconocimiento por parte de los trabajadores de su unidad como clase en oposición a los capitalistas y, finalmente, al capitalismo. Como la falta de humanidad de los primeros tiempos del capitalismo resultaba muy evidente, Marx llegó a la conclusión de que los trabajadores industriales inevitablemente se levantarían en masa para destruir el capitalismo industrial. [...] Marx veía un punto débil en la armadura del capitalismo. Motivados por un deseo de ganancia personal, los capitalistas temían la competencia por parte de otros capitalistas. Así que Marx pensó que los capitalistas se mostrarían reacios a organizarse, incluso aunque compartiesen intereses comunes. Más aún, razonaba, los capitalistas mantienen bajos los salarios de los trabajadores para maximizar sus beneficios. Esta estrategia, a su vez, reforzará la resolución de los trabajadores a forjar una alianza contra ellos. A largo plazo, suponía Marx, los capitalistas solo contribuirían a su propia perdición. Capitalismo y alienación Marx también condenó el capitalismo por producir alienación, el sentimiento de no ser capaz de controlar tu propia vida. Dominados por los capitalistas y deshumanizados por sus trabajos (especialmente el trabajo monótono y repetitivo de las fábricas), los proletarios encuentran poca satisfacción en su situación, y se sienten individualmente incapaces de mejorarla. En esto se encuentra otra contradicción de la sociedad capitalista: en la medida en que los seres humanos inventan nuevas tecnologías para aumentar su poder sobre el mundo, estas dominan cada vez más la vida de quienes se sirven de ellas para ganarse la vida... Los trabajadores se ven a sí mismos simplemente como una mercancía, una fuente de mano de obra, comprada por los capitalistas y de la que se deshacen cuando ya no la necesitan. Marx citó cuatro maneras en las que los capitalistas alienaban a los trabajadores. 1. Alienación en el trabajo. Idealmente, las personas trabajan tanto para satisfacer sus necesidades inmediatas como para desarrollar su potencial personal a largo plazo. Sin embargo, el capitalismo niega a los trabajadores su opinión sobre lo que producen o cómo lo producen. Además, la mayor parte del trabajo es tedioso, e involucra incontables repeticiones de tareas rutinarias. La sustitución hoy en día de la mano de obra por máquinas no habría sorprendido a Marx. Según él, el capitalismo había transformado a los seres humanos en máquinas hacía mucho tiempo. 2. Alienación con respecto a los productos del trabajo. El producto del trabajo no pertenece a los trabajadores sino a los capitalistas, que disponen de él para su propio beneficio. Por tanto, razonaba Marx, cuanto más invierten los trabajadores en su propio trabajo, más pierden. 3. Alienación con respecto a otros trabajadores. Marx veía el trabajo en sí mismo como la afirmación productiva de la sociedad. Sin embargo, el capitalismo industrial transforma el trabajo de una empresa cooperativa en otra competitiva. El trabajo en las fábricas raramente proporciona una oportunidad para el compañerismo. 4. Alienación del potencial humano. El capitalismo industrial aleja a los trabajadores de su auténtico potencial humano. Marx argumentaba que un trabajador «no se realiza a sí mismo en el trabajo sino que se niega a sí mismo, tiene un sentimiento de miseria en lugar de bienestar, no desarrolla libremente sus energías físicas e intelectuales. En consecuencia, el trabajador se siente realizado únicamente durante su tiempo libre, mientras que en el trabajo se siente desahuciado» (1844). En resumen, el capitalismo industrial distorsiona una actividad que debería expresar las mejores cualidades de los seres humanos en una experiencia aburrida y deshumanizada. Marx consideraba la alienación, en sus diferentes manifestaciones, como una barrera para el cambio social. Pero esperaba que los trabajadores de las industrias superaran su alienación uniéndose en una verdadera clase social, conscientes de la causa de sus problemas y movilizándose para transformar la sociedad. Revolución Marx sostenía que la única salida a la trampa del capitalismo consistía en rehacer deliberadamente la sociedad. Se imaginó un sistema productivo más humano e igualitario, uno que reforzara los lazos sociales en lugar de neutralizarlos. Llamó a este sistema socialismo. Marx conocía bien los obstáculos a los que se enfrentaba una revolución socialista; pero aún así, se sintió muy decepcionado por no haber vivido para ver a los trabajadores de Gran Bretaña derrocar el capitalismo industrial. No obstante, convencido de la inmoralidad básica de la sociedad capitalista, estaba seguro de que era cuestión de tiempo que la mayoría trabajadora se diera cuenta de que tenía en sus manos la llave de un futuro mejor. Este proceso de transformación sería con certeza revolucionario, quizás incluso violento. Sin embargo, lo que nacería de la revolución de los trabajadores sería una sociedad socialista cooperativa destinada a satisfacer las necesidades de todos. [...] Max Weber (1864-1920)La racionalización de la sociedad y el desencantamiento del mundo Con un amplio conocimiento de las leyes, la economía, la religión y la historia, Max Weber (1864-1920), produjo lo que muchos consideran la más importante contribución individual a la sociología. Generó ideas que tuvieron un gran alcance. Aquí nos limitaremos a su visión de cómo la sociedad moderna se diferencia de los primeros tipos de organización social. [...] la sociología de Weber se puede considerar como una teoría de la acción. Weber entendía el poder de la economía y la tecnología pero se apartó del análisis materialista de Marx. Para él, las ideas (especialmente las creencias y los valores) tienen poder de transformación. Por tanto, veía la sociedad moderna como el producto no solo de las nuevas tecnologías y del capitalismo, sino de una nueva manera de pensar. Habiéndose originado por los cambios en las creencias religiosas, podemos decir que el mundo moderno se caracteriza por ser un mundo cada vez más racional. Hemos visto además que Weber también utilizaba tipos ideales, contrastando el ideal «protestante» con el ideal «judío», «hindú» y «budista». [...] Muchos de los estudios de Weber se centraron en los tipos ideales de racionalidad. Tradición y racionalidad En lugar de categorizar las sociedades en términos de sus tecnologías o sistemas productivos, Max Weber destacó las diferencias entre las sociedades en las maneras en que las personas ven el mundo. De una manera más sencilla, Weber llegó a la conclusión de que los ciudadanos de las sociedades preindustriales se aferran a la tradición, mientras que los ciudadanos de las sociedades industriales-capitalistas respaldan la racionalidad. Por tradición, Weber quería decir que los sentimientos y las creencias pasaban de generación a generación. De modo que las sociedades tradicionales están guiadas por el pasado. Sus miembros evalúan acciones concretas como correctas y apropiadas precisamente porque estas acciones han sido aceptadas durante largo tiempo. Las personas en las sociedades modernas tienen un punto de vista diferente del mundo, argumentaba Weber. Aceptan y persiguen la racionalidad, un deliberado y prosaico cálculo de los medios más eficientes para lograr un objetivo determinado. Los sentimientos no tienen cabida desde un punto de vista racional del mundo. Por lo general, las personas modernas prefieren pensar y actuar sobre las bases de las consecuencias presentes y futuras, evaluando sus empleos, su formación académica e incluso sus relaciones en términos de lo que invierten en ellas y de lo que esperan recibir a cambio. Weber consideraba tanto la Revolución Industrial como el capitalismo como evidencias de una oleada histórica de racionalidad. Utilizó la expresión racionalización de la sociedad para indicar el cambio histórico desde la tradición hasta la racionalidad como el modo dominante del pensamiento humano. Llegó a la conclusión de que el mundo y la sociedad moderna se ha «desencantado», esto es, que los lazos sentimentales con el pasado se han sustituido por el pensamiento científico y la tecnología. La disposición para adoptar las últimas tecnologías es un buen indicador de lo racionalizada que está una sociedad. [...] Racionalismo, calvinismo y capitalismo industrial [...] ¿cómo surgió el capitalismo industrial? Weber sostenía que el capitalismo industrial era el fruto del calvinismo (un movimiento religioso cristiano producido por la Reforma Protestante). Los calvinistas, explicaba Weber, enfocaban la vida de una manera muy disciplinada y racional. Además, un aspecto fundamental de la doctrina religiosa de Calvino (1509-1564) era la predestinación, la idea de que un Dios conocedor de todo y todo poderoso ha predeterminado a algunas personas a la salvación y a otras al castigo eterno. Los calvinistas creían que las personas no podían hacer nada para cambiar su destino. Ni siquiera podían saber lo que Dios les había reservado. De modo que las vidas de los calvinistas giraban alrededor de visiones esperanzadoras de salvación eterna y, al mismo tiempo, de una angustia tremenda ante el temor de contarse entre los condenados. Para estas personas, el desconocimiento de su destino se hacía intolerable. Los calvinistas gradualmente se hicieron la siguiente pregunta ¿No es posible ver signos de lo que a cada uno nos espera después de la muerte en lo que nos sucede en la vida? Si esto era sí, podía interpretarse la prosperidad o el éxito en este mundo como un signo de la gracia divina. Preocupados por conseguir esta confianza, los calvinistas se lanzaban a la búsqueda del éxito, aplicando la racionalidad, la disciplina y el duro trabajo a sus tareas. Esta búsqueda de la riqueza no estaba orientada al gozo o la satisfacción de los placeres, lo que era pecado. Los calvinistas también se sentían poco dispuestos a compartir su riqueza con los pobres, porque veían en la pobreza un signo del rechazo de Dios. Lo que un buen calvinista debía hacer era trabajar incansablemente cada uno en su oficio o «vocación» (de «voz» o llamada de Dios), destinando cualquier beneficio económico al mismo trabajo o profesión, en lugar de a los placeres del mundo (véase la Figura 4.4). A medida que reinvertían los productos de su trabajo para conseguir mayores beneficios, los calvinistas iban construyendo los fundamentos del capitalismo. Empleaban la riqueza para generar más riqueza, practicaban una austera economía personal, y adoptaban con entusiasmo todos aquellos avances tecnológicos que pudieran aumentar el rendimiento de sus esfuerzos. Estos rasgos, explicaba Weber, distinguían al calvinismo de otras religiones del mundo. El catolicismo, la religión tradicional en la mayor parte de Europa, dio origen a un punto de vista pasivo y «muy espiritual» de la existencia diaria, con la esperanza depositada en las recompensas de la otra vida. Para los católicos, la riqueza material no tenía el significado espiritual que motivaba a los calvinistas. Y por eso ocurrió, concluía Weber, que el capitalismo industrial se estableció en primer lugar en aquellas regiones de Europa donde el calvinismo tenía más influencia. El estudio de Weber acerca del calvinismo proporciona una sorprendente evidencia del poder que tienen las ideas para modelar la sociedad (frente a la opinión de Marx de que las ideas simplemente reflejan el proceso de la producción económica). Pero siempre escéptico ante las ideas simples, Weber sabía que el capitalismo industrial tenía muchas raíces. De hecho, uno de los objetivos de su investigación sobre los orígenes del capitalismo era poner en evidencia las limitaciones de las teorías de Marx, mucho más reacio a considerar que las ideas, por sí mismas, pueden producir cambios sociales. Mientras que el fervor religioso se fue debilitando entre las generaciones posteriores de calvinistas, concluía Weber, la búsqueda disciplinada del éxito personal se mantuvo. Una religión o, más concretamente, una ética protestante se convirtió simplemente en una «ética laboral». Desde este punto de vista, el capitalismo industrial surgió como una religión «desencantada», y hoy en día el dinero y la riqueza han perdido cualquier asociación religiosa o espiritual. Es revelador que la expresión «llevar las cuentas», que para los primeros calvinistas significaba mantener un registro diario de las acciones morales, ahora significa, simplemente, llevar la contabilidad de ingresos y gastos. Organización social racional Weber sostenía que, desencadenando la Revolución Industrial y provocando el desarrollo del capitalismo, la racionalidad había definido el carácter de la sociedad moderna. La organización social racional tiene los rasgos siguientes:. 1. Instituciones sociales características. Entre los pueblos cazadores y recolectores, la familia era virtualmente el centro de todas las actividades. Sin embargo, gradualmente otras instituciones sociales, incluyendo los sistemas religiosos, políticos y económicos, neutralizaron su importancia. En las sociedades modernas, han aparecido también instituciones educativas y sanitarias. La separación de las instituciones sociales (que detallaremos en un capítulo posterior) es una estrategia racional para abordar las necesidades humanas de una manera más eficiente. 2. Organizaciones a gran escala. Un ejemplo de la racionalidad moderna se puede constatar en la proliferación de organizaciones a gran escala. En un momento tan antiguo como la era de la horticultura, los funcionarios políticos supervisaban las prácticas religiosas, los trabajos públicos y las guerras. En la Europa medieval, la Iglesia católica creció aún más con miles de funcionarios. En las sociedades racionales modernas, los empleados gubernamentales se pueden contar por millones, y la mayoría de las personas trabajan para una organización. 3. Tareas especializadas. A diferencia de los miembros de las sociedades tradicionales, los individuos de las sociedades modernas se dedican a un amplio abanico de actividades especializadas. La cantidad de ocupaciones o profesiones que existen en las sociedades más avanzadas es enorme, y para comprobarlo solo hace falta echar un vistazo a las Páginas Amarillas de cualquier ciudad, que pueden tener más de mil páginas. 4. Disciplina personal. La sociedad moderna premia la autodisciplina. Para los primeros calvinistas, por supuesto, la disciplina tenía un origen religioso. Pero, aún distanciada de estos orígenes, la disciplina se cultiva y se premia en la vida diaria, al lado de valores como la realización personal, el éxito y la eficiencia. 5. Conciencia del tiempo. En las sociedades tradicionales, las personas miden el tiempo según el ritmo del sol y de las estaciones. En las sociedades modernas, por el contrario, se organizan las citas, los compromisos o cualquier tipo de actividad a una hora y un minuto precisos. Resulta interesante que los relojes hayan aparecido en las ciudades europeas hace unos 500 años, exactamente cuando comenzaba a extenderse el comercio, y que muchas personas comenzaran a pensar (tomando prestada la frase de Benjamin Franklin) que «el tiempo es dinero». 6. Competencia técnica. Los miembros de las sociedades tradicionales se evaluaban los unos a los otros básicamente sobre las bases de quiénes eran (esto es, según su familia o parentesco). Por el contrario, la racionalidad moderna nos empuja a juzgar a los demás por lo que son (es decir, con un ojo puesto en sus destrezas y habilidades). 7. Impersonalidad. Finalmente, en una sociedad racional, la competencia técnica tiene prioridad sobre las relaciones personales, lo que se traduce en un mundo impersonal. La vida social moderna se puede interpretar como la interacción entre especialistas preocupados por la realización de tareas específicas, en lugar de la interacción entre personas claramente preocupadas las unas por las otras. Weber explicó que tendemos a devaluar los sentimientos y las emociones personales como «irracionales» porque a menudo dificultan el control. Racionalidad y burocracia Aunque la iglesia medieval adquirió mucha importancia, Weber argumentaba que nunca fue enteramente racional porque su objetivo era preservar la tradición. Las organizaciones verdaderamente racionales, que se centraban principalmente en la eficiencia, aparecieron únicamente en los últimos siglos. El tipo organizacional que Weber llamó burocracia cobró importancia, junto con el capitalismo, como una expresión de racionalidad. [...] Weber consideró esta forma organizativa como la expresión más evidente de una manera racional de ver el mundo porque sus elementos principales (las secciones o departamentos de una empresa, por ejemplo), están destinados a alcanzar unos objetivos específicos de la manera más eficiente posible. Por el contrario, la ineficiencia de la organización tradicional se refleja en su hostilidad al cambio. En resumen, Weber sostenía que la burocracia había transformado la sociedad de la misma manera que la industrialización había transformado la economía. Es más, Weber destacó que la burocracia racional tiene una afinidad especial con el capitalismo: Hoy en día, es ante todo la economía de mercado capitalista la que exige que los asuntos oficiales de las administraciones públicas se cumplan exactamente según las normas debidas, sin discrecionalidad de ningún tipo, y tan rápidamente como sea posible. Normalmente, las empresas capitalistas muy grandes son ejemplos paradigmáticos de organizaciones burocráticas. (Weber, 1978: 974; edición original de 1921). Racionalidad y alienación Max Weber estaba de acuerdo con Karl Marx a la hora de reconocer la eficiencia del capitalismo industrial. Weber también compartía la conclusión de Marx de que la sociedad moderna produce una alienación generalizada, aunque por diferentes razones. Para Weber, el principal problema no es la desigualdad económica que tanto preocupaba a Marx, sino la agobiante regulación y deshumanización que acompaña a la burocracia en expansión. Todo lo cual conduce a un creciente «desencanto del mundo». Los burócratas, advertía Weber, tratan a las personas como una serie de casos en lugar de tratarlos como individuos únicos. Además, los trabajos en las grandes organizaciones exigen rutinas altamente especializadas y, a menudo, tediosas. Por último, Weber se imaginó la sociedad moderna como un enorme y creciente sistema de normas que buscarían regular absolutamente todo y que amenazarían con aplastar el espíritu humano. Una ironía que encontramos en el trabajo de Marx reaparece en el pensamiento de Weber: en lugar de servir a la humanidad, la sociedad moderna se vuelve contra sus creadores y los esclaviza. En el lenguaje nostálgico de la descripción de Marx de las víctimas humanas del capitalismo industrial, Weber retrataba al individuo moderno como «únicamente una pequeña pieza de un engranaje en movimiento perpetuo, que le ordena seguir una marcha fija sin fin» (1921). De modo que, conociendo bien las ventajas de la sociedad moderna, Weber acabó sus días sintiéndose profundamente pesimista. Temía que la racionalización de la sociedad acabaría por reducir las personas a robots. Emile Durkheim (1858-1917)Los lazos que nos unen: desde los mecánicos hasta los orgánicos «Amar la sociedad es amar algo más allá de nosotros mismos y algo en nosotros mismos». Estas son las palabras de Emile Durkheim (1858-1917), otro artífice de la sociología. Esta curiosa frase expresa la influencia que puede tener la sociedad en las personas. Estructura: la sociedad más allá de nosotros mismos En primer lugar y lo más importante, Emile Durkheim reconoció que la sociedad existe más allá de nosotros mismos. La sociedad es más que los individuos que la componen; la sociedad tiene una vida propia que se extiende más allá de nuestras experiencias personales. Estaba aquí antes de que hubiéramos nacido, nos reclama mientras estamos vivos, y permanecerá mucho después de que nos hayamos ido. Durkheim explicaba que las pautas de la conducta humana forman estructuras establecidas; son hechos sociales que tienen una realidad objetiva más allá de las vidas y las percepciones de los individuos concretos. Las normas culturales, los valores, las creencias religiosas permanecen como hechos sociales. Durkheim destacó que la sociedad tiene el poder de determinar nuestros pensamientos y acciones. Estudiar a los individuos aislados (como hacen los psicólogos o los biólogos) nunca puede capturar la esencia de la experiencia humana. La sociedad es más que la suma de sus partes; existe como un organismo complejo arraigado en nuestra vida colectiva. Una clase en una escuela primaria, una familia compartiendo una comida, personas apiñadas en un acto colectivo…; todos ellos son ejemplos de incontables situaciones que establecen una organización separada de cualquier individuo que esté participando en ellas. Una vez creada por las personas, la sociedad adquiere una inercia propia, se enfrenta a sus creadores y exige una medida de obediencia. Por nuestra parte, experimentamos la influencia de la sociedad cuando vemos el orden que existe en nuestras vidas o cuando nos enfrentamos a la tentación de romper sus normas y sentimos que las reglas morales nos detienen. Función: la sociedad en acción Después de establecer que la sociedad posee una estructura, Durkheim se concentró en el concepto de función. El significado de cualquier hecho social, explicaba, se extiende más allá de los individuos hasta el funcionamiento de la sociedad en esta. Para ilustrarlo, consideremos los delitos. La mayoría de las personas piensan en los delitos como actos perjudiciales que algunos individuos infligen sobre otros. Pero, mirando más allá de los individuos, Durkheim veía que los delitos cumplen una función vital para el desarrollo de la vida social. Como explicaremos en el Capítulo 17, únicamente reconociendo y reaccionando ante los actos delictivos las personas son capaces de construir y defender la moralidad, que proporciona una estructura necesaria para el desarrollo de nuestra vida colectiva. Por esta razón, Durkheim rechazaba el punto de vista muy común de considerar un acto delictivo como algo «patológico». Por el contrario, llegó a la conclusión de que los delitos son fenómenos bastante «normales» por la más básica de las razones: una sociedad no podría existir sin ellos (1895). Personalidad: la sociedad en nosotros mismos Durkheim afirmaba que la sociedad no está únicamente «más allá de nosotros mismos», sino también «en nosotros mismos». En resumen, cada uno de nosotros construye su personalidad interiorizando hechos sociales. La manera en que actuamos, pensamos y sentimos está determinada a partir de la sociedad que nos educa. Además, como Durkheim explicaba, la sociedad regula a los seres humanos a través de la disciplina moral. [...] Habiéndonos dado la vida, la sociedad también nos exige moderación. En ningún lugar encontraremos mejor ilustrada la necesidad de regulación social que en el estudio de Durkheim acerca del suicidio. ¿Por qué ocurre que, con el paso de los años, las estrellas del rock parecen tan inclinadas a autodestruirse? Durkheim halló la respuesta mucho antes de que nadie hiciera música electrónica: son las categorías de personas menos sujetas a una regulación social de su conducta las que sufren los índices de suicidios más elevados. El mayor libertinaje que se permite a los jóvenes, ricos y famosos exige un elevado precio en términos de riesgo de suicidio. Modernidad y anomia Comparadas con las sociedades tradicionales, las sociedades modernas imponen pocas restricciones sobre los individuos. Durkheim reconocía las ventajas de la libertad moderna, pero advirtió del peligro de un aumento de la anomia, una condición en la cual la sociedad proporciona una guía moral insuficiente a los individuos. Lo que tantas celebridades han descrito como «haber estado al borde de la destrucción por la fama» es un ejemplo extremo de los efectos corrosivos de la anomia. La fama repentina aleja a los famosos de sus familias y de la vida habitual que llevaban, trastocando el soporte y la regulación de la sociedad sobre los individuos en cuestión, a veces con fatales resultados. Por tanto, Durkheim nos enseña que los deseos de los individuos deben estar equilibrados por las demandas y los consejos de la sociedad (un equilibrio que se ha vuelto precario en el mundo moderno). Sociedades en evolución: la división del trabajo Como Marx y Weber, Durkheim fue testigo de primera mano de la rápida transformación de Europa durante el siglo XIX. Tras analizar este cambio, Durkheim vio una evolución radical en las formas de organización social. En las sociedades preindustriales, explicaba Durkheim, las fuertes tradiciones actúan como el cemento social que mantiene a las personas unidas. De hecho, lo que llamó conciencia colectiva es tan fuerte que la comunidad se moviliza rápidamente para castigar a cualquiera que se atreva a desafiar los modos de vida convencionales. Durkheim llamó a este sistema solidaridad mecánica, que implica lazos sociales basados en una moralidad compartida, y que mantienen unidos a los miembros de las sociedades preindustriales. Por tanto, en la práctica, la solidaridad mecánica nace de la semejanza. Durkheim describía estos lazos como «mecánicos» porque las personas perciben la sensación más o menos automática de pertenecer los unos a los otros. Durkheim consideraba que el debilitamiento de la solidaridad mecánica es un rasgo que define la sociedad moderna. Pero esto no significa que la sociedad se disuelva; en lugar de eso, la modernidad genera un nuevo tipo de solidaridad que se apresura a llenar el vacío dejado por las tradiciones abandonadas. Durkheim llamó a esta nueva integración social solidaridad orgánica, definida como los lazos sociales, basados en la especialización, que mantienen unidos a los miembros de las sociedades industriales. En resumen, mientras que la solidaridad una vez encontraba sus raíces en la semejanza, ahora surge de las diferencias entre las personas cuyas actividades especializadas los hacen depender los unos de los otros. Para Durkheim, entonces, la dimensión clave del cambio es la división del trabajo en expansión de la sociedad, o actividad económica especializada. Como explicaba Max Weber, las sociedades modernas se especializan para fomentar la eficiencia. Durkheim completa esta visión mostrándonos que los miembros de las sociedades modernas cuentan con los esfuerzos de decenas de miles de otros individuos (la mayoría de ellos completos extraños) para asegurarse los bienes y servicios que necesitan cada día. Así que la modernidad se apoya mucho menos en el consenso moral (el fundamento de las sociedades tradicionales) y mucho más en la interdependencia funcional. Es decir, como miembros de sociedades modernas, dependemos cada vez más de personas en las que confiamos cada vez menos. Entonces, ¿por qué depositamos nuestra confianza en personas que casi no conocemos y cuyas creencias pueden ser radicalmente diferentes de las nuestras? La respuesta de Durkheim es la siguiente: «Porque no podemos vivir sin ellos». En un mundo en el que la moralidad a veces parece sumergirse en arenas movedizas, nos enfrentamos a lo que podría llamarse el «dilema de Durkheim»: el poder tecnológico y la libertad personal en expansión de la sociedad moderna solo pueden avanzar a costa de una moralidad en retroceso y el peligro siempre presente de la anomia. [...] Revisión de las teorías¿De qué manera han cambiado las sociedades? Comenzamos con una visión —evolución sociocultural, posterior desarrollo por los sociólogos estadounidenses Gerhard y Jean Lenski (Lenski et al., 1995)— en la cual las sociedades diferían principalmente en términos de tecnologías en continua evolución. La sociedad moderna destaca en este aspecto por su enorme poder productivo. Karl Marx también hacía hincapié en las diferencias históricas de los sistemas productivos, pero apuntaba a la persistencia del conflicto social a través de la historia humana (excepto quizás entre los pueblos de cazadores y recolectores). Para Marx, la sociedad moderna es capitalista, y se distingue porque pone de manifiesto de manera explícita el conflicto. Max Weber abordó esta cuestión desde otra perspectiva, encontrando modos de pensamiento en evolución. Las sociedades preindustriales, afirmaba, están guiadas por la tradición, mientras que las sociedades modernas adoptan un punto de vista racional del mundo, donde los burócratas asumen un papel clave. Finalmente, para Emile Durkheim, las sociedades tradicionales se caracterizan por una solidaridad mecánica basada en el consenso moral. Por el contrario, en las sociedades industrializadas la solidaridad mecánica da paso a una solidaridad orgánica basada en la especialización productiva. ¿Por qué cambian las sociedades? El enfoque materialista de Marx apuntaba a la lucha entre las clases sociales como el «motor de la sociedad» y animaba a las sociedades hacia una reorganización revolucionaria. El punto de vista idealista de Weber argumentaba que los modos de pensamiento también contribuyen al cambio social. Demostró de qué manera el calvinismo impulsó la Revolución Industrial la cual, a su vez, modificó la estructura de gran parte de la sociedad moderna. Finalmente, Durkheim apuntó a una división del trabajo en expansión como la dimensión clave del cambio social. ¿Qué mantiene unidas a las sociedades? Marx destacó la división social, no la unidad, y trató el conflicto de clases como el sello de marca de las sociedades humanas a través de la historia. Desde su punto de vista, las elites pueden forzar una paz precaria entre las clases, pero estaba convencido de que la verdadera unidad social emergería únicamente cuando el proceso de producción se convirtiera en una empresa cooperativa. Para Weber, los miembros de una sociedad comparten una visión del mundo particular. Exactamente del mismo modo que las creencias tradicionales mantenían unidos a los pueblos en el pasado, así las sociedades modernas han creado organizaciones racionales a gran escala con sus propias culturas organizativas que fusionan y guían las vidas de las personas. Finalmente, Durkheim hizo de la solidaridad el centro de su trabajo, contrastando la solidaridad mecánica basada en la moralidad de las sociedades preindustriales con la solidaridad orgánica más práctica de las sociedades modernas. ¿Hacia dónde se dirigen las sociedades? Finalmente, está la cuestión de hacia dónde pueden estar dirigiéndose las sociedades (véase la sección Polémica y Debate). Para Marx, el capitalismo generaría las semillas de su propia destrucción: el cambio revolucionario daría lugar a un nuevo orden social comunista. Sin embargo, en general, los intentos de provocar un orden comunista durante el siglo XX en la antigua Unión Soviética y en China no tuvieron éxito. Weber era muy pesimista: veía el mundo como una jaula de hierro, con una racionalidad creciente y extendida a todos los órdenes de la vida por la actividad de las organizaciones. Durkheim confiaba en que emergerían nuevas formas de asociación que unirían a los pueblos a pesar de sus diferencias y resolverían el problema de la anomia. Evaluaremos todos estos puntos de vista a medida que avancemos en el presente libro. Como un caleidoscopio que nos muestra diferentes patrones a medida que lo giramos, estos enfoques revelan un conjunto de percepciones acerca de las diferentes sociedades. Pero ningún enfoque es, en un sentido absoluto, correcto o erróneo. Las sociedades humanas son excesivamente complejas, y conseguiremos un mejor entendimiento de ellas haciendo uso de todos estos puntos de vista, como hacemos en la sección Ventana a Europa (véase también la Tabla 4.3). Fuente: Macionis, John J. y Plummer, Ken. Sociología. Pearson Educación, Madrid. 2011. Extracto del Capítulo 4: Sociedad (Los cimientos de la sociedad: de macro a micro) de Sociología de Macionis, John J. y Plummer, Ken.
Parte I: Preguntas de orden sociológico generalPauta: En este cuestionario no tienes porqué responder de manera precisa a lo que se pregunta. Solamente debes reflexionar sobre el tema central que propone cada interrogante y responder lo que te parece, lo que crees o lo que sabes del asunto.
Elaborado por Leonardo Pittamigio en base a Berger, Peter. Introducción a la sociología. Editorial Limusa Wiley, México, 1967 y Wright Mills, Charles. La imaginación sociológica. FCE, México, 1986. Parte II: Reflexión e imaginación sociológicaEste curso de Sociología se ha pensado como una introducción a la disciplina, por lo que comenzamos con las siguientes ideas, expresadas en una sola proposición adjudicado a un sociólogo célebre, que transmiten la esencia de las temas que se tratarán durante el curso. Aunque en el desarrollo del semestre iremos develando el sentido sociológico que tienen, en esta tarea realizaremos un primer acercamiento al significado que encierra cada proposición, y para ello recurriremos a nuestra imaginación y a nuestros conocimientos previos de historia, educación social, literatura, filosofía y de la vida diaria. Pauta: Escribe un reflexión personal de una o dos oraciones sobre lo que crees que el autor quiere expresar en estas oraciones.
Elaborado por Leonardo Pittamigio en base a Ritzer, George. Teoría sociológica clásica. McGraw-Hill, México, 2010. Parte III: Introducción al cursoEn esta parte final presentamos la planificación del curso. Está dividido en 4 unidades, y cada unidad se compone de varios temas. Como parte de la prueba diagnóstica, comentaremos los ítems de curso y reflexionaremos sobre ellos a fin de ofrecer un panorama general, una visión global, y proponer cambios. Unidad 1: La sociología como ciencia Temas
Unidad 2: La cultura y la socialización Temas
Unidad 3: La estratificación social Temas
Unidad 4: El cambio social Temas
Elaborado por Leonardo Pittamiglio en base al Plan 1994 "Martha Averburg" y Reformulación 2006. Henri de Saint-Simon (1760-1825)Entre los precursores que cita Comte en su breve catálogo de filósofos cuyo pensamiento ha influído en la constitución de la Sociología no figura el nombre de aquel que, sin duda alguna, ejerció una acción personal e intelectual más directa sobre su espíritu: el conde de Saint-Simon. Perteneciente a la aristocracia del antiguo Régimen, y habiendo transcurrido la mayor parte de su existencia durante el siglo XVIII—Saint-Simon nació en París el 17 de octubre de 1760; su vida se prolongaría hasta 1825—, este pensador representa, en efecto, el eslabón entre los enciclopedistas y el fundador de la Sociología, que lo proclamaba maestro suyo [...]. Situada, pues, en el gozne de dos siglos, la vida de Saint-Simon dominaba ambas vertientes, y estaba cargada de experiencias. Había participado en las luchas de emancipación de la América del Norte, y había asistido a la Revolución francesa, a la que saludó con alborozo, no hallando en ella otro motivo de crítica sino el de no haber profundizado bastante en la deducción de las consecuencias implícitas en sus principios, extrayendo sus últimas posibilidades. [...]. Saint-Simon había recogido de los enciclopedistas la preocupación de coronar el edificio de las Ciencias con una Física social o teoría positiva de la sociedad. La Gran Revolución —que se produjo cuando él era ya un hombre maduro— vino a completar sus ideas, de un corte sociológico todavía confuso, pero cargadas de futuro dentro de su carácter asistemático y precientífico. Por lo pronto, ya él atribuye a la Física social la misión de poner término a la terrible crisis en que había caído la sociedad, anticipando o, mejor dicho, fundando resueltamente un punto de vista cuya radicalidad para nuestra disciplina nunca se habrá ponderado bastante. Percibe también que las realidades sociales sólo pueden captarse en la participación activa, y desde dentro; y en este hecho basa, hasta cierto punto, la posibilidad y perspectivas de aquella misión salvadora frente al caos. Por eso, su atención está más enfocada hacia el futuro que hacia el pasado o el presente. “La Filosofía del siglo XVIII ha sido revolucionaria; la Filosofía del siglo XIX debe organizar.” “La reorganización social está reservada al siglo XIX”, repite. Y ¿cuáles serán los rasgos del nuevo orden? Deberá “combinar la asociación en interés de la mayoría de los asociados”. Se trata de producir una integración que incorpore el pueblo a la Sociedad, asociándolo con sus jefes en calidad de colaborador y no como mero súbdito. Aspírase en definitiva a una organización igualitaria, de la que se excluyan no sólo todos los privilegios procedentes del nacimiento, sino en general toda especie de privilegio, ya que el principio de la asociación sustituirá en ella al principio de la dominación. Dentro de la futura sociedad el criterio decisivo de la organización será el trabajo. “En la industria (entendida en una acepción amplia) residen en último término todas las fuerzas reales de la sociedad”, escribe Saint-Simon en el Catéchisme des Industriels. En una sociedad de trabajadores, por otra parte, todo tiende hacia el orden de modo natural, por cuanto que ella expresa rectamente las verdaderas fuerzas sociales; el desorden proviene siempre de los ociosos... A esta sociedad se llega, según la visión saint-simoniana, en un proceso cuyo desarrollo se explica mediante el juego de las siguientes tendencias que bien pudiéramos caracterizar como leyes sociales: en primer lugar, la tendencia a una continuada extensión del principio de asociación desde grupos humanos muy pequeños, pasando por grupos cada vez mayores, hasta el formado por la humanidad entera; en segundo lugar, la tendencia el progreso en el conocimiento e inteligencia humana, desde las culturas primitivas hasta la civilización superior, progreso que se observa en despliegue paralelo al de la sociedad. Al describirlo, esboza Saint-Simon la ley comtiana de los tres estados, como una de tantas anticipaciones ofrecidas en su pensamiento a la ciencia sociológica. Tales estados serían: feudalismo, revolución y sociedad industrial; o, en otros términos, las formas económicas feudal, liberal y socialista... Puede advertirse, según esto, una comprensión de la dinámica social dentro de estructuras ordenadas. Así como la interpretación del presente a la manera de etapa crítica, abocado a la transición de una fase a otra, transición que, sin embargo, no debe superarse como efecto de ninguna especie de mecanismo externo, sino por obra de un conocimiento adquirido desde dentro y científicamente formulado. [...] Todavía es necesario completar estos rasgos con la indicación de una tercera línea tendencial en el proceso histórico: la del alivio que acompaña el proceso social en cuanto al hecho de la explotación del débil por el fuerte, en el tránsito desde las condiciones de la esclavitud a las de la servidumbre, y de las de ésta a las del asalariado, forma última de explotación que estaría destinada a desaparecer, sustituida por la cooperación. Fuente: Ayala, Francisco. Tratado de sociología. Aguilar, Madrid, 1959. Auguste Comte (1798-1857)Capear el temporal de los cambios ¿Qué tipo de persona podría inventar la sociología? Por supuesto alguien que haya vivido tiempos de cambios trascendentales. Comte (1798-1857) creció en los años inmediatamente posteriores a la Revolución Francesa, que dio lugar a una radical transformación de su país. Y, si eso no fuera suficiente, otra revolución estaba de camino: las fábricas estaban proliferando en todo el continente europeo, cambiando de manera radical las vidas de toda la población. Del mismo modo que las personas que están bajo una tormenta no pueden evitar hablar del tiempo, aquellos que vivieron en los turbulentos tiempos de Comte fueron profundamente conscientes de los cambios en la sociedad. Atraído desde su pequeña localidad natal por el bullicio de París, Comte se vio rápidamente envuelto en los excitantes acontecimientos de su tiempo. Más que ninguna otra cosa, quería entender el drama humano que se estaba desarrollando a su alrededor. Comte estaba convencido de que una vez poseyeran el conocimiento de la manera en que funcionaba la sociedad, las personas serían capaces de construirse un futuro mejor. Dividió su nueva disciplina en dos partes: cómo se mantiene unida la sociedad (lo que llamó estática social), y cómo cambia la sociedad (dinámica social). A partir de las palabras griegas y latinas que significan «estudio de la sociedad», Comte denominó a su trabajo «sociología». Macionis, John J. y Plummer, Ken. Sociología. Pearson Educación, Madrid. 2011. Habida cuenta del significado que, en todo caso, inviste la constitución de una nueva ciencia como disciplina independiente, se advertirá que la usual atribución a Comte del título de fundador de la Sociología no tiene un mero valor anecdótico ni es siquiera cuestión secundaria. Por de pronto, a él se debe, como sabemos, el nombre de nuestra ciencia, y no podría ignorarse el poder formativo que la denominación comporta cuando se trata de objetos culturales. Pero es que, además, le prestó una primera acuñación cuyos rasgos generales la han dotado de fisonomía permanente y, digámoslo, definitiva. Pues no sólo estableció la posibilidad, legitimidad y urgencia de convertir la materia social en objeto de conocimiento científico, y no sólo impuso a este conocimiento científico un nombre—el de Sociología—luego universalmente aceptado, sino que también fijó los ideales permanentes de la nueva ciencia (en cuanto que se dirige a racionalizar en su movimiento y estructuras la conducta social del hombre) y las condiciones en que puede desenvolverse. Augusto Comte nació en el año 1798, apenas transcurridos los más agudos acontecimientos de la Gran Revolución (“la crisis salutífera cuya principal fase había precedido a mi nacimiento”, según él mismo escribe [...]. Una cabal inteligencia de la obra de Comte exige tener en cuenta, tanto las influencias intelectuales que recibiera, como las influencias ambientales. Con ello se atenderá a un requisito metódico que él mismo hubo de establecer con carácter de generalidad, y que, ante todo, debe ser aplicado a sus propias construcciones. Interesa, pues, consignarlo: toda su generación está dominada por el gran acontecimiento histórico sin el cual —son también palabras suyas—ni la teoría del progreso ni, por consiguiente, la ciencia social hubieran sido posible: la Revolución francesa. [...] En 1818 se produce su fecundo encuentro con Saint-Simon, casi cuarenta años mayor que él, entablándose una amistad que había de tener poderoso influjo en su obra, influjo cuyo alcance ha sido discutido, sin embargo, la raíz del desentendimiento ulterior de ambos pensadores y de las indicaciones del propio Comte, empeñado en negarlo. Mas, con todo, parece indudable que la imaginación vivaz de Saint-Simon actuó como poderoso estimulante sobre el pensamiento de su joven amigo durante los seis años que duró la relación entre ambos; en esa época, Comte se complace en nombrarse discípulo suyo. En 1824 ya se ha separado de él por completo. [...] más tarde tomarían pie varios de sus discípulos para acusar de inconsecuencia a Comte, pretendiendo incompatibilidad entre el sentido de su obra filosófica y el intento, contenido en su Política positiva, de transformar sus resultados en una religión. “He consagrado sistemáticamente mi vida a extraer en último extremo de la ciencia real las bases necesarias de la sana filosofía, según la cual debía construir después la verdadera religión.” En efecto, los diez últimos años de su vida están dedicados a organizar la Religión de la Humanidad. [...] Sin embargo, bajo distintos métodos, hay una fundamental coincidencia en el contenido de ambas fases, y no puede negarse la consecuencia profunda del intento comtiano de rematar en una concepción religiosa el sistema que pretendía fundar la sociedad futura. Es resultado de su concepción acerca de las raíces de la gran crisis de su tiempo. Piensa, en efecto, y con razón, que las instituciones dependen de las costumbres, y éstas de las creencias; y descubre en su época una total anarquía de convicción en todos los aspectos. Las perturbaciones del orden no obedecen a simples causas políticas, sino, más allá de ellas, a inestabilidad intelectual, esto es, a la falta de principios comunes a todos los espíritus, a la carencia de unas creencias universalmente acatadas. La base de toda sociedad se encuentra, en definitiva, en el consenso: acuerdo intelectual en un cuerpo de creencias compartidas. La estabilidad de este cuerpo de creencias es lo que funda la inmovilidad de las civilizaciones del Extremo Oriente, y lo que presta aplomo a las sociedades antiguas, tanto como a la Edad Media cristiana. La autoridad espiritual del Cristianismo es un objeto de admiración y hasta de veneración para Comte, pese a estar convencido de que su cuerpo de creencias ha perdido ya eficacia práctica y se ha hecho incapaz de prestar base al consenso. Pero la presencia de esa realidad, que estudia ampliamente, le estimula a buscar una reorganización de las creencias, sustituyendo la fe revelada por otra fe: la demostrada, capaz de fundar el nuevo consenso. Esta nueva fe había de estar basada en la comprobación de la verdad mediante el método científico —tal como el positivismo lo entiende—. La Religión de la Humanidad es, pues, la natural culminación y cierre del sistema comtiano; lejos de incurrir en la incongruencia de que se le ha acusado, acredita con ella su profundidad y el enorme vigor de sus intuiciones. [...] Para el positivismo sólo es legítimo y firme un conocimiento que transcriba en fórmulas racionales los datos de la experiencia sensible. La realidad no puede ser captada sino a través de los fenómenos y sus relaciones; la comprobación en ellas de regularidades permite desprender sus leyes y apresar así los principios de validez universal que pueden suministrarnos alguna indicación indirecta acerca de su esencia. Comte descubre un dualismo en cuanto a los métodos del pensamiento, pues mientras para una clase de fenómenos se emplea la explicación causal (fenómenos mecánicos, astronómicos, físicos, químicos y hasta biológicos, cuyas leyes se investigan y utilizan), para otros (tales los que tienen su campo en el interior de la conciencia del hombre o en su actuación histórica y social) se emplea la especulación libre que parte de concepciones metafísicas. Ambas actitudes mentales son, sin embargo, incompatibles desde un punto de vista lógico: el conocimiento reclama una perfecta coherencia metódica. Su coexistencia en la realidad, y el hecho de que el primer método aparezca ganando terreno y desplazando al segundo, le conduce hacia su descubrimiento de la célebre ley de los tres estados, cuya primera inspiración debe encontrarse en las ideas de Saint-Simon. Comte la enuncia ya en 1822: “Por la naturaleza misma del espíritu humano, cada rama de nuestros conocimientos está por fuerza sujeta en su marcha a pasar sucesivamente por tres estados teóricos diferentes: el estado teológico o ficticio, el estado metafísico y abstracto y, por último, el estado científico o positivo.” Y al comienzo de su Curso de Filosofía positiva repite en idénticas palabras el enunciado de la “gran ley fundamental” que dice haber descubierto, explicándola todavía así: “En otros términos, el espíritu humano, por su naturaleza, emplea sucesivamente en cada una de sus búsquedas tres métodos de filosofar, cuyo carácter es esencialmente diferente y hasta radicalmente opuesto: primero, el método teológico; luego, el método metafísico, y, por último, el método positivo. De ahí tres clases de filosofías, O de sistemas generales de concepciones sobre el conjunto de los fenómenos, que se excluyen mutuamente: la primera es el punto de partida necesario de la inteligencia humana; la tercera, su estado fijo y definitivo; la segunda está sólo destinada a servir de transición.” Debe entenderse que los términos “teológico” y “metafísico” son tomados aquí en una acepción muy particular: el primero, como interpretación de los fenómenos naturales mediante causas sobrenaturales y arbitrarias; el segundo, como una repetición del precedente en términos más pálidos y desvanecidos. Comte trata de demostrar la ley de los tres estados por un doble procedimiento: en primer lugar, remitiéndose a la Historia, donde se evidencia que muchas ramas del saber humano han recorrido las tres etapas, y aquellas que no han alcanzado la positiva siguen, cuando menos, la curva de evolución que conduce a ella: en segundo lugar, remitiéndose a la naturaleza del hombre, que le impone al comienzo una interpreción antropomórfica de la realidad y que, a través de la especialización social, le lleva luego a descubrir las leyes objetivas de esta misma realidad. La clasificación de las ciencias que hace es una aplicación de la Ley de los tres estados, cuyo descubrimiento permitió fundar la Sociología y, con ello, integrar en un conjunto orgánico el saber humano. “En efecto —escribe Comte—, la fundación de la Física social, completando por fin el sistema de las ciencias naturales, hace posible e incluso necesario resumir los diversos conocimientos adquiridos, llegando entonces a un estado fijo y homogéneo, para coordinarlos presentándolos como otras tantas ramas de un tronco único...” [...] De igual manera que la Biología distingue el punto de vista anatómico del fisiológico, también la Sociología tiene que separar las condiciones estructurales de una sociedad y las leyes de su movimiento. De aquí las dos grandes partes en que dividió Comte el sistema de la sociología: estática social y dinámica social, división que conserva hasta la fecha su valor metódico y que puede estimarse como un punto de vista adquirido en forma definitiva, sobre todo si no se pretende ver en ella una especie de separación mecánica y artificiosa—contra lo que previene Comte con insistencia—, sino más bien una fecunda duplicidad de enfoques. “El dualismo de estática y dinámica, corresponde con exactitud perfecta, en el sentido político propiamente dicho, a la doble noción de orden y progreso” -escribe. Los tres órdenes principales de consideración sociológica, cada vez más compuestos y especiales, que se encadenan necesariamente, son los relativos a las condiciones generales de existencia social del individuo, de la familia y de la sociedad propiamente dicha, o sea la sociedad total. El individuo como tal no tiene existencia para la Sociología, ni siquiera realidad en sí mismo. En él se manifiesta esencialmente la sociabilidad en forma espontánea, en virtud de una tendencia instintiva a la vida en común, con independencia de todo cálculo personal y a veces contrariando los más enérgicos intereses individuales. Pero el espíritu científico no puede contemplar la sociedad humana como si en verdad estuviera compuesta de individuos. La verdadera unidad social consiste sólo en la familia, cuando menos reducida a la pareja elemental que constituye su principal base. [...] En cambio, la dinámica, definida como la ciencia del movimiento necesario y continuo de la Humanidad, ocupa ampliamente la atención de Comte, según era de prever, habida cuenta de su concepción de la Sociología dentro de unos supuestos de Filosofía de la Historia. Está centrada en la idea del progreso del género humano, cuyas leyes sociales pretende esclarecer, y parte del supuesto de una Humanidad única, O por mejor decirlo, unificada en la línea del progreso que es su principio motor. Pues la contradicción de tal supuesto con el hecho—que él mismo establece— de la presencia de grupos humanos aislados entre sí, y de la evidente diferencia de razas, queda salvada mediante una referencia a la unidad del proceso civilizador. “Para fijar más convenientemente las ideas importa establecer de antemano, por una indispensable abstracción científica, siguiendo el juicioso artificio instituido con fortuna por Condorcet, la hipótesis necesaria de un pueblo único, al que se transportarían idealmente todas las modificaciones sociales consecutivas observadas con efectividad en poblaciones distintas. Esta ficción racional se aleja mucho menos de la realidad de lo que suele suponerse: pues, desde el punto de vista político, los verdaderos sucesores de tal o cual pueblo son ciertamente aquellos que, utilizando y prosiguiendo sus esfuerzos primitivos, han prolongado sus progresos sociales, cualquiera que sea el suelo que habiten e incluso la raza de que provengan” (Curso, tomo 1V). Y más adelante (tomo V), al estudiar el proceso social en la Historia, razona la restricción lógica que le obliga a “concentrar esencialmente nuestro análisis científico sobre un sola serie social, es decir, a considerar exclusivamente el desarrollo efectivo de las poblaciones más avanzadas, descartando con escrupulosa perseverancia toda vana e irracional digresión sobre los otros diversos centros de civilización independiente, cuya evolución se ha detenido por cualquier causa en un estado más imperfecto... Nuestra exploración histórica deberá quedar casi únicamente reducida a la selección o a la vanguardia de la Humanidad, comprendiendo a la mayor parte de la raza blanca, o las naciones europeas, y hasta limitándonos para mayor precisión, sobre todo en los tiempos modernos, a los pueblos de la Europa occidental”. Sin la teoría del progreso no podría explicarse de ningún modo la dinámica social dentro de la sociología comtiana; ésta reposa [en la] ley de los tres estados que es la verdadera armadura de todo su pensamiento. “El verdadero principio científico de una tal teoría, me parece que consiste en la gran ley filosófica que yo he descubierto en 1822 sobre la sucesión constante e indispensable de los tres estados generales, primitivamente teológico, transitoriamente metafísico, y finalmente positivo, por los cuales pasa siempre nuestra inteligencia en un género cualquiera de especulación.” El progreso es, pues, concebido en su base como progreso intelectual, y se funda en la esencial condición humana, no perjudicada por cualesquiera variedades; se realiza, sobre la articulación de los tres estados, en una línea única de evolución sin la cual no sería posible interpretar la historia de la Humanidad como “marcha social hacia un término definido, aunque nunca alcanzado, por una serie de etapas determinadas necesariamente”. Ese término es “la unidad moral y religiosa de todos los hombres”. [...] Fuente: Ayala, Francisco. Tratado de sociología. Aguilar, Madrid, 1959. Francisco Ayala, España, 1906-2009.
Macrosociología y microsociologíaEl sociólogo francés Georges Gurvitch ha propuesto una clasificación susceptible de ayudarnos a poner un poco de orden en esta descripción. Distingue tres planos horizontales de observación O, más exactamente, lo que él denomina «tres géneros de tipos sociales» (que no debemos confundir con los «niveles» verticales de «u «sociología en profundidad»): el plano macrosociológico de las sociedades globales, que comprende conjuntos sociales tan completos que resultan suficientes para todas las necesidades de sus miembros, como, por ejemplo, un país o la civilización oriental, conjuntos tomados en este caso como totalidades o unidades; el plano de las agrupaciones parciales que entran en la composición de las sociedades globales, como la familia, los grupos basados en una relación de parentesco, las asociaciones voluntarias, las clases sociales, etc.; el plano microsociológico de los diferentes modos de vinculación social (que Gurvitch denomina también las «formas de sociabilidad»), es decir, los diversos tipos de relaciones sociales que se establecen entre los miembros de una colectividad y las diversas maneras de estar esos miembros vinculados a la totalidad social y por la totalidad social.
El lector encontrará a menudo en los sociólogos de lengua francesa la distinción entre microsociología y macrosociología, tomada de Gurvitch. Pero raras veces la encontrará en la sociología americana o inglesa. Algunos sociólogos franceses, sin embargo, utilizan esa terminología en un sentido bastante diferente del prestado a la misma por Gurvitch. A menudo, por ejemplo, entienden por microsociología el estudio de unidades reducidas de observación, tanto en el caso de grupos que comprenden solamente un restringido número de personas (una familia, una pandilla, un gang, etc.), como en el caso de acciones o reacciones que sólo pueden ser captadas y analizadas directamente a través de personas, en el terreno individual O interindividual (el caso, por ejemplo, de los métodos educativos vigentes en una sociedad, o de las actitudes y aspiraciones de un sector dado en una población). Cualquiera que sea el sentido prestado a estos términos, lo que importa es ver en ellos únicamente hitos destinados a orientar nuestra percepción y nuestro análisis. En realidad, los tres planos a que antes aludíamos se interpenetran y conjugan: las sociedades globales están integradas por agrupaciones particulares; sociedades globales y agrupaciones particulares se constituyen a partir de diferentes tipos de vinculación social. Así lo subraya Gurvitch: «Imposible estudiar una agrupación concreta cualquiera sin integrarla en una sociedad global particular, por una parte, y, por otra, sin describir la constelación singular del microcosmos de vinculaciones sociales que la caracteriza. Cabe pues la siguiente observación metodológica: tan imposible es hacer microsociología sin tener en cuenta la tipología diferencial de las agrupaciones y la tipología de las sociedades globales, como hacer macrosociología sin tomar en consideración la microsociología. Esos tres aspectos «horizontales» de la sociología se fundan y sostienen recíprocamente, por cuanto están indisolublemente vinculados en la realidad de las cosas». Fuente: Rocher, Guy. Introducción a la sociología general. Herder, Barcelona, 1990. UNO: Los tres clásicosUna mirada a los tres clásicos por Anthony Giddens. Émile Durkheim Las obras de otro autor francés, Émile Durkheim (1858-1917), han tenido una influencia más duradera en la sociología moderna que las de Auguste Comte. Aunque recogió algunos elementos de la obra de éste, Durkheim consideraba que la mayor parte de sus trabajos eran demasiado especulativos y vagos y que no había logrado lo que se había propuesto: darle a la sociología una base científica. Según Durkheim, para llegar a ser científica, la sociología debía estudiar hechos sociales, es decir, aspectos de la vida social -como el estado de la economía o la influencia de la religión- que configuran nuestras acciones individuales. Creía que debíamos estudiar la vida social con la misma objetividad con que los científicos se ocupan de la naturaleza. El primer principio de la sociología para Durkheim era el famoso "¡Estudia los hechos sociales como si fueran cosas!". Con ello lo que quería decir era que la vida social puede ser analizada con el mismo rigor que los objetos o acontecimientos de la naturaleza. Al igual que los demás fundadores de la sociología, a Durkheim le preocupaban los cambios que en su época estaban transformando la sociedad y creía que lo que la mantiene unida son los valores y costumbres compartidos- Su análisis del cambio social se basaba en el desarrollo de la división del trabajo (el aumento de las diferencias complejas entre las distintas ocupaciones). Para Durkheim este proceso estaba desplazando cada vez más a la religión como principal núcleo de cohesión social. A medida que se expande la división del trabajo, las personas se van haciendo más dependientes de los demás, porque cada una de ellas necesita bienes y servicios que le proporcionan los que realizan otras ocupaciones. Según Durkheim, los procesos de cambio en el mundo moderno son tan rápidos e intensos que crean grandes trastornos sociales, que él vinculaba con la anomia, una sensación de falta de objetivos y de desesperación producida por la moderna vida social. Los controles y normas morales tradicionales que solía proporcionar la religión han sido prácticamente destruidos por el desarrollo social moderno y ello deja a muchos individuos de las sociedades modernas con el sentimiento de que su vida cotidiana carece de sentido. En uno de sus más famosos estudios (1952; publicado originalmente en 1897) Durkheim analizó el suicidio, fenómeno que parece un acto puramente personal, resultado de una profunda infelicidad del individuo. Sin embargo, Durkheim señala que los factores sociales tienen una influencia decisiva en el comportamiento suicida, siendo la anomia una de dichas influencias. Las tasas de suicidio señalan, año tras año, una pauta regular que ha de explicarse sociológicamente. Se pueden poner muchas objeciones a este estudio de Durkheim, pero continúa siendo una obra clásica que aún mantiene su importancia para la sociología actual. Karl Marx Las ideas de Karl Marx (1818-1883) contrastan vivamente con las de Comte y Durkheim pero, como ellos, intentó explicar los cambios sociales que estaban ocurriendo durante la Revolución industrial. Cuando era joven sus actividades políticas le ocasionaron problemas con las autoridades alemanas y, después de una breve estancia en Francia, se exilió definitivamente en Gran Bretaña. Los trabajos de Marx cubren diversas áreas e incluso sus críticos más severos consideran que su obra tiene una enorme relevancia para el desarrollo de la sociología. Gran parte de su obra se centra en cuestiones económicas pero, considerando que siempre trató de conectar los problemas económicos con las instituciones sociales, su obra está llena de interesantes observaciones sociológicas. La perspectiva teórica de Marx se basa en lo que él llamó la concepción materialista de la historia. Según este enfoque (que se opone al de Durkheim las principales causas del cambio social no son las ideas o los valores de los seres humanos. Por el contrario, el cambio social está primordialmente inducido por influencias económicas. El conflicto entre las clases -ricos frente a pobres- constituye el motor del desarrollo histórico. En palabras de Marx: "Toda la historia humana hasta el presente es la historia de la luchas de clases". Aunque escribió sobre distintos períodos históricos, Marx se centró en el cambio en la época moderna. Para él, las transformaciones más importantes de este período están vinculadas al desarrollo del capitalismo, sistema de producción que contrasta radicalmente con los anteriores órdenes económicos de la historia, ya que conlleva la producción de bienes y servicios para venderlos a una amplia gama de consumidores. Los que poseen el capital -fábricas, maquinaria y grandes sumas de dinero- conforman una clase dominante. El resto de la población constituye una clase de trabajadores asalariados, o clase trabajadora, que no posee los medios para su propia supervivencia y que, por tanto, debe buscar los empleos que proporcionan los que tienen el capital. En consecuencia, el capitalismo es un sistema de clases en el que el conflicto entre éstas es constante. Para Marx, el capitalismo será reemplazado en el futuro por una sociedad sin clases, sin grandes divisiones entre ricos y pobres. Con esto no quería decir que fueran a desaparecer todas las desigualdades entre los individuos sino que la sociedad no estará dividida entre una pequeña clase que monopoliza el poder económico y político y una gran masa de personas que apenas se benefician de la riqueza que genera su trabajo. El sistema económico pasará a ser de propiedad comunal y se establecerá una sociedad más igualitaria que la actual. La obra de Marx ha tenido una influencia trascendental en el mundo del siglo XX. Hasta la reciente caída del comunismo soviético, más de un tercio de la población de la tierra vivía en sociedades cuyos gobiernos se consideraban herederos de sus ideas. Además, muchos sociólogos se han visto influidos por su concepción de las clases y de las divisiones que ocasionan. Max Weber Al igual que Marx, Max Weber (1864-1920) no puede ser etiquetado únicamente como sociólogo, ya que sus intereses y preocupaciones se extendieron a diversas disciplinas. Nacido en Alemania, donde desarrolló gran parte de su carrera académica, Weber tenía una vasta cultura. En sus obras abordó la economía, el derecho, la filosofía y la historia comparativa, además de la sociología, y gran parte de su trabajo se centró también en el desarrollo del capitalismo. Como otros pensadores de su tiempo, intentó comprender el cambio social. Estuvo influido por Marx pero fue también muy crítico con algunas de sus principales ideas. Rechazaba la concepción materialista de la historia y consideraba que los conflictos de clase eran menos relevantes de lo que suponía Marx. Para Weber los factores económicos son importantes, pero el impacto de las ideas y los valores sobre el cambio social es igualmente significativo. Weber dedicó algunas de sus obras más influyentes al análisis de lo que diferenciaba la sociedad y la cultura occidental de otras grandes civilizaciones. Estudió las religiones de China, la India y Oriente Medio y con estas investigaciones hizo aportaciones clave a la sociología de la religión. Tras comparar los sistemas religiosos dominantes en China y la India con los occidentales, Weber llegó a la conclusión de que ciertos aspectos de la doctrina cristiana habían tenido un papel fundamental en la aparición del capitalismo. Al contrario que en Marx, esta perspectiva no surgía únicamente de las transformaciones económicas sino que, para Weber, las ideas y valores culturales ayudan a que se constituya una sociedad y conforman nuestras acciones individuales. La interpretación weberiana de la naturaleza de las sociedades modernas y de las razones de la difusión mundial de las formas de vida occidentales también contrasta sustancialmente con la de Marx. Según Weber, el capitalismo -una forma característica de organizar la actividad económica- no es más que uno de los muchos factores importantes que constituyen el desarrollo social. El impacto de la ciencia y de la burocracia son factores que subyacen en el capitalismo y que, en cierto modo, son más importantes que él. La ciencia ha conformado la tecnología moderna y seguirá haciéndolo en el futuro, mientras que la burocracia es la única forma de organizar eficazmente a grupos numerosos de personas y, por tanto, seguirá expandiéndose inevitablemente con el desarrollo económico y político. Weber describió el conjunto constituido por los avances científicos, la tecnología moderna y la burocracia como racionalización, es decir, la organización de la vida social y económica según principios de eficacia y, basándose en conocimientos técnicos. Fuente: Giddens, Anthony. Sociología. Alianza Editorial, España, 2000. DOS: Los tres fundadores: una brevísima introducciónOtra mirada a los tres clásicos por Macionis y Plummer.
Desde la década de los cincuenta, cuando la sociología realmente empezó a formar parte de los planes de estudios universitarios, se ha enseñado que Marx, Durkheim y Weber son sus fundadores principales. Existe una buena razón para ello: cada uno proporciona una interpretación esencial de la llegada de las modernas sociedades capitalistas, los rápidos cambios que siguieron a la Revolución Industrial y las transformaciones políticas clave de finales del siglo XVIII y del siglo XIX. Durante el dramático cambio que experimentó el panorama mundial, Marx, Durkheim y Weber ofrecieron explicaciones reveladoras a sus contemporáneos. Esas ideas continúan resultando valiosas para el análisis sociológico del siglo XXI, por ello las introducimos brevemente a continuación y las discutiremos con mayor profundidad a lo largo del libro. Marx (1803-1883) Marx proclamó que «toda la historia de la sociedad humana, hasta ahora, es una historia de luchas de clases» (afirmación de apertura del Manifiesto Comunista), y observó cómo un flujo de conflictos intergrupales constituía el distintivo de cualquier historia. Si bien las personas nacen en un contexto histórico que no han formado ellos, tienen la capacidad de contribuir a la historia, pueden cambiar el mundo en el que nacen. En el siglo XIX Marx comprobó que el capitalismo industrial (Véase Capítulo 4) se estaba convirtiendo en un sistema que llevaría a la explotación y al sufrimiento de las clases bajas. Tan pronto como la gente fuera consciente de su situación, llegaría el cambio (la revolución) y daría lugar a un nuevo equilibrio. El trabajo de Marx ha tenido un impacto impresionante en la vida intelectual, política y social. Pocas personas han oído hablar de Weber o Durkheim, pero Marx ha sido un nombre muy oído durante la mayor parte del siglo XX. Consideró que «los filósofos se han limitado a comprender el mundo, lo interesante es cambiarlo» y proclamó que «las ideas de las clases dirigentes han sido en todas las épocas las ideas dirigentes». Su obra tuvo una enorme importancia en el desarrollo de sociedades comunistas como las de la Unión Soviética o la China de Mao. A mediados del siglo XX más de una quinta parte de la población mundial vivía en sociedades comunistas inspiradas por él. Aunque hoy en día estas sociedades son vistas como fracasos a corto plazo que favorecieron profundamente las estructuras autoritarias y las tendencias genocidas, muchas de sus ideas continúan teniendo repercusión. En sociología, el trabajo de Marx continúa llamando la atención sobre la opresión y el conflicto en la vida social y sobre la naturaleza ubicua de la desigualdad y la explotación. Nacido en Alemania, tuvo que abandonar el país debido a los diversos problemas con las autoridades a los que su incesante crítica social le condujo. Vivió gran parte de sus últimos años inmerso en la pobreza, en el Londres victoriano, y fue enterrado en el cementerio de Highgate en 1883. Durkheim (1858-1917) Durkheim también veía el cambio en las sociedades: desde de las que se habían basado en la igualdad hacia las caracterizadas por un rápido avance de la división del trabajo. Esto incrementaba las diferencias (a la que él se refería como el movimiento de la sociedad mecánica hacia la orgánica), que podían asociarse con la caída de la integración y con la anomia final, un estado de ausencia de normas. Fue uno de los principales fundadores de la tradición estructural-funcionalista. Su influencia puede encontrarse hoy en las muchas teorías de los vínculos comunitarios y sociales, así como en los estudios sobre el poder de los símbolos y los rituales en la vida cotidiana. Durkheim fue el único de los tres grandes fundadores que trabajó en un departamento de sociología y se identificó como sociólogo. Subrayó que la sociología debe estudiar el mundo social, «tratar los hechos sociales como cosas», como asuntos que surgen al margen de la conciencia humana y que configuran nuestra forma de vivir. Weber (1864-1920) Weber consideraba que las sociedades estaban cada vez más dominadas por el pensamiento racional, y destacó el crecimiento de la burocracia. Al tiempo que esto arrojaba beneficios, incrementaba el «desencanto» con el mundo: el hombre se ve atrapado en una jaula de hierro en la que hay pocas esperanzas de cambio. En esta situación, era muy probable que las religiones decayeran. El capitalismo había surgido principalmente por un cambio en la organización religiosa: el auge de la ética individualista del protestantismo. Weber estaba muy preocupado por las formas en las que las acciones humanas y sus significados desempeñan un papel crucial en la vida social. Su trabajo abarcó muchas áreas: música, religión, amor, leyes, economía y política, y consideró muchas civilizaciones. Luchó por encontrar el equilibrio entre sus compromisos políticos personales y su visión de la sociología como científicamente neutral. Fue el más pesimista de nuestros tres fundadores y, de hecho, su vida personal se vio afectada por una depresión permanente. Fuente: Macionis y Plummer. Sociología. Pearson Educación, Madrid. 2011. |
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Octubre 2020
AutorLeonardo Pittamiglio |